El Día de Muertos es una festividad importante en México y esta cuenta con varios elementos entre ellos y uno de los que son considerados más importante sin duda es la instalación de los altares que según la tradición debe tener siete niveles, aunque en muchos hogares eso es imposible por la estreches de las viviendas, pero en su mayoría las familias buscan al menos colocar algunas de las ofrendas que para ellos, los que ya están del otro lado, significaron sus gustos o cosas más importantes.
Sin duda este año 2020 veremos que en muchos hogares por la restricción de acudir a los panteones a dejar flores ante los posibles contagios de Covid-19, se colocarán más ofrendas o altares buscando “agradar” a los difuntos que este año por la pandemia tristemente se nos adelantaron.
Entre las ofrendas que en todo altar debe colocarse está sin duda la foto del difunto, una cruz, la luz (velas o veladoras), las flores de Cempasúchil (aunque es sustituida según la región del país) con las que se hace un camino en los niveles del altar; las calaveras de azúcar o chocolate para recordar que la muerte siempre se encuentra presente entre nosotros, el vaso de agua que significa o representa la pureza del alma y que algunos tatas (abuelos) decían era para el viaje que harán los muertitos de regreso al plano terrenal a donde llegarán sedientos y el pan de muerto, el cual representa la eucaristía según la religión católica.
En algunos hogares también suelen colocarse frutas e incluso guisos como mole, tamales o el tradicional dulce de calabaza y camote, así como lo que al difunto le gustaba en vida, sin olvidar incluso colocarles sus bebidas favoritas, botellas de licor o cerveza; mientras que para los niños se colocan dulces, refrescos y hasta sus juguetes.
Otro elemento imprescindible en el altar es sin duda el incienso o copal, el cual se dice sirve para purificar el espacio y además que por lo agradable de su olor eso atrae o permite el arribo de los difuntos hasta el altar para recibir sus ofrendas, uniendo así lo celestial con lo terrenal.
También se coloca sal, símbolo de purificación del alma de todas aquellas personas o niños que murieron sin ser bautizados, además que también se dice evita la llegada de espíritus malignos, por lo que muchos la colocan en forma de cruz.
Los objetos religiosos como rosarios son resultado de tradiciones prehispánicas y católicas por lo que también se colocan algunos santos, vírgenes, ángeles o crucifijos.
Una vez que transcurrió esta fecha, el día 3 de noviembre, los habitantes de la casa pueden degustar los alimentos y bebidas que incluyen vinos y cervezas, chocolate, mole, pan, dulce, porque ya fueron saboreados por los difuntos.
EL SIGNIFICADO DEL PAPEL PICADO
Como cada año, antes de comenzar a armar la ofrenda o altar dedicado a los muertos o fieles difuntos para los días 1 y 2 de noviembre se prepara el llamado papel picado, con escenas o motivos ornamentales en colores morado que significa el luto; azul, la muerte relacionada con el agua; el rojo para los guerreros y mujeres que murieron durante el parto; el verde para los muertos jóvenes; el blanco para los niños; el amarillo para los ancianos y el negro el infamando, aunque a últimas fechas se han integrado otros colores como el naranja, amarillo entre más.
Tradicionalmente en los altares hay figuras de la muerte hoy también vemos la figura o el rostro de las llamadas catrinas.
Sin duda para el altar de muertos el papel picado no solo implica el adorno, sino también simboliza el aire, uno de los cuatro elementos que debe estar también presente en la ofrenda.
Es así como tradicionalmente cada hogar coloca sus ofrendas a sus fieles difuntos, esperando entre un sentimiento de ansiedad, algo de temor y alegría la visita de estos. Cabe destacar que incluso en algunos hogares de Chiapas antes se velaba la ofrenda conviviendo en familia hasta altas horas de la noche para estar presentes a “su llegada”.
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