Doña Aida Vázquez y su familia provenientes de Honduras forman parte del Viacrucis migrante que salió este domingo de Tapachula hacia la Ciudad de México en busca de mejores condiciones de vida y para exigir justicia por los 40 extranjeros que murieron en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Pero a diferencia de otros migrantes, Doña Aida enfrenta un gran reto, trasladar a su hijo de 20 años de edad en silla de ruedas, quién tiene un problema de traumatismo cerebral que le impide hablar y avanzar con sus propios pies en esta difícil travesía.
Te puede interesar: Colonos piden al INM que levante a migrantes que duermen fuera del albergue Belén
Debido al traumatismo cerebral, Roberto no puede caminar, ya que el hacerlo le provoca cuadros de epilepsia y ante las condiciones extremas en la que avanza corre el riesgo del deterioro de su salud no por lo que es trasladado en su silla de ruedas y empujado por ratos por su mamá y su hermano.
Doña Aida, dijo que si para una persona sin problemas físicos es complicado caminar bajo los incandescentes rayos del sol y temperaturas fuertes que se registran en la frontera sur, para ella y su hijo Roberto y es mucho más complicado.
El contingente apenas ha avanzado aproximadamente unos 15 kilómetros, pero doña Aida y su hijo van agotados, ya que siente que sus fuerzas conforme avanza por la carretera Costera van disminuyendo, sin embargo, el deseo de encontrar una mejor vida les motiva a retomar energía para avanzar sobre la carretera.
Contó que salió de su país por miedo a la delincuencia, ya que en Honduras tenía un negocio, sin embargo, era acechada constantemente por los extorsionadores con el cobro de piso, por lo que decidió salir para librar su vida y la de sus hijos.
Doña Aida y su familia llegaron a Tapachula hace aproximadamente un mes y desde entonces acudieron ante el Instituto Nacional de Migración a realizar sus trámites para regularizar su estancia en territorio mexicano, pero no fue atendidos, a pesar de que su hijo es una persona con discapacidad.
"Es muy cansado porque tengo que ir empujando la silla de ruedas de mi hijo, pero no pierdo la fe y la esperanza, porque quiero llegar al norte y poder darle una mejor vida a mi familia de la que no pudimos tener en nuestro país", abundó.
Recibe las noticias en tu WhatsApp, envía la palabra ALTA en este enlace
