/ martes 5 de abril de 2022

Carrereando la chuleta | Lentejas, sinónimo de abundancia

En varios pasajes bíblicos se cuentan historias sobre la lenteja, de hecho dentro de los curiosos rituales de fin de año no sólo está el de usar calzones de colores específicos o el de aventar maletas, muchos acostumbran, o acostumbramos, bien sea comer lentejas o regarlas por la casa, además de que hay quienes ponen un plato con miel, lentejas y canela, y vaya usted a saber si es cierto o no, pero cuando el alma te lo indica, lo gratificante siempre llega.

Hay dos personajes en Tapachula que son sinónimo de excelencia en lo que hacen, bueno seguramente hay más (eso deseo con toda mi alma) pero mis referentes siempre son ellos dos, uno es mi amigo Carlos Morán y su restaurante La Casa Rosada. Si ha estado allí no me dejará mentir, y es que todo es bueno (si no, no espere más), el ambiente, el lugar, el jugo de naranja y por supuesto las lentejas, que se sirven de manera generosa, además de la buena plática que siempre cae bien, matizada con carcajadas repentinas y saboreando un buen café, así, la mañana o la tarde parecen más bien fugaces.

Al hacer este platillo procuran respetar la receta que anotó más que con una pluma, con el corazón, la abuela, de esos manjares que se disfrutan desde el primer bocado y que no sólo alimentan al estómago –también al alma–, que le da alegría al corazón, suspiros repentinos y que se pueden disfrutar en familia, con amigos o en una reunión de trabajo.

Este lugar es ya una referencia en Tapachula para llevar a comer a los que vienen de fuera ya sea por diversión, negocios, y eso es muy bueno porque nos da alternativas, nos permite mostrar un lugar con identidad.

Por el otro lado está mi querido amigo Alfredo Gálvez quien no se cansa de trabajar por Tapachula, quien no deja descansar a su familia ni a nosotros, sus amigos, para promover los distintos destinos turísticos, pero no sólo por vender en su agencia de viajes, sino con las ganas de querer vender a Tapachula como un destino y una alternativa de espectáculos musicales, de diversión, de destino para hacer negocios y eso por supuesto nos beneficia a todos.

Como siempre, con sus propios recursos invitó a una parvada de periodistas para explicarles el proyecto de los vuelos en las aerolíneas que se han incrementado hacia Tapachula, las alternativas que hay, acompañados de cervezas y de las exquisitas lentejas de La Casa Rosada, algo de chicharrón y totopo. Una rueda de prensa que logró transmitir a los compañeros de los medios de comunicación un mensaje sólido sobre Tapachula como destino turístico. Como siempre lo he dicho en este espacio, se le reconoce al chiquitío.

Así como Carlos Morán, con su excelente comida, y Alfredo Gálvez, con su increíble entusiasmo, debe haber muchos tapachultecos, en distintas áreas, que desde sus respectivos lugares están buscando generar oportunidades, riqueza, alternativas para hacer negocios y eso amable lector, se agradece y se les debe de reconocer, así que si conoce a alguno o es uno de ellos por favor no dude en contactarme. Las buenas ideas, noticias y acciones deben compartirse para animar a los demás a trabajar.

Hay algunos presidentes de Cámaras que están dormidos, o quizá un poco empanzados de tanto café, pero la invitación es abierta para que se sumen a motivar las ideas, promover a Tapachula, a no quedarse estacionados ni estancados, ofertarnos como centro de servicio turístico, gastronómico, y hasta estratégico por la condición de frontera. Ojalá ayuden a replicar el esfuerzo que muchos hacen.

Quejarse es bueno, ayuda a que los responsables se den cuenta de que hay un problema, pero ponerse a trabajar es mucho mejor ¿no lo creo usted?

Comentarios a: rgonzalez@diariodelsur.com

En varios pasajes bíblicos se cuentan historias sobre la lenteja, de hecho dentro de los curiosos rituales de fin de año no sólo está el de usar calzones de colores específicos o el de aventar maletas, muchos acostumbran, o acostumbramos, bien sea comer lentejas o regarlas por la casa, además de que hay quienes ponen un plato con miel, lentejas y canela, y vaya usted a saber si es cierto o no, pero cuando el alma te lo indica, lo gratificante siempre llega.

Hay dos personajes en Tapachula que son sinónimo de excelencia en lo que hacen, bueno seguramente hay más (eso deseo con toda mi alma) pero mis referentes siempre son ellos dos, uno es mi amigo Carlos Morán y su restaurante La Casa Rosada. Si ha estado allí no me dejará mentir, y es que todo es bueno (si no, no espere más), el ambiente, el lugar, el jugo de naranja y por supuesto las lentejas, que se sirven de manera generosa, además de la buena plática que siempre cae bien, matizada con carcajadas repentinas y saboreando un buen café, así, la mañana o la tarde parecen más bien fugaces.

Al hacer este platillo procuran respetar la receta que anotó más que con una pluma, con el corazón, la abuela, de esos manjares que se disfrutan desde el primer bocado y que no sólo alimentan al estómago –también al alma–, que le da alegría al corazón, suspiros repentinos y que se pueden disfrutar en familia, con amigos o en una reunión de trabajo.

Este lugar es ya una referencia en Tapachula para llevar a comer a los que vienen de fuera ya sea por diversión, negocios, y eso es muy bueno porque nos da alternativas, nos permite mostrar un lugar con identidad.

Por el otro lado está mi querido amigo Alfredo Gálvez quien no se cansa de trabajar por Tapachula, quien no deja descansar a su familia ni a nosotros, sus amigos, para promover los distintos destinos turísticos, pero no sólo por vender en su agencia de viajes, sino con las ganas de querer vender a Tapachula como un destino y una alternativa de espectáculos musicales, de diversión, de destino para hacer negocios y eso por supuesto nos beneficia a todos.

Como siempre, con sus propios recursos invitó a una parvada de periodistas para explicarles el proyecto de los vuelos en las aerolíneas que se han incrementado hacia Tapachula, las alternativas que hay, acompañados de cervezas y de las exquisitas lentejas de La Casa Rosada, algo de chicharrón y totopo. Una rueda de prensa que logró transmitir a los compañeros de los medios de comunicación un mensaje sólido sobre Tapachula como destino turístico. Como siempre lo he dicho en este espacio, se le reconoce al chiquitío.

Así como Carlos Morán, con su excelente comida, y Alfredo Gálvez, con su increíble entusiasmo, debe haber muchos tapachultecos, en distintas áreas, que desde sus respectivos lugares están buscando generar oportunidades, riqueza, alternativas para hacer negocios y eso amable lector, se agradece y se les debe de reconocer, así que si conoce a alguno o es uno de ellos por favor no dude en contactarme. Las buenas ideas, noticias y acciones deben compartirse para animar a los demás a trabajar.

Hay algunos presidentes de Cámaras que están dormidos, o quizá un poco empanzados de tanto café, pero la invitación es abierta para que se sumen a motivar las ideas, promover a Tapachula, a no quedarse estacionados ni estancados, ofertarnos como centro de servicio turístico, gastronómico, y hasta estratégico por la condición de frontera. Ojalá ayuden a replicar el esfuerzo que muchos hacen.

Quejarse es bueno, ayuda a que los responsables se den cuenta de que hay un problema, pero ponerse a trabajar es mucho mejor ¿no lo creo usted?

Comentarios a: rgonzalez@diariodelsur.com