“El abandono de la frontera sur de México, se refleja con el colapso económico que no cambia ni con la efímera zona libre, supuestamente promulgada este 2021”, lamentaron economistas y contadores públicos de Chiapas.
La queja de los sectores productivos es inminente ante la permanencia de impuestos que no bajan, no importando las facilidades “complicadas” de Hacienda federal que se contraponen a las urgencias de las personas físicas y Morales que buscan subsistir de un hundimiento denigrante.
Tienen que estar al cien por ciento alineadas a una letanía de requisitos que fungen como candados de transparencia tipo santa inquisición que se traducen en falsos beneficios a los contribuyentes. Ven injusta la competencia desleal y la persecución política hacendaria para quienes han buscado caminar por el camino de la rectitud, pero se han topado con pared ante gobiernos que tienen “prohibido- prohibir”
Integrantes de colegios de profesionistas; contadores, fiscalistas, administrativos de empresas públicas y privadas, claman ayuda a la Secretaria de Gobernación (SEGOB), Olga Sánchez Cordero, diputados federales, locales de Chiapas, y miembros del gabinete legal y ampliado, pero sus peticiones yacen en el anonimato ante el avasallamiento gubernamental que ha dejado un cementerio de empresas quebradas en el marco de la pandemia Covid-19 que se arrincona entre la espada y la pared.
Broncas económicas en el sur del país no cesan. Hay temor de debacle ante el aumento de los costos de hidrocarburos como gasolinas, Premium, Magna y Diésel de 20 a 22 pesos lo que propicia una decepción colosal en el pueblo de México.
Habitantes de la frontera Sur de México, se sienten decepcionados de la negligencia de las instituciones de gobierno y de diputados federales como el negligente José Luis Elorza y demás funcionarios que no sirvieron para nada; que pregonaron impulso económico y trabajo frente a estadísticas brutales de desempleo y fuga de emprendedores que no han visto claro a dos años de promesas incumplidos.
Ante el proceso electoral, se percibe la llegada de ayuda humanitaria (como dádivas) al pueblo marginado, decadente y olvidado que lejos de contribuir con el fortalecimiento de su tejido social fue desplazado por las políticas migratorias que han discriminado a los propios mexicanos.
Los mexicanos de segunda y tercera que han sido tratados como el patio trasero de la República mexicana, esperan que se les haga justicia a su revolución permanente para que sean tomados en cuenta sin ser discriminados por políticas decadentes.
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