Merari Heliodoro Ortiz, es una niña tapachulteca de tan solo 2 años de edad, pero a su corta edad no ha podido disfrutar la vida con sonidos, ya que nació con sordera profunda.
Merari, ha vivido episodios difíciles dentro de consultorios, hospitales y en el frío interior de un quirófano, pero la persistencia de sus padres, y la fortaleza de ella, han permitido que se vislumbre una esperanza y vencer el padecimiento que ha sufrido.
Merari Jaylen Heliodoro Ortiz, nació con hipoacusia neurosensorial bilateral profunda, lo que la había mantenido en el silencio total, sin embargo, sus padres se lo pudieron detectar poco después del primer año, al darse cuenta que su pequeña hija no podía percibir los sonidos.
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Los jóvenes progenitores de Merari, Jesús Eduardo Heliodoro y Andrea Ortiz, buscaron de inmediato atender el padecimiento de su hija que, muy al principio ignoraban de qué se trataba, y sólo fue mediante varias sesiones con especialistas para conocer a qué se enfrentaban.
Andrea Ortiz indicó que tuvieron la esperanza que, mediante el seguro social fuera atendida su hija, pero la petición de una intervención quirúrgica fue rechazada, con el argumento de que la institución de gobierno no se ocupaba de ese tipo de intervenciones, y fue que, por afortunadas circunstancias, supo de la existencia del Hospital del Niño Poblano, que accedió a atender a Merari.
Dijo que este hospital, ubicado en la capital poblana, pudo donarle parte del implante coclear que necesita la pequeña para tener una esperanza de conocer la vida con sonidos, pero ante la complejidad del padecimiento, el aparato que necesita para escuchar es muy caro, por lo que ellos tienen que costear la otra parte.
Para acompañar a su esposa con el padecimiento de Merari, Jesús Eduardo, tuvo que dejar su trabajo formal, y dedicarse de lleno a la venta de ropa americana, para darse el tiempo de conseguir dinero para costear el tratamiento de su hija, puesto que, para él, la salud de la pequeña Merari es más importante que todo.
Señaló son 800 mil pesos los que necesita juntar para el implante coclear, con un plazo hasta diciembre de este año, por lo que idearon captar recursos a través de una rifa con causa, que permita el tratamiento total de su hija y aprovechó este medio para pedir el apoyo a la población.
Detalló que la rifa es de un auto del año y el precio del boleto es de 200 pesos, los cuales pueden ser adquiridos en el negocio de venta de ropa americana ubicado frente al parque Bicentenario.
Jesús tiene esperanza en la buena voluntad de la población de esta región Soconusco, para que apoyen a su hija a lograr juntar la cantidad para tener el tratamiento completo, por lo que solicitó la ayuda en la compra de un boleto para la rifa de un carro último modelo o bien alguna donación económica para su hija.