/ jueves 2 de abril de 2020

Carrereando La Chuleta: #aquinadietruena

Luego de la noticia de un nuevo casoimportado en Tapachula, otra vez algunos monstruos mostraron los cuernos y losojos a la sociedad, lo que por supuesto despertó la duda que ronda en nuestros corazonesy nuestras mentes ¿cuándo va a terminar esto?

Pareciera que las personas no estuvierandándole la importancia adecuada, que es una simple publicación de una redsocial, una nota que complementa la página de un periódico o algo que consumelos últimos 10 minutos de un programa de radio, que es una de las miles denotas que rondan nuestra vida cotidiana.

¿A qué se deberá la falta de seriedad, decompromiso, por parte de la sociedad civil para cuidarnos? Porque va más alládel llamado de un actor político, de la gestión que realice una autoridadestatal o federal. Hoy más que nunca necesitamos seguir las recomendaciones dela autoridad sanitaria: no tener contacto con otras personas, aunque parezcansanas, así cuidamos a los nuestros; lavarse y desinfectarse las manos; no salirsi presentamos algún síntoma.

Sin embargo, lo que se ve es la malditarealidad del tercer mundo. No somos un país rico en el que todos tengancontratados seguros para este tipo de problemas, en donde las familias tenganun ahorro para hacerle frente a emergencias epidemiológicas, y aunque somos unpaís grande en cultura, en belleza, en entusiasmo y dedicación, económicamenteno somos lo que quisiéramos ser, pero nos comportamos como si tuviéramos laatención garantizada si nos enfermamos.

Y quisiera solicitarle dos cosas, laprimera: quédese en casa, el mayor tiempo posible y salga de maneraresponsable, si lo hace para las compras respete la distancia entre personas,no se ponga altanero, no va a llegar antes si está pegado con el de enfrente.Cuando regrese, desde la puerta de su casa deberá desinfectarse, quítese esaropa, póngala en una bolsa o remójela con jabón para lavarla después, si esposible báñese, o lávese perfectamente las manos y los antebrazos, ya despuéspuede tener contacto con los miembros de su familia. Lo tenemos que hacer,creemos que nada nos va a pasar, pero sí nos puede pasar si no nos cuidamos.

La segunda: hoy más que nunca,urgentemente, tenemos que apoyar a la industria local, al pequeño comerciante,a la señora que vende fruta y verdura picada en el mercado, al vendedor localde queso y crema, ser socialmente responsables, con nuestra propia gente,demostrar fe y amor a nuestros hermanos. Querer a este pueblo, esta patria,consumir lo más que podamos entre nosotros para que el impacto económico no nospegue más duro que el mismo Coronavirus.

Hay cosas que sólo los patrones saben, comolo difícil que es juntar una nómina. Muchas empresas esperaban con entusiasmolas vacaciones de semana Santa o el Día del niño, pero hoy, luego de lasdisposiciones federales, no van a tener esos ingresos. El esfuerzo es de cadauno en beneficio de todos, hagamos lo que nos toca y saldremos de ésta.

Me gustaría ver que un diputado levantarala mano y le pidiera, por ejemplo a la Comisión Federal de Electricidad, quebuscara algún mecanismo para que no nos impacte tanto el pago de la energía, oque algunas empresas grandes, a las que por supuesto no les va pasar nada si seles deja de pagar un par de meses, como telefonía celular, el internet,apoyaran de esa forma a los ciudadanos, no cortando el servicio, no cobrandorecargos, o ya de perdida difiriéndolo en meses.

Al pequeño productor también le quieropedir que sea justo en los precios que da, que no le suba al casillero de huevosque le costó 40 pesos y lo quiera vender en 100, o el tomate. Sabemos quemuchos son intermediarios, pero es tiempo de que pensemos un poco en los demás,si no lo hacemos así nos puede ir muy mal en el futuro cercano.

Vamos echarnos la mano todos porque enTapachula #nadietruena!!

Comentarios: ronay.mx@gmail.com

Luego de la noticia de un nuevo casoimportado en Tapachula, otra vez algunos monstruos mostraron los cuernos y losojos a la sociedad, lo que por supuesto despertó la duda que ronda en nuestros corazonesy nuestras mentes ¿cuándo va a terminar esto?

Pareciera que las personas no estuvierandándole la importancia adecuada, que es una simple publicación de una redsocial, una nota que complementa la página de un periódico o algo que consumelos últimos 10 minutos de un programa de radio, que es una de las miles denotas que rondan nuestra vida cotidiana.

¿A qué se deberá la falta de seriedad, decompromiso, por parte de la sociedad civil para cuidarnos? Porque va más alládel llamado de un actor político, de la gestión que realice una autoridadestatal o federal. Hoy más que nunca necesitamos seguir las recomendaciones dela autoridad sanitaria: no tener contacto con otras personas, aunque parezcansanas, así cuidamos a los nuestros; lavarse y desinfectarse las manos; no salirsi presentamos algún síntoma.

Sin embargo, lo que se ve es la malditarealidad del tercer mundo. No somos un país rico en el que todos tengancontratados seguros para este tipo de problemas, en donde las familias tenganun ahorro para hacerle frente a emergencias epidemiológicas, y aunque somos unpaís grande en cultura, en belleza, en entusiasmo y dedicación, económicamenteno somos lo que quisiéramos ser, pero nos comportamos como si tuviéramos laatención garantizada si nos enfermamos.

Y quisiera solicitarle dos cosas, laprimera: quédese en casa, el mayor tiempo posible y salga de maneraresponsable, si lo hace para las compras respete la distancia entre personas,no se ponga altanero, no va a llegar antes si está pegado con el de enfrente.Cuando regrese, desde la puerta de su casa deberá desinfectarse, quítese esaropa, póngala en una bolsa o remójela con jabón para lavarla después, si esposible báñese, o lávese perfectamente las manos y los antebrazos, ya despuéspuede tener contacto con los miembros de su familia. Lo tenemos que hacer,creemos que nada nos va a pasar, pero sí nos puede pasar si no nos cuidamos.

La segunda: hoy más que nunca,urgentemente, tenemos que apoyar a la industria local, al pequeño comerciante,a la señora que vende fruta y verdura picada en el mercado, al vendedor localde queso y crema, ser socialmente responsables, con nuestra propia gente,demostrar fe y amor a nuestros hermanos. Querer a este pueblo, esta patria,consumir lo más que podamos entre nosotros para que el impacto económico no nospegue más duro que el mismo Coronavirus.

Hay cosas que sólo los patrones saben, comolo difícil que es juntar una nómina. Muchas empresas esperaban con entusiasmolas vacaciones de semana Santa o el Día del niño, pero hoy, luego de lasdisposiciones federales, no van a tener esos ingresos. El esfuerzo es de cadauno en beneficio de todos, hagamos lo que nos toca y saldremos de ésta.

Me gustaría ver que un diputado levantarala mano y le pidiera, por ejemplo a la Comisión Federal de Electricidad, quebuscara algún mecanismo para que no nos impacte tanto el pago de la energía, oque algunas empresas grandes, a las que por supuesto no les va pasar nada si seles deja de pagar un par de meses, como telefonía celular, el internet,apoyaran de esa forma a los ciudadanos, no cortando el servicio, no cobrandorecargos, o ya de perdida difiriéndolo en meses.

Al pequeño productor también le quieropedir que sea justo en los precios que da, que no le suba al casillero de huevosque le costó 40 pesos y lo quiera vender en 100, o el tomate. Sabemos quemuchos son intermediarios, pero es tiempo de que pensemos un poco en los demás,si no lo hacemos así nos puede ir muy mal en el futuro cercano.

Vamos echarnos la mano todos porque enTapachula #nadietruena!!

Comentarios: ronay.mx@gmail.com