Rafael tiene al menos 20 años pescando especies endémicas en el muelle pesquero de Puerto Chiapas. En esas dos décadas, nunca había visto que la contaminación de este lugar se expandiera tanto como ha ocurrido en el último mes, según relata el hombre cuarentón habitante de Puerto Madero.
La masa negra que vierten industrias sentadas hace más de una década en este puerto, ha alcanzado dimensiones impensables, a tal grado que ya ha salido a mar abierto y representa un letal ecocidio de flora y fauna marina en el Océano Pacífico.
Pero para las autoridades encargadas de “procurar” el bienestar de estos ecosistemas, como la Procuraduría Federal de Protección del Ambiente (Profepa), el tema es una causa que no ha requerido investigación ni sanciones a los responsables de esta contaminación.
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El muelle pesquero se ha convertido en un vertedero de sustancias tóxicas que salen desde empresas como Cafesca, Procesa y la extinta atunera Herdez, ahora en manos de otra enlatadora y procesadora de atunes, directamente al mar y sin ningún tipo de tratamiento residual.
“Nosotros comenzamos a notar esta contaminación que es una pestilencia insoportable, pero al inicio sólo se notaba en la orilla del muelle, ahora se ha extendido hasta allá adentro ( mar abierto) y eso es preocupante, porque está matando peces y el sustento de cientos de familias”, explica Rafael.
La masa de inmundicia tóxica se expande más y más, ante la mirada de propios y extraños. Algunos trabajadores de una despachadora de gasolina y diésel a yates, han señalado que en constantes ocasiones han padecido males respiratorios y estomacales a consecuencia de todo lo que respiran a diario.
“Mire, hay días que nos arde la nariz de tan fuerte que está la pestilencia, es una barbaridad que permitan esto y nadie haga nada, si no lo hicieron al inicio menos que ahora multen o prohíban este tipo de contaminación”, expuso uno de los trabajadores.
Para la bióloga marina Lourdes Urruela, este veneno vertido al mar de forma directa representa la muerte de miles de larvas de especies marinas, que son depositadas a orilla de plata y donde se reproducen.
“El ecocidio y mayor problema es que las especies marinas no están logrando reproducirse, porque toda esta materia tóxica la consumen y las mata, ese es el mayor problema que no ven y no atienden”, explica.
Hasta entonces, está masa de sustancias tóxicas continúa alcanzando dimensiones incontrolables, sin que las autoridades ambientales tengan un ápice de interés por la situación.