CARREREANDO LA CHULETA
Hace unos días varios productores de plátano manifestaron la necesidad de apoyos por parte del gobierno, en su momento también lo hicieron los productores de mango, los cañeros, los de café ni se diga, esos desde hace mucho están solicitando lo mismo.
Preguntando a los líderes de estos sectores de la agricultura, cuál había sido el último año en el que habían sido autosuficientes, me sorprendió la respuesta, porque de hecho no existe tal dato.
El mal, porque es un mal está tan arraigado, que créame, que si el día de mañana un grupo de campesinos decide empezar a sembrar kiwi en México, antes que planear lo que sea, inmediatamente van a solicitar al gobierno apoyos para poder sacar su cosecha, queriendo que el gobierno les remedie los males que todavía ni existen y adivine, la opinión pública a quién le da la razón y defiende, obviamente a los campesinos, que están ya muy acostumbrados a echarle la culpa al gobierno de su desgracias.
Y con esto no quiero decir que sea sin razón o que esté justificando al gobierno, pero si somos honestos, hay quienes viven no tanto de su actividad agrícola, sino de las manifestaciones que hacen con ese pretexto. Algo no está funcionando aquí, porque es una actividad que debería dar resultados, que debería ser rentable y si no lo es ¿por qué siguen sembrando? Es un poco ilógico ¿no cree? Es como si yo vendiera dulces y saliera poniendo, de menso seguiría en lo mismo, a menos que obtuviera dinero por hacer que vendo dulces, eso ya es distinto.
Sinceramente no veo muchos casos de éxito en donde el gobierno haya dado subsidios, sobre todo en sectores primarios y que haya rendido buenos frutos, que haya dado pie a crear grandes empresas trasnacionales que den empleos a decenas de personas, no; a lo mucho logran sacar las cosechas sin pérdida y para el siguiente ciclo la misma gata, a llorar y a pedir porque si no, no se logra, eso no es negocio.
Ya deberíamos dejar de hacer castillos de arena, el gobierno tendría que buscar los mecanismos necesarios para orientar al productor a ser autosuficiente y no depender de un apoyo gubernamental, ese sí sería un paso increíble en el sector primario de este país. El apoyo debería ser en buscar -y encontrar- mercados justos, precios competitivos, eliminación de intermediarios, de otra forma los unos y los otros nomás se están haciendo como el Tío Lolo.
Mi pregunta es ¿los agricultores estarían dispuestos a terminar con este mecanismo del subsidio así nomás?
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