Desde al 2012, inició a labores la escuela Primaria "La Soldadera", en la colonia irregular “Geo 3 de Marzo" al sur de la ciudad, y desde estos años, los alumnos reciben sus cátedras en condiciones precarias.
Y es que a pesar de que la escuela se encuentra a unos kilómetros del primer cuadro de la ciudad, desde hace 10 años está alejada de la atención gubernamental.
En plática con el director de la escuela, Fernando Puon Díaz, contó con singular preocupación la situación que viven sus alumnos, quienes en cada temporada de lluvias se mojan más adentro de los salones que afuera.
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Lamentó que los más de 110 niños que integran la comunidad estudiantil se enfrenten a estas condiciones, aún las autoridades educativas las han considerado dentro de la zona urbana, pero la realidad es que están en la marginación y abandono.
Dijo que debido a la apatía de las autoridades, los profesores y padres de familia construyeron con sus propios recursos galeras de lámina, las cuales habilitaron como salones, pero debido al número de alumnos, estas son insuficientes para impartir clases a todos los grados escolares.
Señaló que los salones (galeras), cuyas columnas o bases son de troncos de árboles y el techo, es lamina o de pedazos de lona remendados que les donan algunas personas, permitían a los alumnos protegerse del sol, pero debido a las lluvias que se han registrado en los últimos días, el techo se ha derrumbado, por lo que han quedado inservibles.
"Hemos solicitado a las autoridades los apoyos para poder construir aulas para los más de 100 alumnos, sin embargo, no hemos recibido ningún beneficio, por lo que los niños siguen recibiendo clases en condiciones deplorables", sostuvo.
Por su parte, Williams Rangel Amores, coofundador de la escuela, afirmó que debido a las precarias condiciones en la que trabaja la escuela, se ven en la necesidad de suspender las clases cuando amanece lloviznando, porque los niños no pueden estar en los salones, toda vez que en los techos improvisados pasa el agua de la lluvia y los niños se mojan.
Indicó que además, el piso es tierra, y debido al agua que se filtra del techo o que entra de los laterales al interior se forma mucho lodo y es un riesgo para los niños.
Lamentó que los niños tampoco cuentan con pupitres dignos, ya que los últimos fueron donados por Acnur hace más de 5 años y ya se encuentran en malas condiciones debido al uso, por lo que los padres han tenido que remendarlos para que sus hijos los sigan usando.
“Con la temporada de lluvias desgraciadamente se tienen que suspender las clases por las mismas condiciones de los salones, porque los niños no tienen protegerse, ya que los techos son de lona y les pasa el agua” sostuvo.
Ante la falta de apoyos, los padres de familia y maestros se han visto en la necesidad de salir a las calles a pedir ayuda a la población, para mejorar de alguna manera las condiciones en que reciben clases los niños, quienes se encuentran tan cerca del centro de la ciudad pero muy lejos de la atención de las instancias gubernamentales.