Doña Nora Sánchez, es una mujer emprendedora y talentosa, descubrió su pasión por el tejido gracias a su abuelita, quien le transmitió los conocimientos de este ancestral oficio, dice que, sus hermanas también aprendieron a tejer,pero fue ella quien encontró un verdadero amor por esta labor.
Al principio, Doña Nora se dedicaba a tejer chambritas y prendas para su familia, pero hace un año, sus hijas la animaron a explorar nuevas posibilidades y comenzar a hacer diversos tipos de flores para vender. Fue así como incursionó en la creación de flores, muñequitos y otras piezas tejidas, mostrando su creatividad y destreza.
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Para comercializar sus productos, doña Nora se ha establecido en el mercado Rosa y en el mercado de flores del Parque Bicentenario. Allí, instala su mesa para exhibir y vender sus tejidos, los cuales reflejan la enseñanza y el legado de su abuelita. Gracias a la ayuda de los programas bubernamentales ha logrado promocionar y comercializar sus productos de manera exitosa.
Esta ama de casa, quien antes se dedicaba a cuidar a sus hijas, nunca imaginó que se convertiría en una pequeña empresaria gracias a su habilidad con el hilo y la aguja, y a su innata creatividad, doña Nora ha encontrado en el tejido una forma de expresión y una manera de generar ingresos para su familia.
Sus tejidos, elaborados con esmero y pasión, reflejan la tradición y el amor transmitidos por su abuelita. Cada pieza es única y lleva consigo la historia y el legado de generaciones pasadas. Doña Nora ha logrado fusionar su talento con su espíritu emprendedor, convirtiéndose en un ejemplo de superación y perseverancia.
Con su creatividad y la promoción brindada por el Mercado Rosa, doña Nora ha podido llevar sus productos a un público más amplio, encontrando en el arte del tejido una forma de realización personal y un camino hacia el éxito. Su historia nos enseña que a veces, en las actividades más simples, se encuentran las mayores oportunidades.
