/ jueves 28 de enero de 2021

Tu guía para el bienvivir | La obligación de “ser fuerte”


Cuando experimentamos una pérdida, sobretodo si se trata de la muerte de un ser querido, el divorcio de nuestros padres, un empleo de años, cualquier proceso doloroso, el primer impulso son las lágrimas, los deseos de gritar, lamentarse o hablar con alguien más de lo difícil que es atravesar por esa situación.

Lamentablemente, no falla que las personas alrededor salgan con la consabida frase: “sé fuerte” ¿A qué se refieren con ser fuerte? Si el dolor no permite ni respirar, pensar, actuar o coordinar palabras o acciones. ¿Porqué debería ser fuerte? Hablamos de una padre una madre, un hermano o hermana, un ser profundamente querido que desencarnó, se trata de la pérdida del mundo como lo conocías en el caso del divorcio y de la pérdida de un sustento al que te acostumbraste en el caso de la pérdida del empleo. ¿Por qué alguien piensa que decir “se fuerte” es una forma de consuelo, solución o siquiera algo adecuado para decir?

La respuesta es simple: miedo al dolor, las personas sienten temor al dolor aún cuando se trate de algo ajeno, piensan entonces que si te piden ser fuerte, están ayudando a que tú tampoco sientas ese dolor, cosa que, claro, no funciona nunca.

Peor: muchas personas viven con angustia, con sentimientos de pánico, con repentinas ganas de llorar “no saben porqué”, con deseos de “salir corriendo” sin más, o deprimidas y no comprenden qué les causa esas emociones, se las causa el ser fuertes, el dolor no procesado, no vivido, no llorado y por tanto, no admitido.

¿La solución? No seas fuerte, negar tu dolor no lo hará desaparecer, sólo lo va a encapsular en tu pecho y va a provocarte más dolor emocional porque se activará cada vez que sufras una pérdida por pequeña que sea, y fisico porque podrías terminar por sufrir enfermedades cardíacas, úlceras, gastritis, gripes frecuentes, etc.

Además aunque claro que da mucho miedo, aceptar la emoción hace que se vaya más pronto que si la niegas.

En primer lugar porque te permite entender con qué estás lidiando y porqué te sientes así, luego al aceptarla y darte el permiso para vivirla, puedes comenzar a procesarla y así, desde la razón y la emoción entender que es normal y dejarla ir.

Cuando debas lidiar con una emoción negativa que te ahogue, permítete sentirla, llorar o hacer aquello que desees, pero además, consuélate, puedes ser cariñosa contigo, decirte una frase de consuelo, darte un pequeño obsequio (puede ser un dulce que te gusta mucho), abrazarte o estar en cama un rato más si es que puedes hacerlo.

No te castigues, no te cuestiones, no te juzgues, todas las personas sentimos dolor, pero no todas nos quedamos atrapadas en él, tú puedes ser una de las que salga adelante, date permiso de procesar lo que ocurre, no tienes que ser fuerte, sólo sé una persona con la capacidad de sufrir y seguir adelante una vez que ha podido sanar la herida que la pérdida le provocó.

Finalmente considera que nadie puede decirte cuándo te tiene que dejar de doler. Deja que te duela tanto como la importancia que tuvo para ti, es un proceso, tomate tu tiempo para volver a sonreír. No seas fuerte, sé lo que necesites en ese momento.

Fb. @ivonnesanadora

Escríbeme: ideleon@diariodelsur.com.mx


Cuando experimentamos una pérdida, sobretodo si se trata de la muerte de un ser querido, el divorcio de nuestros padres, un empleo de años, cualquier proceso doloroso, el primer impulso son las lágrimas, los deseos de gritar, lamentarse o hablar con alguien más de lo difícil que es atravesar por esa situación.

Lamentablemente, no falla que las personas alrededor salgan con la consabida frase: “sé fuerte” ¿A qué se refieren con ser fuerte? Si el dolor no permite ni respirar, pensar, actuar o coordinar palabras o acciones. ¿Porqué debería ser fuerte? Hablamos de una padre una madre, un hermano o hermana, un ser profundamente querido que desencarnó, se trata de la pérdida del mundo como lo conocías en el caso del divorcio y de la pérdida de un sustento al que te acostumbraste en el caso de la pérdida del empleo. ¿Por qué alguien piensa que decir “se fuerte” es una forma de consuelo, solución o siquiera algo adecuado para decir?

La respuesta es simple: miedo al dolor, las personas sienten temor al dolor aún cuando se trate de algo ajeno, piensan entonces que si te piden ser fuerte, están ayudando a que tú tampoco sientas ese dolor, cosa que, claro, no funciona nunca.

Peor: muchas personas viven con angustia, con sentimientos de pánico, con repentinas ganas de llorar “no saben porqué”, con deseos de “salir corriendo” sin más, o deprimidas y no comprenden qué les causa esas emociones, se las causa el ser fuertes, el dolor no procesado, no vivido, no llorado y por tanto, no admitido.

¿La solución? No seas fuerte, negar tu dolor no lo hará desaparecer, sólo lo va a encapsular en tu pecho y va a provocarte más dolor emocional porque se activará cada vez que sufras una pérdida por pequeña que sea, y fisico porque podrías terminar por sufrir enfermedades cardíacas, úlceras, gastritis, gripes frecuentes, etc.

Además aunque claro que da mucho miedo, aceptar la emoción hace que se vaya más pronto que si la niegas.

En primer lugar porque te permite entender con qué estás lidiando y porqué te sientes así, luego al aceptarla y darte el permiso para vivirla, puedes comenzar a procesarla y así, desde la razón y la emoción entender que es normal y dejarla ir.

Cuando debas lidiar con una emoción negativa que te ahogue, permítete sentirla, llorar o hacer aquello que desees, pero además, consuélate, puedes ser cariñosa contigo, decirte una frase de consuelo, darte un pequeño obsequio (puede ser un dulce que te gusta mucho), abrazarte o estar en cama un rato más si es que puedes hacerlo.

No te castigues, no te cuestiones, no te juzgues, todas las personas sentimos dolor, pero no todas nos quedamos atrapadas en él, tú puedes ser una de las que salga adelante, date permiso de procesar lo que ocurre, no tienes que ser fuerte, sólo sé una persona con la capacidad de sufrir y seguir adelante una vez que ha podido sanar la herida que la pérdida le provocó.

Finalmente considera que nadie puede decirte cuándo te tiene que dejar de doler. Deja que te duela tanto como la importancia que tuvo para ti, es un proceso, tomate tu tiempo para volver a sonreír. No seas fuerte, sé lo que necesites en ese momento.

Fb. @ivonnesanadora

Escríbeme: ideleon@diariodelsur.com.mx