/ jueves 25 de octubre de 2018

CARREREANDO LA CHULETA

HAY COSAS QUE NO MORIRÁN

El mundo digital nos tiene embobados, no podemos vivir sin el celular, ya sea para checar los mensajes, el Face, la hora, la temperatura, las noticias, sin embargo, hay cosas que fueron creadas para no morir, la radio, los libros y los periódicos, son los ejemplos inmediatos que me vienen a la cabeza, bueno creo que también las suegras, pero ese es otro cantar.

Si bien es cierto que ya mucha gente prefiere los ebooks, libros digitales o como les quiera llamar, eso de cambiar páginas, poner un separador o en el peor y más espantoso de los casos doblar la esquinita de la página, tiene una magia que no se puede obtener en ninguna pantalla, por más táctil que ésta sea, el olor, la textura…

Lo mismo sucede con los diarios, no se compara el que tomes las hojas, voltees de un lado y del otro la edición, estudies a detalle las fotografías, la composición, cosas que difícilmente harías en una edición en línea, en donde además el desfile de anuncios suele quitarte la inspiración; no hay como que te queden los dedos negros por haber pasado las hojas viendo lo que tú querías ver.

Ahora con la inmediatez de las notas, todo mundo es reportero y tiene en sus redes sociales una corresponsalía de noticias de todo tipo y de todo el mundo, claro, el punto es que unas ni siquiera existieron, aunque ahí están descritas hasta con lujo de detalle.

El leer una buena nota, que nos dé algo qué aprender, que tenga una imagen digna de recordar, que nos haga un poco menos ignorantes respecto de cualquier tema, sigue siendo algo que buscamos tal vez sin saberlo, pero cuando estamos esperando en algún lugar y vemos un periódico, difícilmente podemos evitar el tomarlo, ojearlo, disfrutarlo ¿a poco no?

Tal vez por eso disfruto tanto hacer radio, día a día se demuestra que ese medio nació para ser eterna, a pesar del YouTube o de Spootify, no hay como escuchar a alguien vivo, en vivo ¿no cree? Esa magia jamás la tendrán las máquinas. Escribir en mi casa Diario del Sur es también otro gran deleite, es formar parte de un equipo que todos los días se preocupa por conocer, investigar, preguntar, ir como se dice, “al lugar de los hechos”, para que así usted pueda tener una idea más clara de lo que nos sucede en esta región, en el Estado y hasta en el espacio pues.

Los que aquí escribimos, cada quien en su género, disfrutamos al máximo el poder comunicarnos con usted, porque con su preferencia nos contesta, aunque lo haga sin querer, nos dice qué le gusta, que no; esa es la magia.

Y curiosamente revisando algunos medios internacionales, en este caso con motivo de la caravana migrante que es lo que nos ha tenido atentos últimamente y que vino a darle a conocer al mundo que existe una frontera Sur en México (no sólo la Norte), que hay un maravilloso lugar llamado Tapachula, fue que me encontré con una nota del New York Times que llamó mi atención porque son formas distintas de ver las cosas.

Para los “gringos” (con cariño y aprecio, no vaya a creer), es una situación poco comprensible porque su economía no es como para que salgan con lo que traen puesto, hacia la incertidumbre, hacia otro país que ni siquiera tiene el mismo idioma, entonces lo que quieren es entender por qué, qué piensan todas esas personas, qué esperan, si de verdad vale la pena hacer esa travesía con bebés de un año o de meses.

Tal vez nuestras preocupaciones sean otras, tal vez nosotros, con hospitalidad y todo, no podemos dejar de pensar en que si no pasan, van a ser más bocas qué alimentar en un país que ya bastante miseria tiene.

Pero más allá de eso, fue muy gracioso cuando escuché de voz de Annie Brown, la reportera que anduvo por aquí siguiendo a la caravana de Tapachula a Huixtla, cuando narró (era un audio) que desafortunadamente ya se había dado el primer muerto, aclaró que era el primero en términos de visibilidad mediática, porque con esas condiciones quién sabe cuántos más haya habido antes y cuántos otros habrá después, lo que fue noticia mundial y que fue lo primero que vio en el diario del lugar (viera qué bonito se siente ser el referente de esta zona), en Diario del Sur por supuesto, en donde se narraba la travesía de la caravana y el triste acontecimiento.

Los que nos dedicamos al mundo de la información no crea que la llegamos a regar a propósito, se nos barre de repente, como dirían por ahí, pero en su mayoría, al menos en esta casa editorial, nos gusta que usted siga disfrutando de la magia de leer un buen periódico y se sienta satisfecho e informado, una vez que lo cierra. ¡Gracias!

HAY COSAS QUE NO MORIRÁN

El mundo digital nos tiene embobados, no podemos vivir sin el celular, ya sea para checar los mensajes, el Face, la hora, la temperatura, las noticias, sin embargo, hay cosas que fueron creadas para no morir, la radio, los libros y los periódicos, son los ejemplos inmediatos que me vienen a la cabeza, bueno creo que también las suegras, pero ese es otro cantar.

Si bien es cierto que ya mucha gente prefiere los ebooks, libros digitales o como les quiera llamar, eso de cambiar páginas, poner un separador o en el peor y más espantoso de los casos doblar la esquinita de la página, tiene una magia que no se puede obtener en ninguna pantalla, por más táctil que ésta sea, el olor, la textura…

Lo mismo sucede con los diarios, no se compara el que tomes las hojas, voltees de un lado y del otro la edición, estudies a detalle las fotografías, la composición, cosas que difícilmente harías en una edición en línea, en donde además el desfile de anuncios suele quitarte la inspiración; no hay como que te queden los dedos negros por haber pasado las hojas viendo lo que tú querías ver.

Ahora con la inmediatez de las notas, todo mundo es reportero y tiene en sus redes sociales una corresponsalía de noticias de todo tipo y de todo el mundo, claro, el punto es que unas ni siquiera existieron, aunque ahí están descritas hasta con lujo de detalle.

El leer una buena nota, que nos dé algo qué aprender, que tenga una imagen digna de recordar, que nos haga un poco menos ignorantes respecto de cualquier tema, sigue siendo algo que buscamos tal vez sin saberlo, pero cuando estamos esperando en algún lugar y vemos un periódico, difícilmente podemos evitar el tomarlo, ojearlo, disfrutarlo ¿a poco no?

Tal vez por eso disfruto tanto hacer radio, día a día se demuestra que ese medio nació para ser eterna, a pesar del YouTube o de Spootify, no hay como escuchar a alguien vivo, en vivo ¿no cree? Esa magia jamás la tendrán las máquinas. Escribir en mi casa Diario del Sur es también otro gran deleite, es formar parte de un equipo que todos los días se preocupa por conocer, investigar, preguntar, ir como se dice, “al lugar de los hechos”, para que así usted pueda tener una idea más clara de lo que nos sucede en esta región, en el Estado y hasta en el espacio pues.

Los que aquí escribimos, cada quien en su género, disfrutamos al máximo el poder comunicarnos con usted, porque con su preferencia nos contesta, aunque lo haga sin querer, nos dice qué le gusta, que no; esa es la magia.

Y curiosamente revisando algunos medios internacionales, en este caso con motivo de la caravana migrante que es lo que nos ha tenido atentos últimamente y que vino a darle a conocer al mundo que existe una frontera Sur en México (no sólo la Norte), que hay un maravilloso lugar llamado Tapachula, fue que me encontré con una nota del New York Times que llamó mi atención porque son formas distintas de ver las cosas.

Para los “gringos” (con cariño y aprecio, no vaya a creer), es una situación poco comprensible porque su economía no es como para que salgan con lo que traen puesto, hacia la incertidumbre, hacia otro país que ni siquiera tiene el mismo idioma, entonces lo que quieren es entender por qué, qué piensan todas esas personas, qué esperan, si de verdad vale la pena hacer esa travesía con bebés de un año o de meses.

Tal vez nuestras preocupaciones sean otras, tal vez nosotros, con hospitalidad y todo, no podemos dejar de pensar en que si no pasan, van a ser más bocas qué alimentar en un país que ya bastante miseria tiene.

Pero más allá de eso, fue muy gracioso cuando escuché de voz de Annie Brown, la reportera que anduvo por aquí siguiendo a la caravana de Tapachula a Huixtla, cuando narró (era un audio) que desafortunadamente ya se había dado el primer muerto, aclaró que era el primero en términos de visibilidad mediática, porque con esas condiciones quién sabe cuántos más haya habido antes y cuántos otros habrá después, lo que fue noticia mundial y que fue lo primero que vio en el diario del lugar (viera qué bonito se siente ser el referente de esta zona), en Diario del Sur por supuesto, en donde se narraba la travesía de la caravana y el triste acontecimiento.

Los que nos dedicamos al mundo de la información no crea que la llegamos a regar a propósito, se nos barre de repente, como dirían por ahí, pero en su mayoría, al menos en esta casa editorial, nos gusta que usted siga disfrutando de la magia de leer un buen periódico y se sienta satisfecho e informado, una vez que lo cierra. ¡Gracias!