/ viernes 15 de marzo de 2024

El Espectador / El IMSS Bienestar como ventaja política

Esta misma semana se presentó desde Palacio Nacional el estatus que guarda la implementación del IMSS-Bienestar, luego de la fallida instrumentación del Insabi que terminó por desaparecer.

En la máxima tribuna del país, hablamos de la mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que los nueve estados de oposición que se resisten a adherirse al plan de federalización lo hacen por corrupción, para mantener el manejo de los recursos que, tan sólo para este año, rebasaron los 135 mil millones de pesos.

Las entidades que rechazaron la centralización de los servicios de salud fueron Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro y Yucatán. De esos, tres estarán en disputa el próximo 2 de junio, cuando los panistas Diego Sinhue Rodríguez y Mauricio Vila, así como el emecista Enrique Alfaro terminen sus respectivos encargos.

Para atender a las personas no derechohabientes del IMSS, de Zoé Robledo, o del ISSSTE, ya en manos de Bertha Alcalde —la hermana de la secretaria de Gobernación que no sabemos si sabe algo del cargo—, los mencionados estados recibirán durante el año cuatro mil 600 millones, en el caso de Guanajuato; seis mil 500 millones, para el caso de Jalisco, y dos mil 800 millones para Yucatán, correspondientes al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), que forma parte del Ramo presupuestal 33. La ministración de los mencionados recursos debe realizarse dos veces al mes, los días 10 y 25, según se estableció en el Diario Oficial.


La propuesta de los candidatos emanados del PAN y de Movimiento Ciudadano en esas entidades es mantener y ampliar los programas locales existentes. En el caso de los candidatos morenistas, se adelantó ya que se apegarán al modelo que pretende el control de los recursos desde el centro del país, como ya ocurre en las 23 entidades que gobierna la 4T y sus aliados, dejando la responsabilidad a Alejandro Calderón Alipi del funcionamiento de los sistemas de salud.

El titular del nuevo IMSS-Bienestar empezó esta administración como integrante de la Ayudantía en Presidencia. De ahí pasó a ser coordinador de Abastecimiento de Medicamentos y Equipamiento Médico en el extinto Insabi, precisamente el área en la que más reclamos existen por el desabasto de fármacos que hay en todo el país.

Bajo esa premisa, el primer candidato que salió ya a defender la permanencia del sistema estatal de Salud fue el panista Renán Barrera, que competirá la gubernatura de Yucatán contra el morenista Joaquín “Huacho” Díaz Mena. Ahí, el estado mantiene un esquema de 40 programas que van desde la salud reproductiva, bucal, nutricional, para atención del cáncer y el ya famoso Médico en tu Casa.

Es más, se propuso ya desde el sureste una tarjeta universal con la que la ciudadanía accedería a servicios gratuitos en todos los centros de salud del estado para llevar a cabo análisis de laboratorio, ultrasonidos y atención psicológica. La decisión del electorado será, como en el caso también de la Seguridad, entre mantener las estrategias locales o dejar que la federación se encargue.

Esta misma semana se presentó desde Palacio Nacional el estatus que guarda la implementación del IMSS-Bienestar, luego de la fallida instrumentación del Insabi que terminó por desaparecer.

En la máxima tribuna del país, hablamos de la mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que los nueve estados de oposición que se resisten a adherirse al plan de federalización lo hacen por corrupción, para mantener el manejo de los recursos que, tan sólo para este año, rebasaron los 135 mil millones de pesos.

Las entidades que rechazaron la centralización de los servicios de salud fueron Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro y Yucatán. De esos, tres estarán en disputa el próximo 2 de junio, cuando los panistas Diego Sinhue Rodríguez y Mauricio Vila, así como el emecista Enrique Alfaro terminen sus respectivos encargos.

Para atender a las personas no derechohabientes del IMSS, de Zoé Robledo, o del ISSSTE, ya en manos de Bertha Alcalde —la hermana de la secretaria de Gobernación que no sabemos si sabe algo del cargo—, los mencionados estados recibirán durante el año cuatro mil 600 millones, en el caso de Guanajuato; seis mil 500 millones, para el caso de Jalisco, y dos mil 800 millones para Yucatán, correspondientes al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), que forma parte del Ramo presupuestal 33. La ministración de los mencionados recursos debe realizarse dos veces al mes, los días 10 y 25, según se estableció en el Diario Oficial.


La propuesta de los candidatos emanados del PAN y de Movimiento Ciudadano en esas entidades es mantener y ampliar los programas locales existentes. En el caso de los candidatos morenistas, se adelantó ya que se apegarán al modelo que pretende el control de los recursos desde el centro del país, como ya ocurre en las 23 entidades que gobierna la 4T y sus aliados, dejando la responsabilidad a Alejandro Calderón Alipi del funcionamiento de los sistemas de salud.

El titular del nuevo IMSS-Bienestar empezó esta administración como integrante de la Ayudantía en Presidencia. De ahí pasó a ser coordinador de Abastecimiento de Medicamentos y Equipamiento Médico en el extinto Insabi, precisamente el área en la que más reclamos existen por el desabasto de fármacos que hay en todo el país.

Bajo esa premisa, el primer candidato que salió ya a defender la permanencia del sistema estatal de Salud fue el panista Renán Barrera, que competirá la gubernatura de Yucatán contra el morenista Joaquín “Huacho” Díaz Mena. Ahí, el estado mantiene un esquema de 40 programas que van desde la salud reproductiva, bucal, nutricional, para atención del cáncer y el ya famoso Médico en tu Casa.

Es más, se propuso ya desde el sureste una tarjeta universal con la que la ciudadanía accedería a servicios gratuitos en todos los centros de salud del estado para llevar a cabo análisis de laboratorio, ultrasonidos y atención psicológica. La decisión del electorado será, como en el caso también de la Seguridad, entre mantener las estrategias locales o dejar que la federación se encargue.