¡Duro golpe! América tendrá que remontar en el Azteca

El equipo canadiense venció 3-1 al América en la ida de las semifinales de Concachampions

ESTO

  · martes 3 de abril de 2018

Foto: @Concacaf

Congelado y en la lona. Así fue como América quedó en su visita a Toronto, campeón de la MLS que hizo gala de contundencia para poner la serie muy a su favor en la búsqueda de un boleto para la final de la Concacaf Liga de Campeones.


Giovinco resultó ser toda una pesadilla para la defensa de Coapa y se hizo presente con un gol y una asistencia. Altidore y Morgan completaron la faena, mientras que Ibargüen anotó el de la honra con una gran maniobra individual que permitió que su equipo aun respire en la eliminatoria.


Un segundo tiempo desastroso tiene al borde de la eliminación a un América que necesita ganar en casa por dos goles o más de diferencia sin recibir más de un gol, tarea que luce más que difícil luego de la exhibición de anoche.


EL JUEGO


Con un frío congelante, América saltó a la cancha de Toronto en busca de un resultado que le permitiera volver al Estadio Azteca con altas posibilidades de sellar su pase a la Final de la Concacaf Liga de Campeones. Sin embargo, la misión fue mucho más complicada, ya que Toronto aprovechó todos los factores a su favor, desde la cancha hasta el clima.

Pronto, el campeón de la MLS consiguió ponerse en ventaja en el marcador en una jugada polémica donde Giovinco se metió al área y al encarar a Edson Álvarez, termino derribado, a lo que el silbante Henry Bejarano no dudó en marcar falta pese a que no se vio contacto del defensa sobre el atacante italiano. En la definición, el 10 rojo fue sobrio y cobró al centro para vencer a Marchesín.


Conforme avanzaron los minutos, las Águilas tuvieron mejor posesión de balón y se insinuaron con mayor proximidad al área canadiense, aunque les faltaba esa sensación de peligro necesaria para preocupar a Alex Bono y sus zagueros. Fue ahí cuando apareció Andrés Ibargüen para sacarse una genialidad de la chistera al ponerse a tirar amagues a los defensas de Toronto hasta quedar mano a mano con el arquero y batirlo con un potente remate. El empate había llegado.