/ miércoles 17 de febrero de 2021

Ríos de Tapachula con altos niveles de contaminación

El Coatán, Texcuyuapan y Coatancito concentran altos niveles de contaminantes que quitan el oxígeno al agua y generan la muerte de peces


Don Beto lleva más de una década remendando zapatos en una de las calles del centro de Tapachula, a un costado del paso del río Coatán. Desde entonces, ha visto cómo este sistema de corriente de agua natural se contamina a paso presuroso, sin que la sociedad y autoridades tomen conciencia del grave daño ecológico que representa para las especies que habitan en este afluente y, peor aún, la afectación que provoca a la salud humana.

A veces, al zapatero le arde la nariz de tanta contaminación que respira, dado que este río atraviesa unas 20 colonias en su paso por la zona alta, después la mancha urbana hasta morir en el límite con el océano pacífico.

Es una década en que la gente se ha esmerado por depositar todo tipo de basura, inmundicia y residuos que terminan por envenenar el agua que algún día fue diáfana y hoy está convertida en un engrudo nauseabundo.

El hombre que trabaja cerca del mercado San Juan, revela que al pasar de los años, la expansión de esta central de abastos, la más importante en la frontera sur, ha generado también que el volumen de desperdicios vayan a parar también al río, ya que el sistema de recolección de basura es insuficiente para la enorme carga de desperdicios que allí se generan.

“Esto ha avanzado mucho, el río ya no se ve como se miraba hace una década que el agua era limpia, pura, se miraba fresca pues, ahora sólo corren aguas negras por el Coatán y eso es triste, porque todos los peces de allí están envenenados y enfermos, ya no se diga nosotros que respiramos todo los días esta contaminación”, señaló.

Investigadores han orientado sobre el daño severo que representa a la salud humana y animal la falta de conciencia por parte de la población.

Se ha detectado que existe presencia de algunos metales que son muy tóxicos como el arsénico, pero también el problema va desde el aceite que se consume en casa para la preparación de alimentos, residuos que al lavar los trastes pasan por una tubería y terminan en los ríos a falta de la operación de plantas de tratamiento de aguas residuales.



Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur



Hay residuos de medicinas

El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) ha realizado investigaciones y ha detectado que en los ríos de la región se concentran cantidades minúsculas de residuos de medicamentos, tales como esteroides y cafeína que son dañinos en las especies animales que habitan en estos ríos.

Otro de los hallazgos son los anticonceptivo sintéticos, que contienen hormonas y a mediano plazo alteran el metabolismo de los peces que, en el caso de los machos, comienzan a “feminizar” y altera su condición.

“Estamos hablando que no únicamente se vierten de forma directa las sustancias que componen los medicamentos, hablamos también del consumo humano de medicamentos, que al expulsar orines hacia los baños estos van a parar directo a los ríos. En esa evacuación el ser humano elimina el 75 por ciento de las sustancias que utilizó para tratar algún padecimiento”, explica el Ecosur.


Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur


Es decir que no se habla de una fábrica que arroje residuos de medicamentos a los ríos, pero se trata de un problema mayúsculo porque los residuos humanos no terminan en las plantas de tratamiento de aguas residuales, que en Tapachula apenas operan al 30 por ciento.

Tapachula tiene en sus ríos este problema de contaminación severa. El Coatán, Texcuyuapan y Coatancito se han convertido en canales de agua envenenada que van a parar al mar.

Diario del Sur ha visitado los ríos del municipio. En todos, el hedor es insoportable y lo que más abunda son sustancias de distintos colores que, a simple vista, arrojan que se trata de químicos como detergentes, cloros y bolsas de basura que la gente arroja sin tener un resquicio de pena social.


La población está matando los ríos

Para el investigador David Herrera, la contaminación en los ríos de la frontera sur no acabará hasta que la gente deje de arrojar basura a la calle.

Residuos de alimentos, basura generada en casa y demás residuos que llegan a parar a los ríos, generan que microorganismos los consuman y al mismo tiempo hagan uso del oxígeno que forma parte del agua.

“El agua se queda sin oxígeno, es decir que entre más materia orgánica haya en el agua, más microorganismos están consumiendo ese oxígeno. Todos los demás que vivían del oxígeno mueren, esto incluye a los peces que habitan en estos afluentes, mueren por la contaminación que ha llevado un proceso”, explicó.


Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur


La situación es preocupante debido a que en Tapachula existen varios tiraderos clandestinos, que se convierten en los canales de conducción de basura de la tierra a la corriente de ríos.

Y no es que toda la basura íntegramente se vaya al agua, pero cuando la materia orgánica se empieza a descomponer, llega en forma de particular a los río de Tapachula y genera esa letal contaminación.

“Cuando observamos que en los cúmulos de basura las bolsas comienzan a escurrir líquidos, allí es el claro ejemplo de que la materia orgánica está en descomposición, ese líquido escurre a los ríos y contamina, esto se ve mucho en deportivos en colonias por donde atraviesan los ríos de la ciudad, que muchas veces están convertidos en basureros clandestinos”, señaló.

Hasta entonces, no hay programa de rescate ríos por parte de los tres órdenes de gobierno, mientras que la ciudad y la región siguen envenenados.


Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur


Don Beto lleva más de una década remendando zapatos en una de las calles del centro de Tapachula, a un costado del paso del río Coatán. Desde entonces, ha visto cómo este sistema de corriente de agua natural se contamina a paso presuroso, sin que la sociedad y autoridades tomen conciencia del grave daño ecológico que representa para las especies que habitan en este afluente y, peor aún, la afectación que provoca a la salud humana.

A veces, al zapatero le arde la nariz de tanta contaminación que respira, dado que este río atraviesa unas 20 colonias en su paso por la zona alta, después la mancha urbana hasta morir en el límite con el océano pacífico.

Es una década en que la gente se ha esmerado por depositar todo tipo de basura, inmundicia y residuos que terminan por envenenar el agua que algún día fue diáfana y hoy está convertida en un engrudo nauseabundo.

El hombre que trabaja cerca del mercado San Juan, revela que al pasar de los años, la expansión de esta central de abastos, la más importante en la frontera sur, ha generado también que el volumen de desperdicios vayan a parar también al río, ya que el sistema de recolección de basura es insuficiente para la enorme carga de desperdicios que allí se generan.

“Esto ha avanzado mucho, el río ya no se ve como se miraba hace una década que el agua era limpia, pura, se miraba fresca pues, ahora sólo corren aguas negras por el Coatán y eso es triste, porque todos los peces de allí están envenenados y enfermos, ya no se diga nosotros que respiramos todo los días esta contaminación”, señaló.

Investigadores han orientado sobre el daño severo que representa a la salud humana y animal la falta de conciencia por parte de la población.

Se ha detectado que existe presencia de algunos metales que son muy tóxicos como el arsénico, pero también el problema va desde el aceite que se consume en casa para la preparación de alimentos, residuos que al lavar los trastes pasan por una tubería y terminan en los ríos a falta de la operación de plantas de tratamiento de aguas residuales.



Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur



Hay residuos de medicinas

El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) ha realizado investigaciones y ha detectado que en los ríos de la región se concentran cantidades minúsculas de residuos de medicamentos, tales como esteroides y cafeína que son dañinos en las especies animales que habitan en estos ríos.

Otro de los hallazgos son los anticonceptivo sintéticos, que contienen hormonas y a mediano plazo alteran el metabolismo de los peces que, en el caso de los machos, comienzan a “feminizar” y altera su condición.

“Estamos hablando que no únicamente se vierten de forma directa las sustancias que componen los medicamentos, hablamos también del consumo humano de medicamentos, que al expulsar orines hacia los baños estos van a parar directo a los ríos. En esa evacuación el ser humano elimina el 75 por ciento de las sustancias que utilizó para tratar algún padecimiento”, explica el Ecosur.


Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur


Es decir que no se habla de una fábrica que arroje residuos de medicamentos a los ríos, pero se trata de un problema mayúsculo porque los residuos humanos no terminan en las plantas de tratamiento de aguas residuales, que en Tapachula apenas operan al 30 por ciento.

Tapachula tiene en sus ríos este problema de contaminación severa. El Coatán, Texcuyuapan y Coatancito se han convertido en canales de agua envenenada que van a parar al mar.

Diario del Sur ha visitado los ríos del municipio. En todos, el hedor es insoportable y lo que más abunda son sustancias de distintos colores que, a simple vista, arrojan que se trata de químicos como detergentes, cloros y bolsas de basura que la gente arroja sin tener un resquicio de pena social.


La población está matando los ríos

Para el investigador David Herrera, la contaminación en los ríos de la frontera sur no acabará hasta que la gente deje de arrojar basura a la calle.

Residuos de alimentos, basura generada en casa y demás residuos que llegan a parar a los ríos, generan que microorganismos los consuman y al mismo tiempo hagan uso del oxígeno que forma parte del agua.

“El agua se queda sin oxígeno, es decir que entre más materia orgánica haya en el agua, más microorganismos están consumiendo ese oxígeno. Todos los demás que vivían del oxígeno mueren, esto incluye a los peces que habitan en estos afluentes, mueren por la contaminación que ha llevado un proceso”, explicó.


Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur


La situación es preocupante debido a que en Tapachula existen varios tiraderos clandestinos, que se convierten en los canales de conducción de basura de la tierra a la corriente de ríos.

Y no es que toda la basura íntegramente se vaya al agua, pero cuando la materia orgánica se empieza a descomponer, llega en forma de particular a los río de Tapachula y genera esa letal contaminación.

“Cuando observamos que en los cúmulos de basura las bolsas comienzan a escurrir líquidos, allí es el claro ejemplo de que la materia orgánica está en descomposición, ese líquido escurre a los ríos y contamina, esto se ve mucho en deportivos en colonias por donde atraviesan los ríos de la ciudad, que muchas veces están convertidos en basureros clandestinos”, señaló.

Hasta entonces, no hay programa de rescate ríos por parte de los tres órdenes de gobierno, mientras que la ciudad y la región siguen envenenados.


Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur

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