La calle Colibrí luce desolada. A las tres de la tarde ni un alma camina por allí. Es la última arteria vial que comprende al fraccionamiento La Primavera y la frontera con la colonia Maya Sol.
Sólo en esta calle con nombre de ave, cinco de doce viviendas están en el abandono, son fantasmas habitados por matorrales, vidrios rotos, suciedad y pintas que han realizado vándalos que operan en la zona.
Colonias del sur de la ciudad están en estas condiciones, entre precariedad y olvido por parte de las autoridades, que no pueden llevar obra pública para que los caminos malhechos dejen de ser lagunas criadoras de moscos.
Desde la Antorcha Vivah, otra de las colonias que habita entre anomalías, varios asentamientos de colonos están en la misma situación: sin servicios como alumbrado público y calles dignas, lo que ha orillado a familias a abandonar su patrimonio y mudarse a otros puntos de la localidad o municipios.
Al cruzar a la Maya Sol el escenario es aun más deplorable. Vehículos que han sido abandonados y están convertidos en lámina oxidada y casas que por las noches las utilizan malvivientes y uno que otro maleante que hace de las suyas en el sector.
De los recursos para rehabilitación de calles nada se sabe. La gente, un poco hostil, se niega a charlar para conocer las razones por las cuales sus vecinos salieron de allí, sólo un pequeño se anima a decir que “hace mucho no los veo”.
Las colonias del sur de Tapachula están en el olvido. Sus viviendas también. Lugareños temen que en cualquier momento, paracaidistas se hagan de estos techos para habitarlos y convertir el lugar en más insalubre e inseguro, por eso piden que se haga algo al respecto.
“Ya hay paracaidistas que arrojan sus aguas sucias directo a la calle porque no pagan impuestos y por lo tanto no tienen tuberías de agua potable, lo mismo pasa con el consumo de luz, por eso urge que pongan estricto orden en estos lugares a los que el gobierno no llega y ni ha querido llegar”, señaló Verónica “N”, habitante del sector.