Con el programa de control de la mosca del mediterráneo se protegen alrededor de 2 millones de hectáreas de cultivos frutales que incluyen importantes producciones de mango, cítricos y guayaba, entre otros productos, indicó Marissa Juárez Durán, directora del programa nacional de moscas de la fruta.
Destacó que la protección que realizan es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y la estabilidad económica de las regiones, ya que estos cultivos representan una parte importante de la economía agrícola del país.
“El valor de producción de los cultivos protegidos por el control de la mosca del mediterráneo asciende a más de 184 mil millones de pesos. Además, México es uno de los países líderes en producción de alimentos y exportaciones”, expresó la funcionaria.
Añadió que el país ocupa el octavo lugar en el tema de exportación de productos de calidad y libres de plagas, gracias al trabajo de cuidado en la producción de alimentos que realizan con el programa nacional de moscas de la fruta.
Precisó que tienen dos biofábricas de producción: una exclusiva de Moscamed, con una capacidad de producción de mil millones de moscas a la semana, y otra de parasitoides, que produce 55 millones en una semana.
“En el caso de las moscas de la fruta, son un promedio de 60 millones a la semana que se producen para proteger el campo mexicano, que se distribuye en Chiapas y otros estados de la República Mexicana”, abundó.
Pidió a los ciudadanos que permitan a los trabajadores técnicos realizar los trabajos de vigilancia, revisar las trampas que colocan y, en caso de encontrar plagas, realizar los trabajos de control para asegurar el suministro de alimentos.
Mencionó que este trabajo que se viene realizando desde hace más de 40 años beneficia a toda la población, ya que su único interés es el bienestar público y no personal.
Señaló que Chiapas y el país están libres de la mosca del mediterráneo, sin embargo, su presencia en Guatemala los obliga a mantener una vigilancia permanente en los municipios fronterizos como Unión Juárez, Suchiate, Tuxtla Chico, Meta y Frontera Hidalgo.
Puntualizó que muchos países imponen reglas fitosanitarias de libre de plagas y enfermedades a los productos que llegan para que los consuman sus ciudadanos sin ningún riesgo para su salud.
