Las críticas contra el presidente Donald Trump arreciaban ayer tras la terminación del permiso de residencia temporal TPS para unos 59 mil inmigrantes haitianos, concedido tras el devastador terremoto de 2010 en el país caribeño.
“¡Haití no está listo!”, claman por igual haitianos, activistas por los derechos humanos y políticos.
Rechazan que, como dice el gobierno, Haití esté en condiciones de ser retirado del programa humanitario Estatus de Protección Temporal (TPS), que permite residir en Estados Unidos a ciudadanos de países devastados por desastres naturales o conflictos armados mientras la situación no sea segura para regresar.
“Estados Unidos sabe que Haití no está listo. Quieren deportar a los haitianos para que mueran allí”, asegura Marleine Bastien, directora de FANM, la principal organización de la diáspora haitiana, concentrada en Florida.
Todavía hay desplazados del sismo de 2010 que mató más de 200 mil personas, y del huracán Matthew, que golpeó la isla el año pasado. Los huracanes Irma y María provocaron más daños hace apenas unos meses. La epidemia de cólera dejó 1.2 millones de personas contaminadas y aún falta infraestructura de acceso a agua potable. Y además, hay “alta inestabilidad política”, enumera.
Unas 300 personas protestaban en las inmediaciones de Club Mar-a-Lago de Trump en West Palm Beach, donde el presidente llegó para pasar las vacaciones de Acción de Gracias.
En tanto, Alberto Carvalho, superintendente de las Escuelas Públicas del condado Miami-Dade, denunció que más de 17 mil estudiantes se verán impactados en la zona por el fin de la protección.
“Para los niños esto es un acto emocional muy fuerte y pienso que va a impactar sus estudios porque están viviendo con miedo y eso nos es justo para los niños ni para los padres de familia”, señaló Carvalho.
Rodeado de congresistas y activistas que defienden los derechos de los inmigrantes, Carvalho aseguró que las escuelas públicas del condado serán “santuarios” de protección a los niños y sus familias y no permitirán la entrada de las autoridades migratorias.
Miles de haitianos viajaron en los últimos meses a la frontera con Canadá para pedir asilo.
“Estamos preparados para todos los escenario imaginables”, dijo el ministro canadiense de Seguridad Pública de Canadá, Ralph Goodale.