/ lunes 19 de agosto de 2024

Rialfer, el supermercado que definió una era en el comercio de Tapachula

Rialfer tuvo 4 sucursales en Tapachula y una en Comitán, actualmente solo una tienda sigue abierta en Tapachula, donde comercializan abarrotes y café local

En la memoria colectiva de muchos tapachultecos, especialmente los mayores de 45 años, se encuentra la que fue una de las primeras tiendas de autoservicio en la ciudad: el supermercado Rialfer.

El 5 de agosto de 1979, don Ricardo Naumann Escobar, socio mayoritario junto a inversionistas tapachultecos, inauguró el primer supermercado en el Bulevar Gustavo Díaz Ordaz, en la salida a Guatemala. Este evento marcó una época importante en el comercio durante los años 80 y 90. El nombre del supermercado surgió al tomar las primeras letras de los nombres de sus hijos: Ricardo, Alejandro y Fernando.

La feroz competencia de cadenas nacionales e internacionales llevó eventualmente al cierre de cuatro tiendas: la del Bulevar Díaz Ordaz, la de San Agustín (ubicada en la 8ª Norte, al costado del Museo), la denominada Bodega (en la 8ª Norte y 25ª Poniente) y la de la Estación (en la 4ª Sur y 14ª Poniente), además de una en Comitán. Hoy en día, la sucursal San Juan, en la 17ª Poniente y 4ª Norte, sigue abierta, vendiendo abarrotes y café local.

El periodista Rosalino Ortiz, con más de 50 años en el oficio, destaca que sin duda Rialfer dejó huella. No solo fue un punto de venta, sino un símbolo de progreso y modernidad en una época en la que el autoservicio comenzó a transformar los hábitos de consumo en la frontera sur.

Los supermercados han evolucionado, adaptándose a la automatización, sensores y otras tecnologías que han cambiado la forma antigua de comprar, alejándose de las interacciones humanizadas que caracterizaban a las tiendas de antaño, donde la cercanía empleado-cliente era la norma. Lamentablemente, Rialfer fue alcanzado por esta evolución y desplazado por grandes cadenas comerciales.

Don Ricardo Naumann Escobar era hijo único de un padre inmigrante alemán, Irving Naumann, y una madre mexicana, Candelaria Escobar. Nació el 25 de febrero de 1930 en la finca Alianza de Cacahoatán y fue alcalde de Tapachula de abril de 1974 a diciembre de 1976. Además de ser empresario y político, llegó a ser diputado y senador, distinguiéndose por el impulso y desarrollo de su ciudad de residencia. Falleció el 12 de septiembre de 2009.

Tras la partida de su padre a Alemania en 1935, vivió con carencias y, junto a su madre, se trasladó a Tapachula, donde ella formó otra familia. Don Ricardo combinó trabajo y estudios, interrumpiendo su educación para apoyar a su madre y a sus hermanos cuando ella enviudó. Más tarde contrajo matrimonio con Elvia Martha Flores, con quien tuvo cinco hijos.

En su infancia, vendió periódicos y chicles hasta establecer una tienda llamada “Casa Escobar”, administrada por su madre. Con gran esfuerzo, inició en la comercialización de café en la salida de Chicharras, un negocio que formó al rentar un beneficio chico de café, que luego adquirió.

En 1970, fundó Cafés del Sur, exportando el aromático grano a Europa y Estados Unidos. Su exitosa carrera comenzó con la venta de café tostado de exportación y café Marago bajo el nombre de Café Rialfer, además de promover y cultivar nuevas variedades de cafeto.

En el sector automotriz, fundó Automotriz Naucalte con Renault y adquirió la empresa Rel Motors con las marcas Chrysler, Dodge y Jeep (en la 17ª Oriente y 9ª Norte).

El supermercado Rialfer fue considerado la empresa más grande del Sureste, con influencia en Guatemala, atrayendo turismo, impulsando el desarrollo regional y siendo socio de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio (ANTAD). Generó empleos directos e impulsó la comercialización de productos agrícolas y ganaderos.

Don Ricardo era conocido por su don de gente. Fue consejero en varios bancos y empresas, y promotor de escuelas como la UNACH, el Instituto Tapachula y el Colegio Miguel Hidalgo. También fungió como presidente de la extinta Feria Internacional de Tapachula.

Su incursión en la política fue motivada por su deseo de desarrollo económico y social, consciente de las carencias de la población. En su labor política, realizó y gestionó distintas obras, presentó la iniciativa de pequeños contribuyentes y fue un interlocutor con los gobiernos estatal y federal, buscando la mejora y engrandecimiento de Tapachula y la región.

En la memoria colectiva de muchos tapachultecos, especialmente los mayores de 45 años, se encuentra la que fue una de las primeras tiendas de autoservicio en la ciudad: el supermercado Rialfer.

El 5 de agosto de 1979, don Ricardo Naumann Escobar, socio mayoritario junto a inversionistas tapachultecos, inauguró el primer supermercado en el Bulevar Gustavo Díaz Ordaz, en la salida a Guatemala. Este evento marcó una época importante en el comercio durante los años 80 y 90. El nombre del supermercado surgió al tomar las primeras letras de los nombres de sus hijos: Ricardo, Alejandro y Fernando.

La feroz competencia de cadenas nacionales e internacionales llevó eventualmente al cierre de cuatro tiendas: la del Bulevar Díaz Ordaz, la de San Agustín (ubicada en la 8ª Norte, al costado del Museo), la denominada Bodega (en la 8ª Norte y 25ª Poniente) y la de la Estación (en la 4ª Sur y 14ª Poniente), además de una en Comitán. Hoy en día, la sucursal San Juan, en la 17ª Poniente y 4ª Norte, sigue abierta, vendiendo abarrotes y café local.

El periodista Rosalino Ortiz, con más de 50 años en el oficio, destaca que sin duda Rialfer dejó huella. No solo fue un punto de venta, sino un símbolo de progreso y modernidad en una época en la que el autoservicio comenzó a transformar los hábitos de consumo en la frontera sur.

Los supermercados han evolucionado, adaptándose a la automatización, sensores y otras tecnologías que han cambiado la forma antigua de comprar, alejándose de las interacciones humanizadas que caracterizaban a las tiendas de antaño, donde la cercanía empleado-cliente era la norma. Lamentablemente, Rialfer fue alcanzado por esta evolución y desplazado por grandes cadenas comerciales.

Don Ricardo Naumann Escobar era hijo único de un padre inmigrante alemán, Irving Naumann, y una madre mexicana, Candelaria Escobar. Nació el 25 de febrero de 1930 en la finca Alianza de Cacahoatán y fue alcalde de Tapachula de abril de 1974 a diciembre de 1976. Además de ser empresario y político, llegó a ser diputado y senador, distinguiéndose por el impulso y desarrollo de su ciudad de residencia. Falleció el 12 de septiembre de 2009.

Tras la partida de su padre a Alemania en 1935, vivió con carencias y, junto a su madre, se trasladó a Tapachula, donde ella formó otra familia. Don Ricardo combinó trabajo y estudios, interrumpiendo su educación para apoyar a su madre y a sus hermanos cuando ella enviudó. Más tarde contrajo matrimonio con Elvia Martha Flores, con quien tuvo cinco hijos.

En su infancia, vendió periódicos y chicles hasta establecer una tienda llamada “Casa Escobar”, administrada por su madre. Con gran esfuerzo, inició en la comercialización de café en la salida de Chicharras, un negocio que formó al rentar un beneficio chico de café, que luego adquirió.

En 1970, fundó Cafés del Sur, exportando el aromático grano a Europa y Estados Unidos. Su exitosa carrera comenzó con la venta de café tostado de exportación y café Marago bajo el nombre de Café Rialfer, además de promover y cultivar nuevas variedades de cafeto.

En el sector automotriz, fundó Automotriz Naucalte con Renault y adquirió la empresa Rel Motors con las marcas Chrysler, Dodge y Jeep (en la 17ª Oriente y 9ª Norte).

El supermercado Rialfer fue considerado la empresa más grande del Sureste, con influencia en Guatemala, atrayendo turismo, impulsando el desarrollo regional y siendo socio de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio (ANTAD). Generó empleos directos e impulsó la comercialización de productos agrícolas y ganaderos.

Don Ricardo era conocido por su don de gente. Fue consejero en varios bancos y empresas, y promotor de escuelas como la UNACH, el Instituto Tapachula y el Colegio Miguel Hidalgo. También fungió como presidente de la extinta Feria Internacional de Tapachula.

Su incursión en la política fue motivada por su deseo de desarrollo económico y social, consciente de las carencias de la población. En su labor política, realizó y gestionó distintas obras, presentó la iniciativa de pequeños contribuyentes y fue un interlocutor con los gobiernos estatal y federal, buscando la mejora y engrandecimiento de Tapachula y la región.

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