En Tapachula más de 4 mil niños, en su mayoría migrantes, realizan una labor en las calles, principalmente el pedir una moneda, de acuerdo con cifras del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova.
El trabajo infantil en Tapachula es un problema grave que las autoridades de los tres órdenes de gobierno no han logrado atender de forma integral. En las calles, avenidas y cruceros con más tráfico, se observan a niños y adolescentes que han encontrado en la mendicidad la manera de sobrevivir.
Te puede interesar: Tapachula es el punto neurálgico de la migración en América: Luis García
El fenómeno se concentra en los infantes de origen extranjero, que de acuerdo con los organismos no gubernamentales captan en una jornada entre 100 y 180 pesos al día, producto de lo que piden en las calles.
En 2020 los especialistas en temas de migración y derechos humanos del Fray Matías de Córdova, realizaron una encuesta y se estimó que alrededor de 4 mil 200 niños, la mayoría migrantes, realizaban diversas actividades laborales en las calles de Tapachula.
Asimismo, el director del Centro de Dignificación Humana, AC., Luis Rey García Villagrán, afirmó que las políticas públicas para la protección de los niños dejan mucho qué desear en Tapachula, ya que no han querido visualizar las condiciones sociales y laborales de este sector vulnerable, que por su situación padecen la constante violación de sus derechos humanos.
Ambas organizaciones coinciden en que el problema no se ha visualizado de manera puntual, pues en 2023 no se tiene un censo actualizado sobre la cantidad de menores en las calles, sin embargo, desde la pandemia el número de menores oscila entre los 4 y 4 mil 200.
Recibe las noticias en tu WhatsApp, sigue estos pasos ⬇
Del mismo modo los organismos locales que deben velar por la integridad de los menores en situación de vulnerabilidad, se han quedado cortos en la respuesta al fenómeno, afirmaron especialistas.
De acuerdo con la experiencia con la que se cuenta, los menores que están en las calles de Tapachula provienen de Guatemala, de los departamentos de San Marcos y Huehuetenango; de Honduras de los departamentos de Yoro, La Ceiba y San Pedro Sula; de El Salvador, de los departamentos de Chalatenango y Santa Ana. Asimismo, en el último año los menores de origen venezolano también se sumaron al fenómeno de la mendicidad.