La sociedad de la frontera sur estigmatiza la presencia de migrantes como artífices de la delincuencia, sin embargo, hay historias que demuestran el trabajo que día a día realizan estas personas para poder subsistir de manera digna y honrada, tal es el caso de Cristo Ernesto, quien lleva 10 años en Tapachula teniendo diferentes labores, pero en los últimos 5 años trabaja como acomodador de autos en un supermercado.
Cristo Ernesto llegó a Tapachula con la idea de un mejor porvenir para su familia, ya que en su país, El salvador, había escasas oportunidades de trabajo, además que hace 10 años el pandillerismo estaba en su pleno apogeo, lo cual impedía la actividad productiva de muchas personas de bien.
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Dijo que es constante la discriminación que sufren los migrantes que llegan a la frontera sur, en la búsqueda de un mejor porvenir, sin embargo, aclaró que la mayoría de ellos, no están relacionados con actividades delictivas, por el contrario, les gusta el trabajo, aprenden rápido y logran hacer amistades en los lugares donde estén.
En su caso, afirmó que le costó mucho al principio adaptarse a una nueva vida, solo, lejos de su familia, pues no tuvo la opción de traérselos consigo, pero constantemente les manda dinero para su manutención, no obstante, conforme pasó el tiempo se adaptó y se hizo amigo de personas que lo apoyaron.
Señaló que su objetivo, es hacer el trámite de unos documentos que tiene vencidos y poder irse al norte del país, específicamente a Tijuana, donde hay más trabajo y se gana mejor, posteriormente, buscar la forma de llegar a Estados Unidos, donde lo esperan sus hermanos y demás familiares.
"Al principio es difícil porque la gente nos tacha de delincuentes, pero la mayoría de los migrantes solo venimos en busca de un mejor porvenir para nosotros y nuestras familias, porque en nuestros lugares la situación es mucho más complicada", abundó.
Por lo pronto, Cristo Ernesto agradece a la empresa que le permitió trabajar en el estacionamiento, apoyando a los clientes que llegan con sus vehículos a comprar, reconoció que es un trabajo digno que le ha permitido estar por un tiempo en esta ciudad, en la espera de una mejor oportunidad de vida, pues con 47 años a cuestas, tiene que decidir rápidamente cuál es el siguiente paso.
Finalmente, refirió que es importante para los miles de migrantes asentados en esta ciudad, tener la comprensión de la población, pues el objetivo de quienes migran no es hacer el daño, sino encontrar una oportunidad para vivir tranquilos.
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