“No tuve la oportunidad de ir a la escuela, mi sueño era cruzar a Estados Unidos, pero me enamore de Tapachula, la tierra que me dio la oportunidad de salir adelante con mi venta de pollos y sobre todo impulsar el deporte del balompié en Tapachula”, eran las palabras que describía siempre Luis Alberto Trujillo Domínguez mejor conocido como el May, quien siempre contestaba las entrevistas realizadas en Diario del Sur y que lamentablemente falleció en Oaxaca la tarde viernes en una clínica particular derivado a un problema de los riñones.
Su semblante siempre muy alegre, humilde y sobre todo emprendedor manifestaba May a todos sus amigos, clientes y paisanos, no existía distinción alguna. A los 15 años salió de Guatemala en busca de mejores condiciones de vida, según le habían contado que en el extranjero su vida cambiaría por completo, con unas cuantas monedas en su bolsillo arribó a Tapachula, un jovencito que empezó a pedir trabajo en varios lugares, logrando conseguir empleo de ayudante de albañil, velador, lava autos y asador de pollos, varias veces se quedó a dormir en la calle sufriendo frío y discriminación por la situación de calle, poco a poco se gano la confianza de los patrones quienes vieron en él las ganas de salir adelante.
En la colonia Indeco sus compañeros de futbol lo molestaban con él sobre nombre de “Burro” por no haber asistido a la escuela, pero eso no fue obstáculo para el decidiera emprender su propio negocio que colocó en la Central Oriente frente a la Villita de Guadalupe, lo acompañaba solo una mesa de madera y en un principio inició con 10 pollos asados, su sabor único y el amor que le impregnaba a esa micro empresa, logró cautivar el paladar de los tapachultecos.
Decidió ahorrar por varios años hasta que logró expandir más sucursales, tuvo su propio equipo de futbol llanero llamado las Chivas del May, rayado hasta el hueso colorado y el cual se dio cuenta que las ligas en ese entonces daban muy pocos premios, por lo que sugirió incrementarlos al triple y hasta daba de regalo uniformes, las carencias en los deportistas fue mucha al grado que también decidió patrocinarlos y años más tarde abrió a petición de la gente la liga con su mismo nombre.
Niños, jóvenes y adultos que necesitaban de un apoyo económico ya sea para participar en alguna competencia en tema de matemáticas, deportes y hasta para causas de ayuda a personas discapacitadas, nunca dudo en hacerlo al contrario, siempre mencionaba que era algo de mucho que le había dado México.
“Nunca pensé en ser alguien reconocido por la población, para mí el dinero no fue una ambición y por mi mente paso tener algún día un carro o una casa, el baile fue uno de mis pasiones y siempre le di gracias al creador por todas las bendiciones que me dio el creador, me enferme de los riñones y sigo luchando porque tengo muchas ganas de vivir”, dijo Luis.