Con una expresión serena, cordial y visiblemente radiante, Dayanara brindó una entrevista exclusiva para Diario del Sur, en compañía de su hija. Durante nuestra conversación, Dayanara compartió su inspiradora travesía como cantante callejera en San Cristóbal, una experiencia que la llevó más allá de las fronteras gracias a su sorprendente viralización.
Aunque ya tenía una trayectoria de cuatro años deleitando a los transeúntes con su voz en las calles de San Cristóbal, y aunque había grabaciones previas de su arte, Dayanara no anticipaba la inesperada resonancia que obtuvo con su última interpretación. Su rostro se ilumina al recordar cómo personas de diversos rincones del planeta, incluyendo Venezuela e Italia, se han conectado con su música y le han hecho llegar sus elogios.
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No obstante, Dayanara también abordó el tema de las críticas que surgen en los comentarios sobre su video. A pesar de algunas voces negativas, ella elige enfocarse en lo positivo y resalta que, en medio de tales desafíos, encuentra gratificante recibir mensajes bonitos por su capacidad para combinar su pasión por el canto callejero con el cuidado de su hija. Revela con orgullo que, tras intentar colocar a su pequeña en una guardería, tomó la valiente decisión de cuidarla a tiempo completo cuando notó que su hija no se adaptaba al entorno.
Desde que su niña tenía apenas seis meses, Dayanara la involucró en su proceso creativo, generando un vínculo estrecho entre madre e hija. Esta relación especial se manifiesta incluso en su rutina de trabajo, ya que la pequeña ha crecido acostumbrada a acompañar a su madre durante sus actuaciones callejeras.
Dayanara relató con entusiasmo cómo su aventura la llevó a San Cristóbal, un lugar que la cautivó desde su llegada. Esta ciudad se convirtió en su hogar y el escenario de su próximo capítulo: una educación universitaria en la Universidad Intercultural de Chiapas, donde se graduó en Desarrollo Sustentable. Dayanara resalta la relevancia de esta carrera en un mundo que demanda un enfoque sostenible para el futuro.
Aunque su compromiso actual es un proyecto de crianza de pollos para el servicio social que le pide la universidad, Dayanara alberga aspiraciones emprendedoras. Sueña con establecer su propio negocio y seguir compartiendo su arte a través del canto callejero y la creación de artesanías, que las tiene en venta en su página de Facebook.
Nuestra entrevistada reconoce que, si bien no siempre actuaba dentro de los restaurantes por respeto a quienes prefieren comer en silencio, supo encontrar lugares propicios para cautivar a su audiencia con su voz. Además, su versatilidad artística se expande hacia espectáculos con fuego, una faceta más de su talento con el que puede amenizar eventos y fiestas, para lo cual puede ser contratada.
En su repertorio de canciones, tiene hasta el momento solo boleros, ya que considera que es lo que más se adapta a su tipo de voz, debido a que se le hace un poco complicado encontrar las pistas de acuerdo a su tono y debido a que no toca algún instrumento, hace limitada la variedad de letras que puede interpretar.
Su interpretación de canciones como "La Llorona" y "La Bruja" en la pintoresca San Cristóbal, vestida como Catrina, agrega un toque mágico y distintivo a su presencia en el pueblo, en el mes de noviembre debido al festejo de Día de Muertos.
El bienestar de su hija la lleva de regreso a su hogar en Tabasco, donde puede contar con el apoyo y la cercanía de su familia en caso de ser necesario. Ahora serán las calles de ese estado que se deleitarán con su voz y su arte.
La historia de Dayanara es una celebración de empoderamiento, perseverancia y amor. Su viaje desde las calles de San Cristóbal hasta su graduación en Desarrollo Sustentable refleja su determinación para crecer como artista y como madre. Su ejemplo inspira a todos a abrazar sus pasiones, superar desafíos y construir un futuro más brillante, un paso a la vez.
