En las noches oscuras del Soconusco, una historia ancestral cobra vida. La leyenda del Cadejo, una creencia arraigada en la cultura popular, describe a seres capaces de convertirse en perros negros con abundante pelaje, ojos rojos y pezuñas, que deambulan por las calles en busca de las partes más sombrías.
Se cree que estos seres, conocidos como Cadejos, son en realidad brujos transformados, durante la noche, siguen sigilosamente a las personas a corta distancia, a menudo sin ser detectados por sus presas hasta que llegan a su destino. Luego, desaparecen en la oscuridad de la misma manera en que aparecieron.
La gente afirma que la presencia de un Cadejo puede tener diversas intenciones, algunos creen que desean causar daño a quienes persiguen, mientras que otros sugieren que buscan poner a prueba el valor de las personas, según la leyenda, aquellos que no son lo suficientemente valientes podrían sufrir terribles consecuencias, incluso la muerte por el mero susto.
La leyenda también relata que estos seres pueden cometer fechorías, como asaltar, robar, o llevarse animales de granja en sus hocicos. Algunas versiones de la historia sostienen que los Cadejos fueron en su origen seres humanos maldecidos.
La transformación de un hombre en Cadejo se realiza a la medianoche, bajo la sombra de un árbol de ceiba o pochota, lo que añade un simbolismo maya a la leyenda, ya que la ceiba, es considerada un puente entre el cielo, la tierra y el inframundo.