En la frontera sur de México la celebración del Día de Muertos, la fecha es esperada por los deudos para recibir en su casa a las almas de sus difuntos y convivir con ellos, los niños arribarán la noche del 31 de octubre y se retiran al finalizar el día primero de noviembre, mientras que los adultos estarán a partir de las primeras horas del 2 de noviembre y se ven a la media noche, se asegura que en el hogar se siente su presencia, hay sonidos inequívocos que ha “bajado” para convivir en la tierra, ellos degustan en casa las bebidas predilectas en vida así como los alimentos favoritos.
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En entrevista el cronista de Tapachula, Augusto Villanueva del Pino, relata las particulares características de la celebración en esta zona Sur de México, en la que los panteones se llenan del colorido de las flores, prácticamente una fiesta el llamado “camposanto”, la música de las marimbas “sobaqueras” (músicos ambulantes que cargan la marimba y sus instrumentos bajo el brazo), tríos o mariachi y la convivencia de las familias sobre las tumbas o en las capillas.
En los hogares los tradicionales altares en los que predominan el negro, naranja y morado, al frente un cristo y la foto de la persona fallecida, flores de cempasúchil, cresta de gallo una flor aterciopelada de la región entre otras, bebidas listas para que el alma que estará un día en la casa las deguste así como los alimentos y golosinas preferida.
Una vez que transcurrió esta fecha, el día 3 de noviembre, los habitantes de la casa pueden degustar los alimentos y bebidas que incluyen vinos y cervezas, chocolate, mole, pan, dulce, porque ya fueron saboreados por los difuntos.
En el panteón es tradicional la venta de fritangas, bebidas y ante la prohibición de comercialización de cerveza o vino, la gente se prepara y lleva esos productos para la convivencia, mientras se adorna, se limpia y se decora la tumba con flore, papel picado, empieza la fiesta y la tradición de hablar con los muertos
En el panteón nacen compadrazgos, el cascarón de huevo, decorado con colores y un gorrito de papel de china, y adentro confeti o harina, sirve como lazo de unión al romperlo en la cabeza, de allí el dicho, “compadre de huevo”,
AYOTE TÍA
Una costumbre tradicional en la región durante la noche del primero de noviembre, es el recorrido que grupos de niños realizan en las casas con la petición del “Ayote, tía”, cantan al unísono, “Ángeles somos, del cielo bajamos, ayote pedimos para que comamos”, reciben dinero y dulces generalmente y al retirarse gritan que “viva la tía” si la petición fue exitosa y en caso de no recibir nada el grito es de “muera la tía”
Augusto Villanueva
El dulce de calabaza y camote, es tradicional en estas fechas no faltas en el altar de muertos, ni en las tumbas, las tradiciones en esta región datan de la época prehispánica que se ha mezclado con algunas actuales.