/ sábado 19 de agosto de 2023

Leticia Huijara asume el reto de recuperar a la Academia del Cine mexicana

La actriz Leticia Huijara tomó la presidencia de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas

Con más de 40 créditos como actriz, Leticia Huijara es la actual presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC). En 2021 asumió el cargo e hizo un llamado a hacer una pausa en las actividades de sus colegas, debido a la fuerte crisis económica de la organización.

En sus 36 años de carrera artística, Huijara, quien además es escritora y directora, ha recibido reconocimientos como el máximo galardón del cine mexicano, un Premio Ariel, otorgado en 1998 como Mejor Actriz en Por si no te vuelvo a ver, de Juan Pablo Villaseñor.


“Imagínate que significa que ahora estoy metida de tiempo completo presidiendo el organismo que otorga el Ariel. Para mí este es un premio respetadísimo y muy anhelado”, expresó Leticia Huijara en entrevista con El Sol de México.

“En ese tiempo me llevé una gran sorpresa que me lo otorgaran, pero también fue un orgullo enorme poder recibirlo porque es el máximo galardón de la industria cinematográfica en México, creo cada año cobra más importancia, se reconoce más y es un referente del buen cine y la excelencia de esta área”, compartió.

Respecto al estado actual de la AMACC, la protagonista de Lola (María Novaro, 1989), explicó que en su gestión se ha enfocado en “dejar sentadas las bases de la independencia financiera, estoy muy orgullosa porque me tocó un momento muy difícil de la Academia, nos quedamos prácticamente sin fondos para sostenerla, me da mucho gusto que estemos remontando este panorama y me da mucho gusto saber que tenemos un futuro lindo por delante”.

Ante ese panorama, el riesgo de que la ceremonia número 65 de los Premios Ariel se cancelara este año, estaba latente. Sin embargo, la ceremonia se realizará el 9 de septiembre en el Teatro Degollado, en Guadalajara, Jalisco.

“El reto es llevar a cabo una ceremonia que siga teniendo el espíritu de premiar a la excelencia del cine mexicano, llevar esta premiación de manera transparente como lo ha sido siempre, que siga siendo esta tradición de una premiación entre colegas y este momento tan importante que por primera vez esta ceremonia sale de la Ciudad de México.

“Se trata de hacer una ceremonia que celebre esta posibilidad de iniciar un diálogo con todas las regiones en que se hace cine al interior de la República y celebrar a los artistas y al cine que se genera desde Jalisco”, expresó.

UNA VOCACIÓN TEMPRANA

Leticia Hijara Cano nació en Acapulco, Guerrero un 12 de septiembre de 1967. Sus primeros cinco años de vida los pasó rodeada del Sol, el mar, la arena y un grupo de amigos con lo que vivió “una infancia muy libre”.

Después, su residencia cambió a la Ciudad de México, en donde cursó su educación básica. En la preparatoria participó en distintas obras de teatro. Estudió la licenciatura en Literatura Dramática y Teatro en la UNAM. Durante dos años aproximadamente, Huijara se desarrolló como modelo de pantalones para catálogos de tiendas departamentales, algo que, hoy en día le genera un poco de gracia recordar.

“Debió haber sido dos o tres años en el tiempo en el que me salí de mi casa para independizarme, lo recuerdo con ternura, era una jovencita, era muy chiquita por ahí encontré ese espacio para hacer fotos mientras estudiaba en la facultad de Filosofía y Letras; después tuve la suerte de empezar a trabajar muy pronto, de manera profesional, y ya ganando mi propio dinero”, afirmó.

Para 1987, Huijara protagonizó su primera obra de teatro titulada De la calle, de Jesús González Dávila, dirigida por Julio Castillo. Esta obra se presentó también en Nueva York; el contrato original sólo ofrecía nueve funciones, pero debido al éxito, se presentaron en 15 ocasiones.

“Fue todo un suceso que fue reseñado en las páginas del New York Times, cuando se anunciaron las últimas funciones hubo un grupo de jóvenes que intentaron dar portazo para entrar y yo lo recuerdo con mucho entusiasmo porque fue una obra de teatro que se comunicó de una manera importante con los jóvenes de aquel entonces”.

Dos años después llegó a su vida Lola, su primer protagónico en cine, bajo la dirección de María Novaro. Debido a que en esos años no existían escuelas que enseñaran cómo desenvolverse en cine, Huijara aprendió de forma empírica.

“Fue un proceso de aprendizaje muy gozoso y al mismo tiempo complicado porque era sobre la marcha ir entendiendo las herramientas del lenguaje cinematográfico, ir aprendiendo las diferencias entre el lenguaje teatral y el de la imagen. Estuve muy bien cobijada por una historia muy bonita, es otra historia que conecta de manera importante con el público, en esta ocasión en particular con las mujeres.

“Creo que Lola es una película pionera, que se adelantó mucho a su tiempo, al retratar a una madre joven, imperfecta, que tiene muchas ganas de ser mamá, pero no cuenta con las herramientas para entender cómo serlo. Ahora, hay señoras que me cuentan lo que significó la película para ellas en aquel momento que estaban viviendo una situación parecida, siendo madres jóvenes intentando criar de la mejor manera a sus hijos, eso me genera mucho orgullo”, comentó la actriz.

DE LA PANTALLA DE CINE A LA TV

Antes de este cine de autor, en México se realizaban proyectos de cine de ficheras, algo que nunca le llamó la atención involucrarse.

“Era un cine en el que las actrices principalmente tenían unos atributos físicos uniformes, no existía la posibilidad de la diferencia y se les trataba, un poco, como objeto sexual de la batalla. Pretender hacer una carrera en el cine en ese momento sí fue un tanto complicado”, dijo.

Filmó Dos crímenes (1994), Cilantro y perejil (1996), así como Alta tensión (1997). En 1997 estrenó Por si no te vuelvo a ver, donde dio vida a una prostituta de nombre Margarita, por el que recibió el Ariel como Mejor Actriz.

A su carrera le siguieron telenovelas como Demasiado corazón (1997), algunos capítulos del unitario Lo que callamos las mujeres (2001), Montecristo (2006), Cambio de vida (2008), pero el más sonado y exitoso fue Los Sánchez (2004).

Mientras que en el cine destacó en La Ley de Herodes (1999), del director Luis Estrada con quien generó una excelente mancuerna laboral, Sexo por compasión (2000), Ciudades oscuras (2002), Un mundo maravilloso (2006) y La cebra (2011).

“Todos los proyectos que he hecho me han cambiado la vida, recuerdo con mucho cariño de los últimos trabajos que hice, la película Días de invierno (2020), que se realizó con muy poco dinero, fue una aventura maravillosa con jóvenes cineastas y sobre todo con creadores de Coahuila.

“Me dio mucho gusto irme a trabajar para allá, lo mejor de todo es que cuando vi la película, me encantó por esta posibilidad de crear una gran película con tan poquito presupuesto”, aseguró.

Sus más grandes referentes han sido mujeres que luchan por sus propios ideales como Ofelia Medina, María Rojo y Blanca Guerra, estas actrices inspiraron el camino de la guerrerense.

Entre sus últimos trabajos en series y melodramas destacan Sense8 (2017), El César (2017), Como tú no hay dos (2020), Oscuro deseo (2020), El repatriado (2022) y Mujeres asesinas (2022), mientras que en cine estrenó hace unos meses ¡Que Viva México! y ¡Hasta la madre del día de las madres!

Aún está en espera del lanzamiento de Luna negra, escrita y dirigida por Tonatiuh García, con las actuaciones de Eileen Yáñez, Jorge Antonio Guerrero, Raúl Briones, Odiseo Bichir, y Ramiro Fumazoni, entre otros.

Entre los galardones que ha recibido, se encuentran el Premio Nacional de Dramaturgia Víctor Hugo Rascón Banda (2014) y en 2010 ganó el primer lugar del sexto concurso de guiones de largometraje Matilde Landeta.

Fue reconocida como Mejor Actriz por su trabajo en el cortometraje Las ovejas pueden pastar seguras (2009), de Néstor Sampieri, quien comenzará con la grabación de su ópera prima, Rincón de los ausentes.

EL TEATRO, SU ELEMENTO

En 2009, Huijara debutó como directora y escritora de la obra Juntos y felices. Es en el teatro en donde la actriz pone a prueba sus habilidades, así como aptitudes. Cuando había granadas en noviembre, Los delitos insignificantes, Venecia, Sueños y Baño de damas son algunos de los montajes en los que participó.

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Su paso como directora le dejó grandes aprendizajes, pero ¿qué debería de tener una directora ya sea de teatro o cine para tener éxito dentro del medio?

“Debe de contar con una capacidad de empatía importante, entender no solamente las partes buenas del ser humano, sino ser empático con todo.

Juntos y felices nos quedó muy bonita porque yo quiero mucho a mis compañeros actores, los admiro, entiendo esta dificultad de ser tan vulnerable de tiempo completo cuando se está en el escenario, así que eso, entender, los que nos dedicamos a contar historias que debemos de tener esa posibilidad de aceptar todos los claroscuros en los que somos capaces de manejarnos los seres humanos”, finalizó.

Con más de 40 créditos como actriz, Leticia Huijara es la actual presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC). En 2021 asumió el cargo e hizo un llamado a hacer una pausa en las actividades de sus colegas, debido a la fuerte crisis económica de la organización.

En sus 36 años de carrera artística, Huijara, quien además es escritora y directora, ha recibido reconocimientos como el máximo galardón del cine mexicano, un Premio Ariel, otorgado en 1998 como Mejor Actriz en Por si no te vuelvo a ver, de Juan Pablo Villaseñor.


“Imagínate que significa que ahora estoy metida de tiempo completo presidiendo el organismo que otorga el Ariel. Para mí este es un premio respetadísimo y muy anhelado”, expresó Leticia Huijara en entrevista con El Sol de México.

“En ese tiempo me llevé una gran sorpresa que me lo otorgaran, pero también fue un orgullo enorme poder recibirlo porque es el máximo galardón de la industria cinematográfica en México, creo cada año cobra más importancia, se reconoce más y es un referente del buen cine y la excelencia de esta área”, compartió.

Respecto al estado actual de la AMACC, la protagonista de Lola (María Novaro, 1989), explicó que en su gestión se ha enfocado en “dejar sentadas las bases de la independencia financiera, estoy muy orgullosa porque me tocó un momento muy difícil de la Academia, nos quedamos prácticamente sin fondos para sostenerla, me da mucho gusto que estemos remontando este panorama y me da mucho gusto saber que tenemos un futuro lindo por delante”.

Ante ese panorama, el riesgo de que la ceremonia número 65 de los Premios Ariel se cancelara este año, estaba latente. Sin embargo, la ceremonia se realizará el 9 de septiembre en el Teatro Degollado, en Guadalajara, Jalisco.

“El reto es llevar a cabo una ceremonia que siga teniendo el espíritu de premiar a la excelencia del cine mexicano, llevar esta premiación de manera transparente como lo ha sido siempre, que siga siendo esta tradición de una premiación entre colegas y este momento tan importante que por primera vez esta ceremonia sale de la Ciudad de México.

“Se trata de hacer una ceremonia que celebre esta posibilidad de iniciar un diálogo con todas las regiones en que se hace cine al interior de la República y celebrar a los artistas y al cine que se genera desde Jalisco”, expresó.

UNA VOCACIÓN TEMPRANA

Leticia Hijara Cano nació en Acapulco, Guerrero un 12 de septiembre de 1967. Sus primeros cinco años de vida los pasó rodeada del Sol, el mar, la arena y un grupo de amigos con lo que vivió “una infancia muy libre”.

Después, su residencia cambió a la Ciudad de México, en donde cursó su educación básica. En la preparatoria participó en distintas obras de teatro. Estudió la licenciatura en Literatura Dramática y Teatro en la UNAM. Durante dos años aproximadamente, Huijara se desarrolló como modelo de pantalones para catálogos de tiendas departamentales, algo que, hoy en día le genera un poco de gracia recordar.

“Debió haber sido dos o tres años en el tiempo en el que me salí de mi casa para independizarme, lo recuerdo con ternura, era una jovencita, era muy chiquita por ahí encontré ese espacio para hacer fotos mientras estudiaba en la facultad de Filosofía y Letras; después tuve la suerte de empezar a trabajar muy pronto, de manera profesional, y ya ganando mi propio dinero”, afirmó.

Para 1987, Huijara protagonizó su primera obra de teatro titulada De la calle, de Jesús González Dávila, dirigida por Julio Castillo. Esta obra se presentó también en Nueva York; el contrato original sólo ofrecía nueve funciones, pero debido al éxito, se presentaron en 15 ocasiones.

“Fue todo un suceso que fue reseñado en las páginas del New York Times, cuando se anunciaron las últimas funciones hubo un grupo de jóvenes que intentaron dar portazo para entrar y yo lo recuerdo con mucho entusiasmo porque fue una obra de teatro que se comunicó de una manera importante con los jóvenes de aquel entonces”.

Dos años después llegó a su vida Lola, su primer protagónico en cine, bajo la dirección de María Novaro. Debido a que en esos años no existían escuelas que enseñaran cómo desenvolverse en cine, Huijara aprendió de forma empírica.

“Fue un proceso de aprendizaje muy gozoso y al mismo tiempo complicado porque era sobre la marcha ir entendiendo las herramientas del lenguaje cinematográfico, ir aprendiendo las diferencias entre el lenguaje teatral y el de la imagen. Estuve muy bien cobijada por una historia muy bonita, es otra historia que conecta de manera importante con el público, en esta ocasión en particular con las mujeres.

“Creo que Lola es una película pionera, que se adelantó mucho a su tiempo, al retratar a una madre joven, imperfecta, que tiene muchas ganas de ser mamá, pero no cuenta con las herramientas para entender cómo serlo. Ahora, hay señoras que me cuentan lo que significó la película para ellas en aquel momento que estaban viviendo una situación parecida, siendo madres jóvenes intentando criar de la mejor manera a sus hijos, eso me genera mucho orgullo”, comentó la actriz.

DE LA PANTALLA DE CINE A LA TV

Antes de este cine de autor, en México se realizaban proyectos de cine de ficheras, algo que nunca le llamó la atención involucrarse.

“Era un cine en el que las actrices principalmente tenían unos atributos físicos uniformes, no existía la posibilidad de la diferencia y se les trataba, un poco, como objeto sexual de la batalla. Pretender hacer una carrera en el cine en ese momento sí fue un tanto complicado”, dijo.

Filmó Dos crímenes (1994), Cilantro y perejil (1996), así como Alta tensión (1997). En 1997 estrenó Por si no te vuelvo a ver, donde dio vida a una prostituta de nombre Margarita, por el que recibió el Ariel como Mejor Actriz.

A su carrera le siguieron telenovelas como Demasiado corazón (1997), algunos capítulos del unitario Lo que callamos las mujeres (2001), Montecristo (2006), Cambio de vida (2008), pero el más sonado y exitoso fue Los Sánchez (2004).

Mientras que en el cine destacó en La Ley de Herodes (1999), del director Luis Estrada con quien generó una excelente mancuerna laboral, Sexo por compasión (2000), Ciudades oscuras (2002), Un mundo maravilloso (2006) y La cebra (2011).

“Todos los proyectos que he hecho me han cambiado la vida, recuerdo con mucho cariño de los últimos trabajos que hice, la película Días de invierno (2020), que se realizó con muy poco dinero, fue una aventura maravillosa con jóvenes cineastas y sobre todo con creadores de Coahuila.

“Me dio mucho gusto irme a trabajar para allá, lo mejor de todo es que cuando vi la película, me encantó por esta posibilidad de crear una gran película con tan poquito presupuesto”, aseguró.

Sus más grandes referentes han sido mujeres que luchan por sus propios ideales como Ofelia Medina, María Rojo y Blanca Guerra, estas actrices inspiraron el camino de la guerrerense.

Entre sus últimos trabajos en series y melodramas destacan Sense8 (2017), El César (2017), Como tú no hay dos (2020), Oscuro deseo (2020), El repatriado (2022) y Mujeres asesinas (2022), mientras que en cine estrenó hace unos meses ¡Que Viva México! y ¡Hasta la madre del día de las madres!

Aún está en espera del lanzamiento de Luna negra, escrita y dirigida por Tonatiuh García, con las actuaciones de Eileen Yáñez, Jorge Antonio Guerrero, Raúl Briones, Odiseo Bichir, y Ramiro Fumazoni, entre otros.

Entre los galardones que ha recibido, se encuentran el Premio Nacional de Dramaturgia Víctor Hugo Rascón Banda (2014) y en 2010 ganó el primer lugar del sexto concurso de guiones de largometraje Matilde Landeta.

Fue reconocida como Mejor Actriz por su trabajo en el cortometraje Las ovejas pueden pastar seguras (2009), de Néstor Sampieri, quien comenzará con la grabación de su ópera prima, Rincón de los ausentes.

EL TEATRO, SU ELEMENTO

En 2009, Huijara debutó como directora y escritora de la obra Juntos y felices. Es en el teatro en donde la actriz pone a prueba sus habilidades, así como aptitudes. Cuando había granadas en noviembre, Los delitos insignificantes, Venecia, Sueños y Baño de damas son algunos de los montajes en los que participó.

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Su paso como directora le dejó grandes aprendizajes, pero ¿qué debería de tener una directora ya sea de teatro o cine para tener éxito dentro del medio?

“Debe de contar con una capacidad de empatía importante, entender no solamente las partes buenas del ser humano, sino ser empático con todo.

Juntos y felices nos quedó muy bonita porque yo quiero mucho a mis compañeros actores, los admiro, entiendo esta dificultad de ser tan vulnerable de tiempo completo cuando se está en el escenario, así que eso, entender, los que nos dedicamos a contar historias que debemos de tener esa posibilidad de aceptar todos los claroscuros en los que somos capaces de manejarnos los seres humanos”, finalizó.

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