Tapachula vierte sus aguas fecales a ríos, pese a plantas de tratamiento

De acuerdo con un investigador todas las aguas grises que llegan a parar a estas plantas no son procesadas de manera concreta y generan un gran daño ecológico

Eduardo Torres | Diario del Sur

  · viernes 11 de diciembre de 2020

Foto: Ilustrativa | Archivo OEMInformex


Un simulación es el tratamiento de aguas residuales en Tapachula, donde el Ayuntamiento insiste en contaminar los ecosistemas de la región y procesar de manera negligente las inmundicias que llegan a parar a dichas plantas situadas en varios puntos del municipio.

En la localidad existen, al menos, cinco plantas de tratamiento, de las cuales sólo tres operan: San Nicolás Lagartero, El Vergel y San Antonio Cahoacán. Sin embargo, aún con estas tres funcionando, no tienen la capacidad suficiente para poder procesar todas las aguas grises que arrastran los drenajes hacia esos puntos.



Según Vicente Castro Castro, integrante del Centro de investigación con visión para Mesoamérica, de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), todas las aguas grises que llegan a parar a estas plantas no son procesadas de manera concreta y generan un gran daño ecológico.

El investigador señala que hasta inicios del 2019, Lagartero recibía 20 por ciento de descargas, El Vergel 40 por ciento y Cahoacán 20 por ciento.

En promedio, entre esas tres, sólo se está tratando el 27 por ciento de líquidos grises, considerando que la mayor parte va directamente a ríos y otros ecosistemas de la región. Es decir que la mayoría de esta material fecal, llega en líquido y sólido a los ríos Coatancito, Texcuyuapan y Coatán, después avanza hacia esteros, lagunas costeras y finalmente el mar.

“Estas aguas que llegan con contaminantes reciben tratamiento primario, secundario y terciario, que consiste en bajar esta carga de contaminantes, disminuir compuesto como fósforo, nitrógeno y otros, de forma tal que se mantengan en cuanto las normas ambientales mexicanas, pero en Tapachula este proceso no se realiza de forma integral”, explica Castro Castro.

Dicha situación daña a los ecosistemas y especies, aunado a la contaminación de los campos agrícolas con pesticidas y químicos que terminan por extinguir a las larvas que ya no desarrollan y se convierten en peces.


Hace 40 o 50 años iban a pescar truchas, piguas y otras especies comestibles que hoy han desaparecido


“Si uno platica con gente mayor y ellos relatan que hace 40 o 50 años iban a pescar truchas, piguas y otras especies comestibles que hoy han desaparecido, esto por la explotación de los ríos y la contaminación, es una suma de factores que ha impactado”, asevera en su explicación.

Según la normativa federal, aquellas ciudades con más de 50 mil habitantes ya deben contar con sus plantas de tratamiento y funcionando al cien por ciento. La obligación directa es de los ayuntamientos a través de los sistemas de agua potable. Después tiene que vigilar el Instituto del Agua que opera a nivel estatal y al final, la Conagua exigir que se cumplan con el funcionamiento de las mismas.

Pero en Tapachula el daño ambiental es un tema que no figura en la agenda de la presidenta Rosa Irene Urbina Castañeda ni sus regidores y regidoras.