1. Querida familia diocesana, llegamos al quinto domingo de Pascua. Hoy la Palabra de Dios, en el evangelio de San Juan (13,31-33.34-35), nos ofrece una perspectiva especial para ver y comprender el espacio donde vivimos. El mandamiento del amor es una oportunidad de ver y vivir el mundo de otra manera. El mandamiento del amor es un criterio de relación que parte de una justa comprensión de nuestro ser de hijos amados del Padre, pasa por nuestra aceptación de los demás y nos guía en nuestro camino de regreso a la casa del Padre. El amor como lente para ver nuestro mundo y como criterio de relación con los demás es de una importancia tal que sintetiza la revelación de Dios y nos muestra un atributo divino, de cercanía y de confianza, manifestado en la gloria de Jesús y en su vida entregada por nosotros. La vida de Jesús da al mandamiento del amor un referente determinante. No nos toca inventar cómo incorporar a la vida el amor como criterio de relación. Basta contemplar a Jesús para ver una realidad, punto de referencia que orienta nuestra vida. La vida de Jesús, una vida entregada, es ejemplo y argumento que nos ha de llevar a dar la vida por los demás. En la vida de Jesús tenemos el modelo de un mundo visto con amor y de una vida impulsada por el amor.
La vivencia del amor es un todo, es un alimento completo que tiene sabor en sí mismo, no necesita de un discurso añadido y tiene el sabor característico que da identidad a quien sigue, en su modo de vivir, al Señor Jesús. El hombre que ama sabe a discípulo de Jesús. El evangelio de San Juan nos propone hoy la vivencia del amor como el rasgo característico de aquél que sigue a Jesús. Aquí es donde la vida de Jesús cobra más fuerza como modelo a seguir. No es el discurso bien pronunciado el que hablará del Señor Glorificado, es el amor encarnado en la vida quien hablará del resucitado y dará al mundo motivos de alegría, de fiesta y de esperanza. En la vivencia del amor el mundo reconocerá a los discípulos del Señor resucitado.
2. Día del maestro: hoy 15 de mayo. Me uno a la felicitación que ha hecho la Conferencia del Episcopado Mexicano, mediante su mensaje, a todos los maestros y maestras de nuestro país. Muchos son los retos que se presentan sobre el campo educativo. Ahora, sin duda, nos toca a todos retomar la realidad educativa en su conjunto e impulsar la educación integral, con el fin de dar pasos a una humanidad más fraterna, solidaria y cuidadosa de nuestra Casa Común, como lo ha afirmado el Santo Padre Francisco. Felicidades. Con mi oración y afecto por tan gran servicio a la humanidad.
3. Sobre reforma educativa. Así mismo, en dicho mensaje antes citado, expresamos que: “Nos preocupan las recientes declaraciones, de funcionarios menores, con relación al modelo y los contenidos educativos, que no tienen un sustento científico ni responden al momento educativo que vivimos, así como la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo, entre otros sucesos. El Papa Francisco también señala en el lanzamiento del Pacto Educativo Global, como primera prioridad, la urgencia de poner a la persona en el centro de la educación, más que a la comunidad o la propia escuela. El servicio de éstas es la persona, y no al revés. Por supuesto, estamos llamados a educar a cada ser humano, con una vocación social, de servicio y entrega.”
Por lo tanto: “Es tiempo de buscar, todos, caminos de conciliación, no de confrontación; es tiempo de impulsar la tarea educativa, no sólo trabajar en su proyección o gestión; es tiempo de buscar certezas, información verídica y científica, que dé sustento y orden al Sistema Educativo Nacional. Es tiempo de escuchar a los especialistas, a los padres y madres de familia, a los maestros y directivos, a los estudiantes, a la comunidad en general, a través de los Consejos establecidos por la Ley General deEducación. La educación es un hecho concreto, es una experiencia compleja, amplia y profunda. Requiere de mucha participación, de consensos posibles gracias al diálogo y al encuentro; de corresponsabilidad, que conlleva generosidad y gratuidad. Lo anterior, como en toda democracia, ordena la tarea de la autoridad, organiza el impulso vital de la sociedad, así como estructura las instituciones en un marco jurídico justo y realista”.
4. Queen Cristo nuestra Paz, México tenga vida digna. Es el nombre de la exhortación pastoral del episcopado mexicano publicada el 15 de febrero de 2010 que trata sobre la misión de la Iglesia en la construcción de la paz, para la vida digna del pueblo de México. En su primer número dice: “«La paz esté con ustedes» (Jn 20,19). Con el saludo de Jesús Resucitado, víctima inocente, los Obispos de México saludamos a todos los fieles de la Iglesia católica y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Con esta Exhortación Pastoral queremos compartir nuestro discernimiento sobre la misión de la Iglesia en la realidad de inseguridad y violencia que se vive en nuestro país y alentar la esperanza de quienes por esta razón viven con miedo, con dolor e incertidumbre. La Iglesia cumple su misión siguiendo los pasos de Jesús y haciendo suyas sus actitudes (Cf. Mt 9,35-36); de Él aprendemos la sublime lección de anunciar el Evangelio de la paz con la confianza puesta en la fuerza transformadora del Amor”. Estas palabras resuenan con más fuerza ahora en los corazones de quienes vivimos en estas tierras chiapanecas ya que en los últimos meses en nuestro entorno, como en toda la geografía nacional, suceden hechos violentos, robos, extorsiones; esta situación se agrava día con día. Ruego a todos, especialmente a nuestras autoridades garantes de nuestro derecho a vivir en paz, que pongamos todo lo que está de nuestra parte para que este cáncer social no crezca en nuestra tierra.
5. Conversión ecológica. Para quienes vivimos en estas tierras ya están pasando los “asajuanes” y el movimiento sísmico esperado que anuncian este gran suceso: ¡Llegaron las lluvias¡ Agradezcamos a Dios el don de la lluvia, pero sigamos siendo responsables en cuidarla y no contaminarla con la basura que se tira por las calles; nos revela poca educación y menos amor por nuestra casa común. Tengamos cuidado en la zona alta de la montaña con los deslaves. Y estemos atentos siempre a las indicaciones de nuestras autoridades ante los posibles huracanes.
Encomiendo a la paternal protección de San José, custodio de las vocaciones, y al abrazo amoroso y maternal de nuestra amada Reina Inmaculada Margarita Concepción, a toda la familia diocesana.