Con una procesión, la iglesia católica en Tapachula celebró la Jornada mundial del migrante y refugiado, actividad que recobra relevancia ante la crisis migratoria que se vive en la ciudad, en donde se estima permanecen varados más de 100 mil extranjeros de diversas nacionalidades.
Al menos 300 personas en su mayoría migrantes centroamericanos caminaron con pancartas desde el parque Bicentenario hacia la Iglesia San Agustín ubicada en el centro de Tapachula.
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César Cañaveral Pérez, responsable de la dimensión pastoral de movilidad humana en Tapachula, afirmó que la crisis migratoria es un tema muy complejo, que desafortunadamente los gobiernos no han atendido de manera correcta.
Dijo que es un urgente una atención más humanitaria, ya que la lentitud en los trámites provoca sufrimiento en los miles de migrantes que están varados en la ciudad, porque su única intención es de continuar su camino hacia los Estados Unidos.
"La crisis migratoria no va a mejorar hasta en tanto las políticas sean más humanitarias, en donde los que más sufren son los niños, ya que son familias completas que han salido en busca de mejores condiciones de vida", abundó.
Señaló que la crisis se agudiza y lamentablemente los únicos que no ven la realidad son las autoridades, quienes solo se basan en discursos demagógicos sobre una atención ordenada y segura, lo cual no ocurre en Tapachula.
Detalló que la migración desordenada se ha convertido en una "industria económica", en la que mucha gente, incluso, las mismas autoridades están obteniendo jugosas ganancias.
Indicó que las autoridades venden documentos migratorios para supuestamente dejarlos avanzar, sin embargo, kilómetros más adelante en los puntos de revisión se los rompen, impidiendo que los extranjeros puedan continuar su camino.
El líder religioso mencionó que Tapachula ha colapsado ante la gran cantidad de migrantes que hay varados, ya que es una ciudad pequeña que no cuenta con grandes servicios para brindar atención a la multitud de personas.
Cabe hacer mención que, tras la caminata los migrantes participaron de la Santa eucaristía, oficiada por el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón y pidieron a Dios su ayuda para afrontar este escenario complicado en la ciudad.