En Tapachula, ciudad ubicada en el estado de Chiapas, México, dos vendedores ambulantes desafían las altas temperaturas que han estado afectando a la zona en los últimos días. Con más de 80 años, Arnoldo Ramírez Pérez, pasa hasta siete horas bajo los rayos del sol vendiendo frutas, sin sentir ninguna afectación en su salud.
En una charla con el Diario del Sur, Arnoldo expresó que el sol le da fuerzas y lo hace sentir renovado, mientras que el frío lo agota. Además, mencionó que nunca ha sufrido de un golpe de calor o quemaduras en la piel a pesar de trabajar bajo el sol de mediodía hasta las 7 de la tarde.
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Por otro lado, Josué Jesús, un joven vendedor de agua en un semáforo ubicado frente al Instituto Mexicano del Seguro Social, también está trabajando duro para sobrellevar el intenso calor. Para protegerse de los rayos del sol, utiliza sombrero y camisas de manga larga.
Josué comentó que los días más difíciles son en los que se sienten más calor de 12 del día a las 3 de la tarde, y aunque se siente sin ánimo de continuar, toma mucha agua para mantenerse hidratado y completar su jornada laboral. Para prevenir la deshidratación, el joven vendedor de agua consume alrededor de tres litros de agua durante el día.
A pesar del clima desfavorable, Josué se siente afortunado porque los fuertes calores aumentan sus ventas. Según dijo, en ocasiones ha logrado vender hasta 50 botellas de agua de litro o medio litro en un solo día, lo que significa que su negocio florece durante los días más calurosos.
La ciudad de Tapachula ha estado en alerta naranja debido a las altas temperaturas, y aunque las autoridades han recomendado a la población no exponerse al sol por largos períodos, estos dos vendedores ambulantes han demostrado que con determinación y cuidado, se puede trabajar bajo las condiciones más extremas.
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