Los que algún día fueron hogares de familias en el municipio de Tuxtla Chico, hoy están convertidas en viviendas “fantasma” que se desmoronan al pasar de los días, sin que sus propietarios y autoridades tengan un proyecto concreto para la recuperación de estos espacios en la cabecera municipal.
Decenas de viviendas en Tuxtla Chico están en la misma situación: con bardas y techos colapsados, llenas de monte y en total descuido desde hace años, sin que hasta el momento alguien se ocupe de recuperarlas o darles una nueva imagen en plena mancha poblacional.
La mayoría de estas casas se encuentran en el casco urbano de la localidad fronteriza con Guatemala, las cuales se convierten en verdaderos refugios de malvivientes por las noches, ya que a esto se suma la falta de iluminación pública en muchas calles y avenidas.
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En la Avenida Aldama, una vivienda que por años fue ocupada por una mujer de la tercera edad, está en deplorables condiciones. Desde que la anciana falleció hace algunos años, nadie se ha ocupado de darle mantenimiento y, al contrario, la estructura ha ido cayendo poco a poco.
El sitio no sólo provoca inseguridad, también es punto para que personas inconscientes arrojen basura a cualquier hora del día y generen un foco de contaminación.
Otro de los puntos en deterioro es en la Calle Allende, entre las Avenidas Juárez y Díaz, donde por muchos años funcionó una panadería, pero ahora el sitio está convertido en una estructura abandonada y en completo deterioro, sin que la propietaria o autoridades recuperen el lugar.
En esta ex vivienda se observan paredes rotas y cimientos de lo que algún día fue un horno para pan, así como las divisiones de cuartos y áreas de una casa común.
En toda la mancha urbana de Tuxtla Chico las viviendas deterioradas imperan pese a que en años anteriores han existido programas de recuperación de espacios, como ocurrió en los alrededores del parque central Miguel Hidalgo, donde rehabilitaron varias estructuras.