Debido al estilo de vida de la mayoría de los maestros que se caracteriza por el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios, la obesidad y la hipertensión son dos de los padecimientos con más prevalencia, ya que su nivel de actividad se limita a la clase frente a grupo, así como al estudio y la investigación, donde su exigencia física es mínima.
La jefa de los equipos comunitarios saludables del bienestar del ISSSTE en Tapachula, Martha Colunga Gurrión, enfatizó en que, según estudios médicos, los maestros también sufren de estrés laboral, debido a que trabajan contra el tiempo y por objetivos, por lo que deben de tener un chequeo general de salud, por lo menos cada tres meses.
Te puede interesar: Tapachultecos ya no quieren vacunarse contra Covid-19
Asimismo, recomendó a los maestros a que a través de los equipos comunitarios de salud del Bienestar, dependiente del ISSSTE Tapachula, busquen la ayuda para empoderar su salud, donde se hace un chequeo general de talla y peso, glucosa, presión, entre otras medidas preventivas que ayudarán a dar un tratamiento oportuno.
Agregó que con los equipos comunitarios de salud, se les hace un diagnóstico sobre los factores de riesgo y su evaluación, posteriormente, se toma la decisión de brindarles la atención a través de un grupo de ayuda mutua o grupos mixtos, donde recibirán una capacitación sobre autocuidado.
Dijo que es necesario que los maestros, así como los derechohabientes en general del ISSSTE, se hagan un chequeo periódicamente, ya que hay un índice de prevalencia de enfermedades crónico degenerativas, pero lo grave es que siguen teniendo hábitos nocivos, como el sedentarismo, el tabaquismo o el alcoholismo, lo que repercutirá en su salud, de no atenderse a tiempo.
Puntualizó que ante el problema de obesidad, se ha puesto en marcha el reto 3 X 1 = 3 por mi salud, que consiste en tomar la decisión de decirle adiós a la comida chatarra, a las bebidas azucaradas y proponerse a dar cuando menos 10 mil pasos todos los días, de tal forma que se convierta en un hábito.