Sin aglomeraciones, sin juegos mecánicos, con un aforo máximo de 100 personas y sin procesión, es como se celebró al patrono más grande de la Perla de Soconusco, “San Agustín”.
La iglesia de Tapachula festejó a su santo más importante con una caravana vehicular. Los automóviles iban adornados con globos, flores e indumentaria religiosas y recorrieron las principales calles de la ciudad.
Durante el recurrido, el vicario de la iglesia católica iba bendiciendo con agua bendita a los tapachultecos, extranjeros y todo ciudadano que se acercaba al vehículo en el que se portaba la imagen de bulto de San Agustín.
Ante la presencia del coronavirus, el párroco, Martín Moreno, mencionó que los festejos de San Agustín ahora son diferentes a otros años, ya que este virus ha cambio la forma de convivir de los ciudadanos.
“Aunque no haya fiesta patronal, los ritos también han cambiado, ahora nos estamos adaptando a un nuevo estilo de vida civil, pero sobretodo a cuidarnos y mantener las medidas sanitarias que piden las autoridades de salud del país y el Estado”, externó.
Explicó, que desde temprano llegaron los mariachis a tocar las mañanitas y se realizó una misas solemne, para conmemorar una de las celebraciones religiosas más relevante del catolicismo de la ciudad.
Resaltó la conciencia que han tenido los tapachultecos católicos para celebrar a su patrono, ya que crecieron en el deber de cuidar a los demás y por eso no asistieron los que tenían que asistir a esta celebración religiosa.
La Iglesia Católica describe a San Agustín como uno de los más eminentes doctores de la Iglesia occidental, nacido en el año 354 en Tagaste (actualmente Argelia).
Santa Mónica, fue su madre, quien al enviudar de Patricio consagró a Dios la conversión de su hijo Agustín.
Murió el 28 de agosto del año 430, a los 72 años de edad, de los cuales había pasado casi 40 al servicio de Dios.