Mujeres que trabajaban como meseras en bares y cantinas, ahora se prostituyen para poder llevar el sustento a su familia y poder sacar adelante a sus hijos, ya que sus centros laborales fueron cerrados por el coronavirus.
Carla, mencionó que sus hijos necesitan comer y que no le quedó de otra que buscar de esta manera comprar la comida que se llevaban a la boca, ya que es madre soltera, ya que a su esposo lo mataron en Honduras, por lo cual, también tuvo que abandonar sus tierra para salvaguardar su vida.
Comentó, que desde que cerraron su centro de trabajo salió a las calles de la ciudad en busca de un nuevo empleo, pero como todo está cerrado no por la contingencia sanitaria que se vive actualmente en la ciudad, no encontró.
Explicó, que como mesera ganaba alrededor de unos 300 pesos diarios que le ayudaban mucho para sostener su hogar y para que no le faltara nada a sus dos hijos, uno 8 y el otro de 5 años de edad que están a su cargo
“Ahorita no estoy ganando lo que sacaba como mesera, porque está muy duro, no hay gente en las calles, creo que la economía se vino abajo y no hay de otra que seguir luchado para poder vivir a esta enfermedad que está afectando a muchas personas en Tapachula”, expresó.
Indicó, que desde el mes de abril se quedó sin trabajo, ya que el dueño del bar decidió cerrar el negocio para evitar algún tipo de contagio de coronavirus entres los empleados y clientes que acudían al lugar.
“Ahora estoy saliendo a trabajar a las calles, por lo regular en la noches, ya que me sale mejor que salir en las mañana, porque no se consigue nada, no estoy ganando mucho, pero sirve para darles de comer a mis hijos y comprarles ropa”, mencionó.
Mencionó, que por la enfermedad ahora maneja medidas de protección como el cubrebocas y gel antibacterial para realizar esta actividad mientras abren de nueva cuenta el bar donde labora desde hace un año.
“Tengo miedo que me de la enfermedad, pero no me puedo quedar en la casa, ya que mis hijos y yo nos podemos morir de hambre o quedarnos en la calle por no pagar la renta de la casa donde vivimos porque no hay quien nos ayude en este momento tan difícil” abundó
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Aseguró, que como ella hay alrededor de unas 10 mujeres que trabajan como meseras en los diferentes bares de la ciudad y que ahora están viviendo de la prostitución ante el cierre de los negocios por la contingencia sanitaria que se vive.
Mujeres que se dedica a realizar está oficio en el primer cuadro de la ciudad han solicitado ayuda para mantenerse durante dure la contingencia sanitarias, pero ninguna autoridad las ha volteado a ver.
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