/ martes 19 de abril de 2022

Carrereando la chuleta | No nos quejemos, hagamos

Ya no es sólo en esta zona del país, en las playas o en el desierto de Sonora, es en todo el país, en todo el mundo ¡nos estamos asando! El calentamiento global es real y a diferencia del chupacabras a éste lo podemos ver, pero sobre todo sentir, en cada momento.

Ayer fue uno de los días más calurosos en varios puntos de la República y esto trae graves consecuencias para todos los ecosistemas y obviamente para nosotros, aunque a veces creamos que con prender el ventilador o el clima se resuelve todo, de hecho sucede lo contrario por el uso de la electricidad.

Están desapareciendo miles de especies y otras tantas están amenazadas porque sus hábitats se modificaron, porque sus hogares ya fueron talados o están sumamente contaminados, tanto que ya no hay forma de que puedan vivir, y todo ello es obra de los seres humanos, lo que no hemos querido ver es que la siguiente especie en extinguirse puede ser la nuestra, y no lo digo en un afán fatalista, pero sí para hacer conciencia de lo que nos toca de culpa, pero sobre todo de lo que nos toca de solución.

Cuando nos sorprendió la pandemia todos actuamos porque estaba de por medio nuestra vida, porque era salvaguardar la de nuestros seres queridos, así que todos compramos cajas y cajas de cubrebocas (no tengo que decirle que ahora las playas y los bosques están inundados de ellos), litros y litros de gel, lo que fuera por cuidarnos. El caso ahora es el mismo, esto nos va a matar, a todos, así que bien valdría que se formulara una estrategia mundial, nacional, estatal.

Pero como no siempre es posible que los de arriba despierten a tiempo (o los vuelven a dormir a billetazos), comencemos nosotros, para empezar, ya no tiremos árboles, les cuesta años, muchos, crecer, y sólo lo hacen para beneficiarnos con oxígeno, siendo hogar de aves, mamíferos; y nosotros en cambio los matamos en cuestión de segundos, matándonos poco a poco a nosotros mismos.

Estoy de acuerdo con que las fábricas y las grandes industrias (no quiero decir Coca Cola o la industria minera, por ejemplo), son las que más contaminan y las que más deterioran el medio ambiente y que los esfuerzos que hagamos serán pequeñitos en comparación del daño, pero es como con el Covid, no nos podemos quedar cruzados de brazos. ¿O sí?

¿Acciones? Para empezar sembremos árboles, muchos, todos tenemos un pedacito de tierra o una maceta aunque sea, comencemos por uno, pero si son decenas, ¡mejor! Cuidemos el agua, no gastemos luz y gasolina de forma innecesaria y de paso recordemos a nuestros representantes que urgen políticas ambientales, porque si seguimos así ni ellos se van a salvar, porque para bien o para mal desastres como los huracanes, los incendios o cualquier otro, no distinguen entre ricos y pobres, sí, los segundos siempre resultan más amolados pero en un derrumbe igual queda aplastado el uno que el otro.

¿Qué propone? Hagamos una estrategia por calle, por colonia, démosle difusión y seguimiento, qué tal que se unan más, que sea estrategia municipal o estatal. Sí, el calentamiento global es un monstruo enorme, pero si los humanos lo causamos quiero pensar que vamos a poder si no revertirlo, al menos detenerlo. Yo no quiero vivir en marte o en venus, amo la Tierra y nos está gritando ¡auxilio!

Comentarios a rgonzalez@diariodelsur.com.mx

Ya no es sólo en esta zona del país, en las playas o en el desierto de Sonora, es en todo el país, en todo el mundo ¡nos estamos asando! El calentamiento global es real y a diferencia del chupacabras a éste lo podemos ver, pero sobre todo sentir, en cada momento.

Ayer fue uno de los días más calurosos en varios puntos de la República y esto trae graves consecuencias para todos los ecosistemas y obviamente para nosotros, aunque a veces creamos que con prender el ventilador o el clima se resuelve todo, de hecho sucede lo contrario por el uso de la electricidad.

Están desapareciendo miles de especies y otras tantas están amenazadas porque sus hábitats se modificaron, porque sus hogares ya fueron talados o están sumamente contaminados, tanto que ya no hay forma de que puedan vivir, y todo ello es obra de los seres humanos, lo que no hemos querido ver es que la siguiente especie en extinguirse puede ser la nuestra, y no lo digo en un afán fatalista, pero sí para hacer conciencia de lo que nos toca de culpa, pero sobre todo de lo que nos toca de solución.

Cuando nos sorprendió la pandemia todos actuamos porque estaba de por medio nuestra vida, porque era salvaguardar la de nuestros seres queridos, así que todos compramos cajas y cajas de cubrebocas (no tengo que decirle que ahora las playas y los bosques están inundados de ellos), litros y litros de gel, lo que fuera por cuidarnos. El caso ahora es el mismo, esto nos va a matar, a todos, así que bien valdría que se formulara una estrategia mundial, nacional, estatal.

Pero como no siempre es posible que los de arriba despierten a tiempo (o los vuelven a dormir a billetazos), comencemos nosotros, para empezar, ya no tiremos árboles, les cuesta años, muchos, crecer, y sólo lo hacen para beneficiarnos con oxígeno, siendo hogar de aves, mamíferos; y nosotros en cambio los matamos en cuestión de segundos, matándonos poco a poco a nosotros mismos.

Estoy de acuerdo con que las fábricas y las grandes industrias (no quiero decir Coca Cola o la industria minera, por ejemplo), son las que más contaminan y las que más deterioran el medio ambiente y que los esfuerzos que hagamos serán pequeñitos en comparación del daño, pero es como con el Covid, no nos podemos quedar cruzados de brazos. ¿O sí?

¿Acciones? Para empezar sembremos árboles, muchos, todos tenemos un pedacito de tierra o una maceta aunque sea, comencemos por uno, pero si son decenas, ¡mejor! Cuidemos el agua, no gastemos luz y gasolina de forma innecesaria y de paso recordemos a nuestros representantes que urgen políticas ambientales, porque si seguimos así ni ellos se van a salvar, porque para bien o para mal desastres como los huracanes, los incendios o cualquier otro, no distinguen entre ricos y pobres, sí, los segundos siempre resultan más amolados pero en un derrumbe igual queda aplastado el uno que el otro.

¿Qué propone? Hagamos una estrategia por calle, por colonia, démosle difusión y seguimiento, qué tal que se unan más, que sea estrategia municipal o estatal. Sí, el calentamiento global es un monstruo enorme, pero si los humanos lo causamos quiero pensar que vamos a poder si no revertirlo, al menos detenerlo. Yo no quiero vivir en marte o en venus, amo la Tierra y nos está gritando ¡auxilio!

Comentarios a rgonzalez@diariodelsur.com.mx