/ viernes 9 de julio de 2021

Carrereando la chuleta | No es el beneficio de la duda, es el beneficio del trabajo


Cuando una persona obtiene un puesto privilegiado lo primero que salen son los amigos, o mejor dicho aquellos que dicen serlo; muchos hacen comentarios acertados, otros caen en la exageración y algunos más imprudentes comienzan a poner los términos y condiciones de la amistad. Claro, están también los dispuestos a abonar con ideas, comentarios o hasta abrazos y besos. Los que dicen “ojalá y nunca se muera”, o que “se repita”; en fin, las flores son muchas.

Pero no hay que olvidar que a las palabras se las lleva el viento, en cambio el pensamiento y los sentimientos quedan, incluso si uno ya no está presente físicamente, lo que eres como persona persiste, aunque te vayas muy lejos, lo bueno y lo malo, por ejemplo, el que nace siendo haragán, toda la vida lo es, y aunque repentinamente la gente lo aplauda y diga que es el hombre más trabajador del mundo, jamás pierde su esencia de haragán.

Lo mismo sucede cuando la persona es trabajadora, que desde siempre la recuerdas así, que siempre te invita a trabajar y sabes que lo seguirá haciendo. Cuando es así no tienes que convencer a nadie, no lo necesitas, con aplausos o sin ellos siempre serás eso, una persona trabajadora.

Conozco a Yamil Melgar Bravo desde hace más de 20 años y reconozco que en un inicio fui crítico de su trabajo, ahora lo soy más y he juzgado, no en una, sino en varias ocasiones, los resultados de su trabajo. Recuerdo que buscaba qué era lo que hacía, pero sobre todo lo que no hacía, y para mi sorpresa me encuentro con que en las varias ocasiones en que ha ocupado puestos importantes, ganados a pulso, y no por apellido como muchos creen, ha obtenido el cariño de la gente por sus buenos resultados. Y por supuesto encontré un buen bonche de errores, pero que sin esconderse corregía, y eso también cuenta.

Ha estado en el IMSS, tanto en Puebla como en Tlaxcala, por supuesto en Chiapas, en Tapachula, en la Secretaría de Economía, en la del Trabajo. Es de los que se gana los aplausos, enfrenta los desacuerdos y soluciona los problemas. Fanático de la revisión.

Cuando ganas, no falta el que te dice que te amará por sobre todas las cosas y por los siglos de los siglos, algunos se lo creen y basan sus esfuerzos en la cantidad de aplausos obtenidos durante el pequeñísimo tiempo que duran los cargos, y como el amor es poco y muchos los celos, los aplausos y los besos se diluyen o se pierden.

Yamil no vive de eso, tampoco lo espanta el trabajo que le espera y mucho menos lo marea el cargo que obtuvo en las urnas. Ahora que le favoreció el voto (porque en otras ocasiones el resultado ha sido el contrario) lo veremos trabajando, caminando, comprometiéndose, creando condiciones para beneficiar al que lo necesita, proponiendo y aprobando leyes que permitan el mejoramiento de la sociedad, un mejor funcionamiento del gobierno, y el contrapeso que se necesita cuando las autoridades no quieran trabajar. Vigilar la implementación de las políticas públicas, buscar que la representación que tiene mediante el voto se devuelva en resultados, en confianza, con un trabajo en total apego a la responsabilidad.

Ha vivido aquí desde siempre, no ha buscado irse de la zona, y aunque por sus cargos foráneos no es que lo veamos muy seguido en las calles o en el Mercadito, es alguien que consume local, que lo promueve. Aquí tiene a su familia y seguro estoy que se seguirá viendo su trabajo, como en anteriores cargos, y como seguramente seguirá siendo, pues tiene carrera política para rato el muchacho.

Tendrá trabajo en materia de gestión pública, seguridad, protección a las mujeres, generación de empleos, estrategias anticorrupción, desigualdad, justicia, y no es que traiga la varita mágica pero sin duda alguna es alguien que sabe abonar para que los resultados se den.

Como en todo y en todos, hay quien sólo ve lo negro, incluso quienes lo llaman Fifi o lo acusan de no haber tenido un óptimo desempeño en los cargos en donde ha estado, pero sin pruebas. Cosas que al igual que a los aplausos, se las lleva el viento; lo que prevalece es el trabajo y los resultados.

Casualmente coincidimos en un botanero, nos tomamos un par de tequilas y un par de chelas, platicamos de varios temas de política de la región, cosas del pasado y también del futuro, al despedirme me dijo "hay que dar resultados y esos se obtienen trabajando", así que no dudo que lo estaré viendo constantemente en el municipio que representa, el Tapachula en el que siempre ha estado y estará. Cuando algo no te interesa simplemente huyes, no regresas, así que ¡bienvenido a tu tierra y a trabajar, que pendientes hay muchos!


Cuando una persona obtiene un puesto privilegiado lo primero que salen son los amigos, o mejor dicho aquellos que dicen serlo; muchos hacen comentarios acertados, otros caen en la exageración y algunos más imprudentes comienzan a poner los términos y condiciones de la amistad. Claro, están también los dispuestos a abonar con ideas, comentarios o hasta abrazos y besos. Los que dicen “ojalá y nunca se muera”, o que “se repita”; en fin, las flores son muchas.

Pero no hay que olvidar que a las palabras se las lleva el viento, en cambio el pensamiento y los sentimientos quedan, incluso si uno ya no está presente físicamente, lo que eres como persona persiste, aunque te vayas muy lejos, lo bueno y lo malo, por ejemplo, el que nace siendo haragán, toda la vida lo es, y aunque repentinamente la gente lo aplauda y diga que es el hombre más trabajador del mundo, jamás pierde su esencia de haragán.

Lo mismo sucede cuando la persona es trabajadora, que desde siempre la recuerdas así, que siempre te invita a trabajar y sabes que lo seguirá haciendo. Cuando es así no tienes que convencer a nadie, no lo necesitas, con aplausos o sin ellos siempre serás eso, una persona trabajadora.

Conozco a Yamil Melgar Bravo desde hace más de 20 años y reconozco que en un inicio fui crítico de su trabajo, ahora lo soy más y he juzgado, no en una, sino en varias ocasiones, los resultados de su trabajo. Recuerdo que buscaba qué era lo que hacía, pero sobre todo lo que no hacía, y para mi sorpresa me encuentro con que en las varias ocasiones en que ha ocupado puestos importantes, ganados a pulso, y no por apellido como muchos creen, ha obtenido el cariño de la gente por sus buenos resultados. Y por supuesto encontré un buen bonche de errores, pero que sin esconderse corregía, y eso también cuenta.

Ha estado en el IMSS, tanto en Puebla como en Tlaxcala, por supuesto en Chiapas, en Tapachula, en la Secretaría de Economía, en la del Trabajo. Es de los que se gana los aplausos, enfrenta los desacuerdos y soluciona los problemas. Fanático de la revisión.

Cuando ganas, no falta el que te dice que te amará por sobre todas las cosas y por los siglos de los siglos, algunos se lo creen y basan sus esfuerzos en la cantidad de aplausos obtenidos durante el pequeñísimo tiempo que duran los cargos, y como el amor es poco y muchos los celos, los aplausos y los besos se diluyen o se pierden.

Yamil no vive de eso, tampoco lo espanta el trabajo que le espera y mucho menos lo marea el cargo que obtuvo en las urnas. Ahora que le favoreció el voto (porque en otras ocasiones el resultado ha sido el contrario) lo veremos trabajando, caminando, comprometiéndose, creando condiciones para beneficiar al que lo necesita, proponiendo y aprobando leyes que permitan el mejoramiento de la sociedad, un mejor funcionamiento del gobierno, y el contrapeso que se necesita cuando las autoridades no quieran trabajar. Vigilar la implementación de las políticas públicas, buscar que la representación que tiene mediante el voto se devuelva en resultados, en confianza, con un trabajo en total apego a la responsabilidad.

Ha vivido aquí desde siempre, no ha buscado irse de la zona, y aunque por sus cargos foráneos no es que lo veamos muy seguido en las calles o en el Mercadito, es alguien que consume local, que lo promueve. Aquí tiene a su familia y seguro estoy que se seguirá viendo su trabajo, como en anteriores cargos, y como seguramente seguirá siendo, pues tiene carrera política para rato el muchacho.

Tendrá trabajo en materia de gestión pública, seguridad, protección a las mujeres, generación de empleos, estrategias anticorrupción, desigualdad, justicia, y no es que traiga la varita mágica pero sin duda alguna es alguien que sabe abonar para que los resultados se den.

Como en todo y en todos, hay quien sólo ve lo negro, incluso quienes lo llaman Fifi o lo acusan de no haber tenido un óptimo desempeño en los cargos en donde ha estado, pero sin pruebas. Cosas que al igual que a los aplausos, se las lleva el viento; lo que prevalece es el trabajo y los resultados.

Casualmente coincidimos en un botanero, nos tomamos un par de tequilas y un par de chelas, platicamos de varios temas de política de la región, cosas del pasado y también del futuro, al despedirme me dijo "hay que dar resultados y esos se obtienen trabajando", así que no dudo que lo estaré viendo constantemente en el municipio que representa, el Tapachula en el que siempre ha estado y estará. Cuando algo no te interesa simplemente huyes, no regresas, así que ¡bienvenido a tu tierra y a trabajar, que pendientes hay muchos!