Solo un 45 por ciento de la carne de res que se vende en mercados y locales de Tapachula es sacrificado en el rastro municipal, el resto representa un grave riesgo para la salud de la población, porque es sacrificada en lugares clandestinos y su transportación no cumple con medidas de higiene, expuso en entrevista el director general de la Comodataria del rastro Municipal de Tapachula Jorge Ortiz Arévalo.

Reconoció que a raíz de la pandemia el mercado de la carne cayó extraordinariamente y en el 2020 solo tuvo un repunte en los últimos días de diciembre, sin embargo, el riesgo que existe es que a Tapachula sigue entrando de manera irregular carne de dudosa procedencia, tanto de Mapastepec, Guatemala y rancherías, sin que la autoridad en materia de salud y seguridad de los tres órdenes de gobierno tengan ningún tipo de vigilancia.

Expuso que en el rastro de Tapachula se maquilan en promedio entre 30 a 40 reses diarias a excepción de los lunes, pero en el mercado si se encuentra carne en ese día, lo que implica que hay matanzas clandestinas, pero el consumo promedio para Tapachula es entre 90 y 110 reses, lo que indica que la carne de más de 50 reses entran al mercado de manera irregular, sin normas de higiene y con alto riesgo de contaminación.

Puntualizó que el consumo de carne en Tapachula debería ser regulado y vigilado por las autoridades, ya que además de las trasnacionales que cumplen con la normatividad en sus productos, las carnicerías que adquieren el producto que se sacrifica en el rastro, las demás venden productos que no cuentan con el aval, pero tampoco hay vigilancia para ello.

Jorge Arévalo Ortiz, señaló que en septiembre del año pasado personal de salud del Ayuntamiento y de la Cofepris verificaron el rastro y dieron el aval para el funcionamiento, pero todo quedó hasta allí, porque la otra parte sería dar seguimiento y vigilancia a la carne que entra de manera irregular y los lugares donde se sacrifican los animales.

Finalmente el entrevistado pidió a la autoridad federal, del estado y municipal que pongan atención a esta situación porque los habitantes de Tapachula están en riesgo de enfermar por el consumo de carne de res que entra a los mercados y carnicerías en carros de carga, en camionetas y taxis que no cumplen en su transportación con las medidas de higiene, entre otras ellas, la temperatura que debe ser de 4 grados centígrados y no los 21 o 36 grados en que esta se realiza, además de que se desconoce si ese ganado estuvo enfermo antes de ser sacrificado.