/ miércoles 31 de octubre de 2018

CARREREANDO LA CHULETA

ASÍ, SÍ CUIDO A MIS NIETOS

Siempre he estado a favor de copiar lo bueno, de que los programas e iniciativas que funcionan en alguna otra parte del país o del mundo se extiendan, sin embargo, no se trata nada más de proponer por proponer.

Ahora que pareciera que el gobierno está dispuesto a pagarle a todos, surge la idea de dar una compensación económica a los abuelos que cuiden a sus nietos. No es original por supuesto, eso ya se hace en otros países, la mayoría de primer mundo, Suecia, Inglaterra, aunque en Chile y en Turquía también se ha propuesto, de hecho este último estableció la misma cantidad: 2 mil trescientos pesos al mes, que es lo que quieren otorgar en la Ciudad de México de acuerdo con la iniciativa de una diputada local.

Quitando el pequeño detalle de que no sé de dónde van a sacar para pagarles, estoy de acuerdo en que sean gratificados, pero más que eso, lo mejor sería hacer un poco de conciencia.

Hay abuelos muy prematuros, algunos tienen la misma edad que yo (súper jóvenes) y si no tienen un trabajo qué atender, seguramente estarían encantados de cuidar a la descendencia, pero hay otros para los que verdaderamente es un abuso.

Muchas de nuestras abuelitas por ejemplo, tuvieron que cuidar 8 hijos o más y ahora de remate pretenden que cuide como a 15 nietos, definitivamente no se puede, amén de que hay hijos e hijas a las que les dan una mano pero agarran también el pie, y si saben que tienen niñera pagada menos se van a hacer cargo de sus criaturas.

Ya de por sí lo hacen sin pago alguno, por puro amor, y claro que los chamacos seguramente estarán mejor cuidados que en cualquier guardería, pero tampoco se trata de que no puedan darse un merecido descanso, porque cuidar niños, sobre todo pequeños, es más cansado que trabajar en la pisca.

Más del 60 por ciento de los niños, según las estadísticas, son cuidados por sus abuelos, eso ya nos da una clara idea de lo fácil que se nos hace arrimarle nuestras responsabilidades a los papás, y que conste que no estoy diciendo que las esposas se queden en sus casa a cuidar a los críos, porque en todo caso tendrían que ser ambos, al parejo, pero a la hora de formar una familia y de pensar en la descendencia, sería bueno que se estableciera qué va a pasar con los chamacos, si los abuelos están en la disposición de cuidarlos, si tienen todavía la fuerza (y no sólo la de voluntad, que esa seguro la tienen, pero no siempre la física), si se va a optar por una guardería pública, una privada, una razón más para no andar trayendo al mundo niños a lo loco, sin planearlo.

Dejar a un niño en una guardería no es fácil, pero hay que reconocer que se han hecho esfuerzos importantes porque estos lugares sean no sólo para que ahí se “estén”, sino que efectivamente se les dé el seguimiento motor y psicológico que necesitan.

Repito, me encanta la idea de que les paguen a los abuelos, es lo menos que se merecen si de todas formas van a cuidar niños, pero a la par también se podría pugnar por una revisión a conciencia de las guarderías, que se siga avanzando en el camino de facilitarles las cosas laboralmente hablando a las mamás e ir emparejando las obligaciones del papá.

Como inagotable fuente de amor y sabiduría, los niños necesitan abuelos, de la misma manera que los nietos se convierten en un motor, en las ganas de volver a jugar, de platicar, los abuelos se sienten “vivos” junto a las criaturas, pero no es su responsabilidad, es la de los padres y la de esta sociedad que tiene que aspirar a formas de trabajar más saludables, en donde se entienda lo importante que es la familia y la convivencia.

Jornadas laborables de 12 horas no son sanas, porque además de que sólo te pagan ocho, va en detrimento de tu familia; el darle mayor oportunidad a los padres de participar, de involucrarse en la vida de sus hijos, es lo que puede hacer la diferencia en una sociedad a la que ya le gustó evadir responsabilidades.

Los padres necesitan disfrutar a sus hijos, en todos los sentidos, pasar tiempo con ellos, atenderlos, conocerlos; los nietos necesitan de sus abuelos, pero aprender, para sentirse amados, y ojalá que les den su lanita, bien que la necesitan, nomás por favor no hay que abusar.

ASÍ, SÍ CUIDO A MIS NIETOS

Siempre he estado a favor de copiar lo bueno, de que los programas e iniciativas que funcionan en alguna otra parte del país o del mundo se extiendan, sin embargo, no se trata nada más de proponer por proponer.

Ahora que pareciera que el gobierno está dispuesto a pagarle a todos, surge la idea de dar una compensación económica a los abuelos que cuiden a sus nietos. No es original por supuesto, eso ya se hace en otros países, la mayoría de primer mundo, Suecia, Inglaterra, aunque en Chile y en Turquía también se ha propuesto, de hecho este último estableció la misma cantidad: 2 mil trescientos pesos al mes, que es lo que quieren otorgar en la Ciudad de México de acuerdo con la iniciativa de una diputada local.

Quitando el pequeño detalle de que no sé de dónde van a sacar para pagarles, estoy de acuerdo en que sean gratificados, pero más que eso, lo mejor sería hacer un poco de conciencia.

Hay abuelos muy prematuros, algunos tienen la misma edad que yo (súper jóvenes) y si no tienen un trabajo qué atender, seguramente estarían encantados de cuidar a la descendencia, pero hay otros para los que verdaderamente es un abuso.

Muchas de nuestras abuelitas por ejemplo, tuvieron que cuidar 8 hijos o más y ahora de remate pretenden que cuide como a 15 nietos, definitivamente no se puede, amén de que hay hijos e hijas a las que les dan una mano pero agarran también el pie, y si saben que tienen niñera pagada menos se van a hacer cargo de sus criaturas.

Ya de por sí lo hacen sin pago alguno, por puro amor, y claro que los chamacos seguramente estarán mejor cuidados que en cualquier guardería, pero tampoco se trata de que no puedan darse un merecido descanso, porque cuidar niños, sobre todo pequeños, es más cansado que trabajar en la pisca.

Más del 60 por ciento de los niños, según las estadísticas, son cuidados por sus abuelos, eso ya nos da una clara idea de lo fácil que se nos hace arrimarle nuestras responsabilidades a los papás, y que conste que no estoy diciendo que las esposas se queden en sus casa a cuidar a los críos, porque en todo caso tendrían que ser ambos, al parejo, pero a la hora de formar una familia y de pensar en la descendencia, sería bueno que se estableciera qué va a pasar con los chamacos, si los abuelos están en la disposición de cuidarlos, si tienen todavía la fuerza (y no sólo la de voluntad, que esa seguro la tienen, pero no siempre la física), si se va a optar por una guardería pública, una privada, una razón más para no andar trayendo al mundo niños a lo loco, sin planearlo.

Dejar a un niño en una guardería no es fácil, pero hay que reconocer que se han hecho esfuerzos importantes porque estos lugares sean no sólo para que ahí se “estén”, sino que efectivamente se les dé el seguimiento motor y psicológico que necesitan.

Repito, me encanta la idea de que les paguen a los abuelos, es lo menos que se merecen si de todas formas van a cuidar niños, pero a la par también se podría pugnar por una revisión a conciencia de las guarderías, que se siga avanzando en el camino de facilitarles las cosas laboralmente hablando a las mamás e ir emparejando las obligaciones del papá.

Como inagotable fuente de amor y sabiduría, los niños necesitan abuelos, de la misma manera que los nietos se convierten en un motor, en las ganas de volver a jugar, de platicar, los abuelos se sienten “vivos” junto a las criaturas, pero no es su responsabilidad, es la de los padres y la de esta sociedad que tiene que aspirar a formas de trabajar más saludables, en donde se entienda lo importante que es la familia y la convivencia.

Jornadas laborables de 12 horas no son sanas, porque además de que sólo te pagan ocho, va en detrimento de tu familia; el darle mayor oportunidad a los padres de participar, de involucrarse en la vida de sus hijos, es lo que puede hacer la diferencia en una sociedad a la que ya le gustó evadir responsabilidades.

Los padres necesitan disfrutar a sus hijos, en todos los sentidos, pasar tiempo con ellos, atenderlos, conocerlos; los nietos necesitan de sus abuelos, pero aprender, para sentirse amados, y ojalá que les den su lanita, bien que la necesitan, nomás por favor no hay que abusar.