Al norte de Tapachula, donde comienza el camino hacia la zona alta de Tapachula , algunos extranjeros provenientes del continente africano se han asentado. Son pocos, a comparación de las multitudes que en 2019 atestaron la Estación Migratoria Siglo XXI cuando transitaron por la región de paso hacia el norte del país.
El pequeño grupo de africanos se ha dedicado desde entonces a la venta de comida y a sobrevivir con la caridad de pobladores mexicanos que allí habitan.
El número de extracontinentales de Camerún, Guinea, Senegal y otros países de este continente ha caído drásticamente, a tal grado que en 2019, hubo evidencia de 512 peticiones de refugio ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), pero desde 2020 el número ha ido a la baja y ya ni siquiera entran en el top ten de nacionalidades que solicitan este trámite.
Puedes leer: La dos caras de la moneda de la vida migrante en Tapachula
Para 2021, al menos hasta el cierre de mayo, 951 de nacionalidades distintas a las centroamericanas, haitiana o cubana habían pedido esta condición de refugio.
Pero el distintivo de los africanos es que migran solos y nadie los espera, advierte la Comar en Tapachula.
Por esto, pocos son los menores de edad que llegan a parar a la zona desde el 2020, contrario a 2019 cuando al menos 5 mil personas, entre estas unos mil niños, según el INM, llegaron a la frontera sur de México acompañados de sus padres que estaban en tránsito por Tapachula.
Los menores de edad se enfrentan a condiciones vulnerables y la falta de atención inmediata por barreras como el lenguaje o la condición social en que arriban a México.
Incluso se camuflan entre los haitianos debido a los rasgos semejantes que tienen, sin embargo, las oportunidades son distintas y tienen que deambular por el sur con pocas oportunidades de engancharse a un trabajo o algún medio de subsistencia.
Pese a que el flujo de africanos ha cesado aunque el total de migrantes siga elevado, pocas o nulas veces tienen el reflector ante ellos, debido a que el bulo entendimiento de lenguaje propicia que se aparten del resto de la masa humana que está en trámites o en la actuación social.
