- 4 mil niños en promedio laboran en Tapachula
- 14 horas es el estimado de horas que trabajan
- 100 a 150 pesos logran ganar al día
El trabajo infantil en Tapachula es un problema grave que las autoridades de los tres órdenes de gobierno no han querido atender, a pesar de que a diario se observan a niños y adolescentes, en la mayoría provenientes de Guatemala, que han encontrado en el comercio informal su única forma de subsistir.
Tapachula, por ser un municipio fronterizo se ha convertido en lugar propicio para que decenas de menores migrantes se establezcan, por lo que a diario se les observa realizando actividades informales en el primer cuadro de la ciudad, mercados y cruceros viales, exponiéndose directamente a la pandemia del Covid-19.
El director del Centro de Dignificación Humana, AC., Luis Rey García Villagrán, afirmó que las políticas públicas para la protección de los niños dejan mucho qué desear en Tapachula, ya que no han querido visualizar las condiciones sociales y laborales de este sector vulnerable, que por su situación padecen la constante violación de sus derechos humanos.
Dijo, que hasta antes de la pandemia en coordinación con el albergue Todo por Ellos y el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, realizaron una encuesta y se estimó que alrededor de 4 mil niños, la mayoría migrantes, realizaban diversas actividades laborales en las calles de Tapachula, lamentablemente, hasta en condiciones hasta inhumanas.
Señaló, que los menores migrantes que se desempeñan en el comercio informal provienen principalmente de comunidades fronterizas de Guatemala y salen de ahí huyendo de la pobreza o violencia de sus hogares, sin embargo, se enfrentan a jornadas de más de 14 horas para subsistir y sus ingresos son muy bajos, ya que la mayoría percibe ingresos de entre 100 y 150 pesos diarios.
Detalló, que las principales actividades que desempeñan son aseadores de calzado, chicleros, limpiaparabrisas y vendedores ambulantes de alimentos, por lo que no cuentan con día de descanso, estos trabajos son bien identificados por la población y autoridades, sin embargo, solo se les cataloga como víctimas de trata y explotación, más no se hace algo por apoyarlos.
Puntualizó, que desde hace tiempo el trabajo del DIF Municipal y Estatal ha sido nulo a favor de este sector, por lo que es necesario que las autoridades generen mejores condiciones o mecanismos para ellos, ya que no basta con promover leyes que solo en el papel pretendan erradicar el trabajo infantil, si niños y adolescentes laboran por voluntad propia en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.
Maynor N de 11 años de edad, proveniente del Departamento de San Marcos, Guatemala, salió de su lugar de origen debido a las condiciones de pobreza en las que viven su madre y dos hermanos menores tras la muerte de su progenitor, por lo que no le importó dejar sus estudios y los juegos para venir a Tapachula en busca de mejores oportunidades.
Enfatizó, que desde su llegada se dedica a lustrar zapatos, pero la situación que ahora enfrenta tras la llegada del Covid-19 a la ciudad es complicada, ya que tiene que salir a trabajar desde las 8:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde y los pocos recursos apenas le alcanzan para comprar su comida y pagar en conjunto con otros niños el cuarto donde duermen.
"Llevo un año trabajando acá en Tapachula, solo voy una vez al mes a ver a mi mamá para llevar un poco de dinero, ya que la situación no ha sido tan buena, tengo que trabajar mucho y gano poco, pero no me queda otra opción, porque yo soy el responsable de mis hermanitos", acotó.
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