/ lunes 1 de abril de 2024

Salud en la Red / El fondo Solidario de Medicamentos no solo es la respuesta a la paliación de la pobreza farmacéutica, sino también a la defensa y promoción de los derechos medioambientales y los retos de la transformación verde

Un medicamento puede ser un gran aliado si se almacena y consume correctamente, pero también es un contaminante si se desecha de manera incorrecta. Cuando los medicamentos no se reciclan o se destruyen adecuadamente, acaban causando un gran impacto medioambiental que perjudica gravemente a los ecosistemas naturales, además, estos daños pueden impactar directamente en la salud, volviéndose una amenaza a la salud pública mundial: la falta de destrucción de antibióticos correcta, por ejemplo, puede contribuir a crear súper bacterias al desarrollar la resistencia a los antimicrobianos, que hacen menos efectivo el tratamiento, amenazando la vida de los pacientes, aumentando las tazas de morbilidad y afectando la demanda del gasto público en materia de salud, lo cual requiere medidas por parte de todos los sectores del gobierno y la sociedad civil.

Hace quince años, en su libro La venganza de la Tierra, la teoría de Gaia y el futuro de la humanidad, el escritor y científico James Lovelock escribió: “Todavía nos resulta ajeno el concepto de que nosotros y el resto de la vida, desde las bacterias a las ballenas, formamos parte de una entidad mucho mayor y más diversa: la Tierra Viva”, tres lustros después de lo que publicó Lovelock, el estado de salud del planeta tierra aún no se mira como una prioridad mundial, en el mundo entero, hay voces que desde hace un buen tiempo insisten en que los desafíos ambientales serán cada vez mayores, sobre todo cuando las políticas públicas no tienen en el centro a la agenda ambiental y climática, ya dice Adrián Fernández Bremauntz, doctor en ciencias y director ejecutivo de la organización no gubernamental Iniciativa Climática, “Es evidente que el gobierno no va a atender la agenda ambiental y climática; así que será el sector social y académico el que deberá tomar la estafeta y dar la pelea para que se vuelvan temas prioritarios en el país”.

Cuidar los factores que afectan el medio ambiente y la salud de los mexicanos, sobre todo de los que pueden ser perjudicados por el incorrecto desecho de los medicamentos, es una tarea de importancia nacional; de la que en nuestro país solo hay una opción, el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos (SINGREM) la cual no está siendo suficiente para abordar una problemática social de impacto mundial.

SINGREM es la única sociedad especializada no lucrativa en nuestro país, dedicada exclusivamente al acopio, recolección, traslado y a la entrega garantizada de medicamentos desechados a empresas especializadas en la destrucción no contaminante de residuos peligrosos; afiliada a la Red Iberoamericana de Programas de Consumo de Medicamentos. Sin duda, sin la labor efectuada por el SINGREM, no existiría en México un canal seguro para el acopio y destrucción de fármacos, esta asociación opera gracias al financiamiento de los laboratorios afiliados a la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA), la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (ANAFAM), ya que de acuerdo con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos, es responsabilidad de los fabricantes realizar la disposición adecuada de los medicamentos caducos (considerados como residuos peligrosos) tanto de los que tienen en sus almacenes, como los que desechan los consumidores, pero desgraciadamente a pesar de los años de estar operando este programa todavía no cuenta con la presencia nacional, ya que está presente en 27 estados de la República Mexicana, en los que tienen solo 4,600 contenedores.

En 2017, SINGREM anunció que, en mayo de ese año, la recolección y destrucción acumulada fue de más de 2 mil toneladas de fármacos caducos, considerados residuos tóxicos por la Ley General para la Prevención y Gestión de Residuos; como dato de interés, se puede señalar que el peso medio del envase de un medicamento dispensado en farmacia es de 26,8 g. y que contiene de media 49,5 g. de medicamento; por lo cual podríamos decir que se destruyó un equivalente a 40,404 medicamentos, por lo que si en México solamente procesamos de manera correcta cerca del 30% de los medicamentos que se desechan, nos hace suponer que el otro 70% equivalente a 94,276 medicamentos, no se están destruyendo correctamente –haciendo la aclaración que estos datos son los considerados y reportados en 2017–.

Tan solo RedSalud, en un solo cargamento, de un solo laboratorio, hemos recibido en donación medicamentos, de corta caducidad (cuatro meses), para entrega a la población vulnerable que atendemos, lo que se traduce en 700,000 piezas; considerando que nos somos la única organización que recibe este tipo de donaciones de laboratorios y de cadenas de farmacias, podemos imaginar que el impacto del mal procesamiento de todos esos medicamentos que no se llegan a entregar, sin considerar lo que se caduca en farmacias independientes y a hogares, porque aunque en México no tenemos datos precisos, pero solo en España, se calcula que cada habitante genera de media 476 kg anuales de residuos (Punto SIGRE); lo que muestra la amplia brecha que todavía tenemos por cubrir en el buen procesamiento de los desechos peligrosos que son los medicamentos.

Los medicamentos que no se desechan de manera correcta, causan afectaciones irreparables a la población, tales como, facilitar que muchos de estos medicamentos terminen en el mercado ilegal, causando daños a la salud y a la economía de quienes los compran y los consumen; toda vez que por lo regular terminan eliminados en la basura llegando a mantos acuíferos, por lo cual ya son considerados los nuevos contaminantes en el agua, apareciendo ya estas sustancias tanto en aguas superficiales como subterráneas, implicando un desequilibrio, pues provocan alteraciones en las comunidades de microorganismos, tanto acuáticos como terrestres, agravando un problema de salud pública mundial como es la residencia de los antimicrobianos.

Así también se ha demostrado en múltiples estudios el impacto de fármacos en la flora y la fauna a través del contacto con aguas contaminadas, un ejemplo claro es el envenenamiento con diclofenaco que llevó al borde de la extinción a tres especies de buitres en India; por lo que hay que resaltar que su presencia en las aguas fomenta la aparición de superbacterias resistentes, una amenaza que los expertos contemplan como la posible próxima gran pandemia; desde el 2016, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alertó que de darse un aumento mundial de las enfermedades que se transmiten de animales a seres humanos sería motivo de preocupación, en concreto, señaló que el 75% de todas las enfermedades infecciosas actualmente en humanos son zoonóticas y que dichas enfermedades están estrechamente relacionadas con la integridad de los ecosistemas.

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Es evidente que la correcta eliminación y el reciclaje de medicamentos ayuda a prevenir consecuencias negativas tanto para nuestra salud como para el medio ambiente, por ello es fundamental fomentar la importancia de este reciclaje y la conciencia medioambiental entre la población, ya que reciclar medicamentos tiene numerosas ventajas, pero creo el reto mas grande para Mexico, sus instituciones de salud, empresas farmacéuticas y sociedad civil, no tendrá que ser la destrucción y el correcto procesamiento de los desechos farmacéuticos sino la correcta logística de entrega y rescate de estos medicamentos para que lleguen a manos de una población sumida en la pobreza farmacéutica, resultando en una, no reconocida, realidad a la que se enfrentan millones de personas en el mundo que no pueden hacer frente al pago de medicamentos, servicios y/o productos sanitarios.

El desabasto de medicamentos en México existe y se ha agudizado en los últimos años y aunque nuestras autoridades lo subestimen es una realidad demoledora para millones de mexicanos desde pacientes oncológicos, diabéticos y psiquiátricos, todos estos padecimientos referenciados como enfermedades no transmisibles, crónicas y/o degenerativas que exigen al paciente un tratamiento continuo al cual no puede acceder; es por ello de la relevancia de la unión de todos los sectores priorizando la toma de decisiones y la colaboratividad de generar la red de salud más grande en México que nos permita georreferenciar a cada paciente en pobreza farmacéutica y hacer llegar a través de esta misma red el medicamento que serán consumidos de manera inmediata por el paciente, evitando llegar a su término de vigencia y convirtiéndose en un producto contaminante que nos afecte a todos –personas y animales– con la aparición de patógenos farmacoresitentes, permitiendo que los patógenos presentes en ellas se propaguen al ganado y a los seres humanos, lo cual aumenta el riesgo de aparición de enfermedades, además que esta simple acción de responsabilidad social empresarial por parte de la industria farmacéutica tendrá beneficios sociales y económicos para ella.

Este análisis nos abre un panorama que siempre hemos mencionado en relación a nuestro trabajo en RedSalud y ha sido nuestro motivo para insistir en el trabajo colaborativo; tuvimos que pasar gran parte del año 2020 confinados por la pandemia para darnos cuenta que todos estamos más unidos que nunca, no importando geografía, niveles socioeconómicos ni culturales, sin importar nacionalidades, género, edad, ideologías, religiones, usos y costumbres, todos fuimos tocados por la realidad de un mundo en riesgo; en crisis sanitarias, sociales, económicas, laborales, etc. y hoy estamos iniciando un nuevo camino en el que el mundo entero se esta sumiendo en amenazas a la salud pública y debemos poner mas atención, hoy la lucha contra la pobreza farmacéutica, será también la defensa y promoción de los derechos medioambientales y los retos de la transformación verde.

El Fondo Solidario de Medicamentos, es un esfuerzo de colaboración entre Redsalud internacional y la industria farmacéutica, para hacer llegar los medicamentos indispensables a las personas que más lo necesitan y que de otra forma tendrían que elegir entre comer o medicarse, a través de una red de asociaciones civiles que nos permite llevar medicamentos subsidiados o donados a los rincones de México en donde esta presente la pobreza farmacéutica; esta iniciativa nace como una respuesta para paliar la pobreza farmacéutica, la brecha de salud y exclusión social que viven millones de mexicanos al no tener la posibilidad de adquirir sus medicamentos e insumos sanitarios; teniendo lógica desde el reconocimiento del valor social, así como en el cuidado del medio ambiente, el impacto en la salud pública mundial y la economía mundial.

La salud es una problemática social muy compleja y se ha logrado tomar consciencia del peso de la misma en esta crisis que vivimos. El mundo entero esta enfrentando esta realidad de golpe y nos esta haciendo comprender que se tiene que abordar desde diferentes frentes y que solo podremos alcanzar un desarrollo sostenible, conjuntando objetivos y metas, además de actuar con convicción y responsabilidad social compartida. Hoy la lucha contra la pobreza farmacéutica representa también la transición hacia una economía y una sociedad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Si te interesa ser parte de esta historia que cerrará la brecha de desigualdad y acceso diferenciado de salud en México y participe de este cambio en la historia, no dudes en contactarnos a través del correo direccion@rsalud.com.mx

Un medicamento puede ser un gran aliado si se almacena y consume correctamente, pero también es un contaminante si se desecha de manera incorrecta. Cuando los medicamentos no se reciclan o se destruyen adecuadamente, acaban causando un gran impacto medioambiental que perjudica gravemente a los ecosistemas naturales, además, estos daños pueden impactar directamente en la salud, volviéndose una amenaza a la salud pública mundial: la falta de destrucción de antibióticos correcta, por ejemplo, puede contribuir a crear súper bacterias al desarrollar la resistencia a los antimicrobianos, que hacen menos efectivo el tratamiento, amenazando la vida de los pacientes, aumentando las tazas de morbilidad y afectando la demanda del gasto público en materia de salud, lo cual requiere medidas por parte de todos los sectores del gobierno y la sociedad civil.

Hace quince años, en su libro La venganza de la Tierra, la teoría de Gaia y el futuro de la humanidad, el escritor y científico James Lovelock escribió: “Todavía nos resulta ajeno el concepto de que nosotros y el resto de la vida, desde las bacterias a las ballenas, formamos parte de una entidad mucho mayor y más diversa: la Tierra Viva”, tres lustros después de lo que publicó Lovelock, el estado de salud del planeta tierra aún no se mira como una prioridad mundial, en el mundo entero, hay voces que desde hace un buen tiempo insisten en que los desafíos ambientales serán cada vez mayores, sobre todo cuando las políticas públicas no tienen en el centro a la agenda ambiental y climática, ya dice Adrián Fernández Bremauntz, doctor en ciencias y director ejecutivo de la organización no gubernamental Iniciativa Climática, “Es evidente que el gobierno no va a atender la agenda ambiental y climática; así que será el sector social y académico el que deberá tomar la estafeta y dar la pelea para que se vuelvan temas prioritarios en el país”.

Cuidar los factores que afectan el medio ambiente y la salud de los mexicanos, sobre todo de los que pueden ser perjudicados por el incorrecto desecho de los medicamentos, es una tarea de importancia nacional; de la que en nuestro país solo hay una opción, el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos (SINGREM) la cual no está siendo suficiente para abordar una problemática social de impacto mundial.

SINGREM es la única sociedad especializada no lucrativa en nuestro país, dedicada exclusivamente al acopio, recolección, traslado y a la entrega garantizada de medicamentos desechados a empresas especializadas en la destrucción no contaminante de residuos peligrosos; afiliada a la Red Iberoamericana de Programas de Consumo de Medicamentos. Sin duda, sin la labor efectuada por el SINGREM, no existiría en México un canal seguro para el acopio y destrucción de fármacos, esta asociación opera gracias al financiamiento de los laboratorios afiliados a la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA), la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (ANAFAM), ya que de acuerdo con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos, es responsabilidad de los fabricantes realizar la disposición adecuada de los medicamentos caducos (considerados como residuos peligrosos) tanto de los que tienen en sus almacenes, como los que desechan los consumidores, pero desgraciadamente a pesar de los años de estar operando este programa todavía no cuenta con la presencia nacional, ya que está presente en 27 estados de la República Mexicana, en los que tienen solo 4,600 contenedores.

En 2017, SINGREM anunció que, en mayo de ese año, la recolección y destrucción acumulada fue de más de 2 mil toneladas de fármacos caducos, considerados residuos tóxicos por la Ley General para la Prevención y Gestión de Residuos; como dato de interés, se puede señalar que el peso medio del envase de un medicamento dispensado en farmacia es de 26,8 g. y que contiene de media 49,5 g. de medicamento; por lo cual podríamos decir que se destruyó un equivalente a 40,404 medicamentos, por lo que si en México solamente procesamos de manera correcta cerca del 30% de los medicamentos que se desechan, nos hace suponer que el otro 70% equivalente a 94,276 medicamentos, no se están destruyendo correctamente –haciendo la aclaración que estos datos son los considerados y reportados en 2017–.

Tan solo RedSalud, en un solo cargamento, de un solo laboratorio, hemos recibido en donación medicamentos, de corta caducidad (cuatro meses), para entrega a la población vulnerable que atendemos, lo que se traduce en 700,000 piezas; considerando que nos somos la única organización que recibe este tipo de donaciones de laboratorios y de cadenas de farmacias, podemos imaginar que el impacto del mal procesamiento de todos esos medicamentos que no se llegan a entregar, sin considerar lo que se caduca en farmacias independientes y a hogares, porque aunque en México no tenemos datos precisos, pero solo en España, se calcula que cada habitante genera de media 476 kg anuales de residuos (Punto SIGRE); lo que muestra la amplia brecha que todavía tenemos por cubrir en el buen procesamiento de los desechos peligrosos que son los medicamentos.

Los medicamentos que no se desechan de manera correcta, causan afectaciones irreparables a la población, tales como, facilitar que muchos de estos medicamentos terminen en el mercado ilegal, causando daños a la salud y a la economía de quienes los compran y los consumen; toda vez que por lo regular terminan eliminados en la basura llegando a mantos acuíferos, por lo cual ya son considerados los nuevos contaminantes en el agua, apareciendo ya estas sustancias tanto en aguas superficiales como subterráneas, implicando un desequilibrio, pues provocan alteraciones en las comunidades de microorganismos, tanto acuáticos como terrestres, agravando un problema de salud pública mundial como es la residencia de los antimicrobianos.

Así también se ha demostrado en múltiples estudios el impacto de fármacos en la flora y la fauna a través del contacto con aguas contaminadas, un ejemplo claro es el envenenamiento con diclofenaco que llevó al borde de la extinción a tres especies de buitres en India; por lo que hay que resaltar que su presencia en las aguas fomenta la aparición de superbacterias resistentes, una amenaza que los expertos contemplan como la posible próxima gran pandemia; desde el 2016, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alertó que de darse un aumento mundial de las enfermedades que se transmiten de animales a seres humanos sería motivo de preocupación, en concreto, señaló que el 75% de todas las enfermedades infecciosas actualmente en humanos son zoonóticas y que dichas enfermedades están estrechamente relacionadas con la integridad de los ecosistemas.

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Es evidente que la correcta eliminación y el reciclaje de medicamentos ayuda a prevenir consecuencias negativas tanto para nuestra salud como para el medio ambiente, por ello es fundamental fomentar la importancia de este reciclaje y la conciencia medioambiental entre la población, ya que reciclar medicamentos tiene numerosas ventajas, pero creo el reto mas grande para Mexico, sus instituciones de salud, empresas farmacéuticas y sociedad civil, no tendrá que ser la destrucción y el correcto procesamiento de los desechos farmacéuticos sino la correcta logística de entrega y rescate de estos medicamentos para que lleguen a manos de una población sumida en la pobreza farmacéutica, resultando en una, no reconocida, realidad a la que se enfrentan millones de personas en el mundo que no pueden hacer frente al pago de medicamentos, servicios y/o productos sanitarios.

El desabasto de medicamentos en México existe y se ha agudizado en los últimos años y aunque nuestras autoridades lo subestimen es una realidad demoledora para millones de mexicanos desde pacientes oncológicos, diabéticos y psiquiátricos, todos estos padecimientos referenciados como enfermedades no transmisibles, crónicas y/o degenerativas que exigen al paciente un tratamiento continuo al cual no puede acceder; es por ello de la relevancia de la unión de todos los sectores priorizando la toma de decisiones y la colaboratividad de generar la red de salud más grande en México que nos permita georreferenciar a cada paciente en pobreza farmacéutica y hacer llegar a través de esta misma red el medicamento que serán consumidos de manera inmediata por el paciente, evitando llegar a su término de vigencia y convirtiéndose en un producto contaminante que nos afecte a todos –personas y animales– con la aparición de patógenos farmacoresitentes, permitiendo que los patógenos presentes en ellas se propaguen al ganado y a los seres humanos, lo cual aumenta el riesgo de aparición de enfermedades, además que esta simple acción de responsabilidad social empresarial por parte de la industria farmacéutica tendrá beneficios sociales y económicos para ella.

Este análisis nos abre un panorama que siempre hemos mencionado en relación a nuestro trabajo en RedSalud y ha sido nuestro motivo para insistir en el trabajo colaborativo; tuvimos que pasar gran parte del año 2020 confinados por la pandemia para darnos cuenta que todos estamos más unidos que nunca, no importando geografía, niveles socioeconómicos ni culturales, sin importar nacionalidades, género, edad, ideologías, religiones, usos y costumbres, todos fuimos tocados por la realidad de un mundo en riesgo; en crisis sanitarias, sociales, económicas, laborales, etc. y hoy estamos iniciando un nuevo camino en el que el mundo entero se esta sumiendo en amenazas a la salud pública y debemos poner mas atención, hoy la lucha contra la pobreza farmacéutica, será también la defensa y promoción de los derechos medioambientales y los retos de la transformación verde.

El Fondo Solidario de Medicamentos, es un esfuerzo de colaboración entre Redsalud internacional y la industria farmacéutica, para hacer llegar los medicamentos indispensables a las personas que más lo necesitan y que de otra forma tendrían que elegir entre comer o medicarse, a través de una red de asociaciones civiles que nos permite llevar medicamentos subsidiados o donados a los rincones de México en donde esta presente la pobreza farmacéutica; esta iniciativa nace como una respuesta para paliar la pobreza farmacéutica, la brecha de salud y exclusión social que viven millones de mexicanos al no tener la posibilidad de adquirir sus medicamentos e insumos sanitarios; teniendo lógica desde el reconocimiento del valor social, así como en el cuidado del medio ambiente, el impacto en la salud pública mundial y la economía mundial.

La salud es una problemática social muy compleja y se ha logrado tomar consciencia del peso de la misma en esta crisis que vivimos. El mundo entero esta enfrentando esta realidad de golpe y nos esta haciendo comprender que se tiene que abordar desde diferentes frentes y que solo podremos alcanzar un desarrollo sostenible, conjuntando objetivos y metas, además de actuar con convicción y responsabilidad social compartida. Hoy la lucha contra la pobreza farmacéutica representa también la transición hacia una economía y una sociedad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Si te interesa ser parte de esta historia que cerrará la brecha de desigualdad y acceso diferenciado de salud en México y participe de este cambio en la historia, no dudes en contactarnos a través del correo direccion@rsalud.com.mx

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