Según definición de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), el seguro de vida es un instrumento financiero por el cual se otorga una suma asegurada en caso de fallecimiento, invalidez o supervivencia.
Dicha protección es brindada por una aseguradora y comienza su vigencia cuando firmas un contrato llamado póliza, mediante la cual ésta última se compromete a compensar económicamente a tus beneficiarios en caso de muerte, supervivencia e incapacidad, esto a cambio de un pago periódico determinado prima.
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Entre los principales seguros de vida se encuentran los temporales, ordinario de vida o vitalicios y seguros dotales.
Temporal: Este es 100% para fallecimiento y su vigencia es por el tiempo específico por el que se contrató (1, 5, 10, 25 años). Si llegaras a fallecer, el beneficiario recibirá la suma asegurada, pero si sobrevives, la aseguradora no te devuelve tu dinero.
Ordinario de vida o vitalicio: Este seguro dura toda la vida del asegurado. Si éste cumple los 99 años y aún está con vida, recibe toda la suma asegurada.
Seguro dotal: Se integra por un seguro de riesgo y uno de ahorro, en virtud del cual, si el asegurado fallece antes del plazo previsto, se entregará a sus beneficiarios la indemnización estipulada, y si sobrevive a dicho plazo se entregará al propio asegurado la suma asegurada establecida por el contrat, según la OCDE 4 de cada 10 personas en México no ahorra para su retiro, un seguro de retiro o dotal te permite generar ahorros para mantener tu estilo de vida cuando tu etapa laboral disminuya o bien, para dejarle un patrimonio a tu familia en caso de fallecimiento.
Se podría decir que, pasados los 18 años, siempre es un buen momento para contratar un Seguro de Vida. No obstante, las personas que ya se ven con pareja, hijos o hipotecas, entre otras responsabilidades, son quienes verdaderamente se plantean hacerse de un seguro.
Lo habitual es que el Seguro de Vida se contrate a partir de los 30 años, una edad en la que generalmente las personas van acumulando más cargas familiares y económicas. Sin embargo, contratar una póliza es algo muy personal, que depende de las circunstancias de cada uno.
Un seguro te ayudará a respaldar económicamente a tus seres queridos en caso de que llegues a fallecer, adquirirlo es un acto de amor hacia tus dependientes económicos, pues les ayudará a sobrellevar un situación difícil.