/ jueves 14 de febrero de 2019

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ganó al gobierno Federal

A Doble Espacio


La Suprema Corte de Justicia de la Nación ganó al gobierno Federal el pleito por la suspensión de los salarios, de tal forma, que los ministros podrán seguir ganando su sueldo y cualquiera puede ganar más que el presidente de la República dentro del aparato gubernamental federal.

Eso significa que el presidente Andrés Manuel López Obrador no puede, por sí solo, dictar leyes ni disponer de la vida de los mexicanos a su antojo. Lo digo porque ahora desea limitar la libertad de los exfuncionarios de ser contratados por empresas privadas luego de haber concluido su encargo en el gobierno.

Esa otra pretensión de ley puede sufrir el mismo revés en la SCJN, sobre todo, porque ya está sentada la jurisprudencia en cuanto a remuneraciones.

Los contrapesos al poder omnímodo y absoluto son un mecanismo que mantiene la salud de la República. Nadie debe comportarse como dictador de leyes al capricho. Tampoco puede legislar ocurrencias sobre las rodillas.

Es evidente que el equipo de Andrés Manuel López Obrador actúa más bajo las órdenes del presidente que como colaboradores, aportadores del conocimiento necesario acerca de las leyes.

Con los reveses que se ha llevado, tal vez empiece a darse cuenta el tabasqueño que no tiene el poder totalitario en sus manos, lo cual puede derivar en obtenerlo a como dé lugar mediante una nueva Constitución o resignarse a acatar las leyes, como se comprometió al asumir el mandato.



A Doble Espacio


La Suprema Corte de Justicia de la Nación ganó al gobierno Federal el pleito por la suspensión de los salarios, de tal forma, que los ministros podrán seguir ganando su sueldo y cualquiera puede ganar más que el presidente de la República dentro del aparato gubernamental federal.

Eso significa que el presidente Andrés Manuel López Obrador no puede, por sí solo, dictar leyes ni disponer de la vida de los mexicanos a su antojo. Lo digo porque ahora desea limitar la libertad de los exfuncionarios de ser contratados por empresas privadas luego de haber concluido su encargo en el gobierno.

Esa otra pretensión de ley puede sufrir el mismo revés en la SCJN, sobre todo, porque ya está sentada la jurisprudencia en cuanto a remuneraciones.

Los contrapesos al poder omnímodo y absoluto son un mecanismo que mantiene la salud de la República. Nadie debe comportarse como dictador de leyes al capricho. Tampoco puede legislar ocurrencias sobre las rodillas.

Es evidente que el equipo de Andrés Manuel López Obrador actúa más bajo las órdenes del presidente que como colaboradores, aportadores del conocimiento necesario acerca de las leyes.

Con los reveses que se ha llevado, tal vez empiece a darse cuenta el tabasqueño que no tiene el poder totalitario en sus manos, lo cual puede derivar en obtenerlo a como dé lugar mediante una nueva Constitución o resignarse a acatar las leyes, como se comprometió al asumir el mandato.