/ domingo 3 de diciembre de 2023

Obispo de Tapachula llama a vivir y celebrar con gozo el ministerio de la Navidad

El primer y segundo domingo de adviento se invita a contemplar reflexionar y orar por la venida del Señor

El obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón llamó a los fieles a vivir el adviento con espíritu de amor y evitar una vida de excesos y fuera de la realidad, además de no dejarse llevar por los caprichos del corazón y poner atención en la vida para no romper las relaciones de armonía que se han de mantener con los hermanos.

Al celebrar el primer domingo de adviento, dijo que son dos tiempos con los que se inicia el año litúrgico. El adviento está integrado por cuatro domingos y dividido en dos partes y es el camino que se recorre para llegar a la contemplación y la celebración del ministerio de la Encarnación, la Navidad.

Dijo que el primer y segundo domingo de adviento se invita a contemplar reflexionar y orar por la venida del Señor lleno de Gloria al final de la historia y la segunda parte que corresponde al tercer y cuarto domingo la mirada se dirige hacia el pesebre.

Señaló que en el tercer y cuarto domingo la mirada se dirige hacia el pesebre, ya que mirando hacia Belén se puede de alguna manera visualizar el misterio: rostro del amor del padre, del Dios que se anonadó así mismo para hacerse hombre y mostrar así cuánto amor tiene hacia la humanidad.

Detalló que la liturgia que ofrece desde el primer domingo marca el espíritu con el que se ha de vivir el adviento, donde insta a velar y estar preparados, el cual ayuda a precisar a que es necesario permanecer irreprochables hasta el fin, hasta el día de su advenimiento, lo que significa el evitar vivir con excesos y fuera de la realidad.

"Estamos llamados a vivir como en pleno día con dignidad, esto significa llamados a recorrer el camino de adviento, camino de conversión que nos lleva a reconciliarnos con nuestra identidad de hijos creados a imagen y semejanza de Dios", abundó.

El obispo puntualizó que la Navidad pone delante de cada uno el milagro de Dios mismo, que asumiendo la carne mortal, hijo de María, engendrado por obra del espíritu, vino a poner su casa en medio de la humanidad.

"Querida familia diocesana, adviento y Navidad son camino y celebración para todos, caminemos con alegría y celebremos con gozo el ministerio de la Navidad, vivamos estos días unidos a nuestra familia y a todos los hermanos de nuestra comunidad", sostuvo.

El obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón llamó a los fieles a vivir el adviento con espíritu de amor y evitar una vida de excesos y fuera de la realidad, además de no dejarse llevar por los caprichos del corazón y poner atención en la vida para no romper las relaciones de armonía que se han de mantener con los hermanos.

Al celebrar el primer domingo de adviento, dijo que son dos tiempos con los que se inicia el año litúrgico. El adviento está integrado por cuatro domingos y dividido en dos partes y es el camino que se recorre para llegar a la contemplación y la celebración del ministerio de la Encarnación, la Navidad.

Dijo que el primer y segundo domingo de adviento se invita a contemplar reflexionar y orar por la venida del Señor lleno de Gloria al final de la historia y la segunda parte que corresponde al tercer y cuarto domingo la mirada se dirige hacia el pesebre.

Señaló que en el tercer y cuarto domingo la mirada se dirige hacia el pesebre, ya que mirando hacia Belén se puede de alguna manera visualizar el misterio: rostro del amor del padre, del Dios que se anonadó así mismo para hacerse hombre y mostrar así cuánto amor tiene hacia la humanidad.

Detalló que la liturgia que ofrece desde el primer domingo marca el espíritu con el que se ha de vivir el adviento, donde insta a velar y estar preparados, el cual ayuda a precisar a que es necesario permanecer irreprochables hasta el fin, hasta el día de su advenimiento, lo que significa el evitar vivir con excesos y fuera de la realidad.

"Estamos llamados a vivir como en pleno día con dignidad, esto significa llamados a recorrer el camino de adviento, camino de conversión que nos lleva a reconciliarnos con nuestra identidad de hijos creados a imagen y semejanza de Dios", abundó.

El obispo puntualizó que la Navidad pone delante de cada uno el milagro de Dios mismo, que asumiendo la carne mortal, hijo de María, engendrado por obra del espíritu, vino a poner su casa en medio de la humanidad.

"Querida familia diocesana, adviento y Navidad son camino y celebración para todos, caminemos con alegría y celebremos con gozo el ministerio de la Navidad, vivamos estos días unidos a nuestra familia y a todos los hermanos de nuestra comunidad", sostuvo.

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