En Tapachula, sólo 3 de cada 7 reses son sacrificadas en el Rastro Municipal, mientras que el resto se destaza de manera clandestina, según informó Jorge Ortiz Arévalo, director general del Rastro Municipal de Tapachula.
Ortiz Arévalo indicó que esta práctica no regulada representa un serio riesgo para la salud pública, ya que no se cumplen las medidas sanitarias necesarias para asegurar la calidad de la carne consumida.
Comentó que, a pesar de que el Rastro Municipal de Tapachula cuenta con cuatro revisiones anuales por parte de la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios (Dipris), no ha habido problemas significativos de salubridad en los 16 municipios de la Costa de Chiapas.
Ortiz Arévalo destacó que, de los 100 puntos posibles en las evaluaciones de sanidad, solo tres o cuatro suelen ser negativos y estos problemas se resuelven en un lapso de 10 a 20 días para garantizar la salud de la población.
El director del rastro enfatizó la importancia de que más reses sean sacrificadas en instalaciones reguladas para mitigar el problema actual que se vive en la zona de los límites entre Chiapas y Guatemala.
"El 70% de las reses que se sacrifican en Tapachula lo hacen de manera clandestina y sin cumplir con las medidas de sanidad necesarias, lo que pone en riesgo la salud de los consumidores," comentó Ortiz Arévalo.
Añadió que en Tapachula se consume un promedio de 100 reses diarias, y la mayoría de estas son procesadas en condiciones insalubres, lo que incrementa el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos.
Ortiz Arévalo hizo un llamado a la comunidad para que tome conciencia de los riesgos asociados con el consumo de carne procesada de manera no regulada, que afecta a todos los ciudadanos de la región.
Puntualizó que el sacrificio clandestino de reses en Tapachula representa un serio riesgo para la salud pública y afecta negativamente la economía de todos los tapachultecos.