El 8 de noviembre marca el Día Mundial sin WiFi, una jornada que la Federación Ambientalista Internacional (FAI) instauró en 2016 para concienciar sobre los posibles riesgos para la salud asociados al uso del WiFi. Según la FAI, las señales inalámbricas pueden alterar ritmos biológicos y afectar el estado de ánimo. Pero además de la reflexión sobre su impacto en la salud, esta fecha nos invita a imaginar cómo sería la vida sin Internet en nuestra sociedad hiperconectada.
¿Qué pasaría si el Internet desapareciera?
Leopoldo Vega, director de Telecomunicaciones en la UNAM, explica que sin Internet volveríamos a la vida de los años 80. Las redes sociales, los servicios de mensajería y el comercio en línea desaparecerían, y las comunicaciones regresarían a los teléfonos fijos. “No podríamos contactar a amigos y familiares de inmediato. Volveríamos a usar cabinas telefónicas en las calles para hacer llamadas”, dice Vega.
La economía también se vería afectada: sin Internet, las aplicaciones bancarias y las transferencias digitales dejarían de funcionar, dificultando el acceso a los fondos. Además, actividades como la educación en línea, clases virtuales y el teletrabajo se volverían imposibles. El GPS y la navegación, esenciales en el día a día, también dejarían de estar disponibles.
Consecuencias en la vida cotidiana
Fabian Romo Zamudio, experto en tecnologías de la UNAM, explica que las aplicaciones más populares hoy en día se agrupan en tres categorías: mensajería, redes sociales y servicios financieros o laborales. Sin Internet, servicios de mensajería instantánea como WhatsApp y plataformas de redes sociales como Instagram y Facebook desaparecerían. Para informarse sobre las noticias, las personas tendrían que recurrir nuevamente a la televisión, la radio o los periódicos impresos.
En el sector salud, la falta de Internet dificultaría el uso de aplicaciones que ayudan en el monitoreo de condiciones como la diabetes o epilepsia. Estos dispositivos, que envían alertas a familiares o profesionales de la salud, dependen de una conexión constante a la red para funcionar.
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¿Es posible vivir sin Internet?
Aunque sería un gran desafío, Romo Zamudio asegura que sí es posible vivir sin Internet, aunque implicaría adaptarse a métodos alternativos de comunicación y un regreso a la dependencia de teléfonos fijos y medios impresos. De hecho, recomienda que las personas mantengan recursos como teléfonos fijos y radios para emergencias.
Un escenario sin Internet implicaría un cambio drástico en nuestro estilo de vida, en la forma en que trabajamos, estudiamos y nos conectamos con los demás. El Día Mundial sin WiFi nos invita a reflexionar sobre esta dependencia y la importancia de contar con alternativas que nos permitan enfrentar cualquier eventualidad.
