/ jueves 29 de abril de 2021

Tu guía para el bien vivir | Entendiendo tus emociones


Comprender tus emociones puede ayudarte a atenuar el impacto de ellas o más bien de su expresión sobre los demás, cuando entiendes qué es lo que te hizo reaccionar en una forma determinada permite a tu razón hacer una especie de control de daños.

Hacerte consciente de los motivos detrás esa emoción te permitirá retomar el control de las emociones más intensas dándole un sentido a eso que sientes es posible, por ejemplo, que enseñando a tu hijo te desesperes porque piensas que no quiere participar de lo que le explicas, la frustración crece hasta hacerte sentir que no estás haciendo lo suficiente o que “tú no eres suficiente” y entonces reacciones violentamente en consecuencia.

Las emociones son así, parecen una sorpresiva avalancha contra la que no podemos nada, sólo vamos sintiendo en nuestro interior como la bola de nieve crece, crece, y se desborda arrasando con nosotros y con quien tenga la mala suerte de estar ahí.

Aparece de pronto y parece no tener nada que ver con la situación que ocurre porque, en realidad esa emoción no se ha originado en ese momento sino que es en muchas ocasiones, la reacción a un cúmulo de experiencias traumáticas que venimos cargando con nosotros, reprimiéndolas, pensando que nada va a suceder si simplemente la ignoramos, hasta que algo “gatillea” el recuerdo de esa emoción y ahí estemos, perdiendo el control.

Comprender los motivos que están detrás de esas expresiones puede cambiar la forma como te relacionas contigo mismo y con quienes están a tu alrededor, de otro modo, sigues derivando, reprimiendo y avanzas entonces por un camino de amargura. El asunto es que cuando las emociones son las que dominan la forma como nos relacionamos con los demás, arruinan esas relaciones tanto por el trato que recibimos como por la interacción que se establece que muchas veces deja en desventaja a una persona sin control emocional.

No tienes porqué sentirte culpable de sentir, eso indica simplemente que eres una persona y estás viva, sóo que la irracionalidad que enfrentamos con las emociones que se desbordan, complican la interacción.

Sin embargo, cuando son correctamente conducidas, nos transformamos en personas enfocadas con la conciencia de ser parte de todo lo que nos rodea.

La autoconciencia ayuda a reconocer esas emociones, hay un pequeño microsegundo antes de que ocurra, úsalo, cuestiónate ¿Realmente estás enojada con esa persona? ¿De verdad quieres gritarle a quien está frente a ti? ¿En serio te sientes molesto o en realidad estás triste?

Razonar sobre los motivos que te llevan a sentirte como ahora mismo te sientes, ayudará que te vayas haciendo consciente de aquello que en realidad motiva esa reacción y comenzarás a sanarlas y con ella a tu corazón.

Fb. Yo Soy Conciencia

Escríbeme: Wa 9623304060


Comprender tus emociones puede ayudarte a atenuar el impacto de ellas o más bien de su expresión sobre los demás, cuando entiendes qué es lo que te hizo reaccionar en una forma determinada permite a tu razón hacer una especie de control de daños.

Hacerte consciente de los motivos detrás esa emoción te permitirá retomar el control de las emociones más intensas dándole un sentido a eso que sientes es posible, por ejemplo, que enseñando a tu hijo te desesperes porque piensas que no quiere participar de lo que le explicas, la frustración crece hasta hacerte sentir que no estás haciendo lo suficiente o que “tú no eres suficiente” y entonces reacciones violentamente en consecuencia.

Las emociones son así, parecen una sorpresiva avalancha contra la que no podemos nada, sólo vamos sintiendo en nuestro interior como la bola de nieve crece, crece, y se desborda arrasando con nosotros y con quien tenga la mala suerte de estar ahí.

Aparece de pronto y parece no tener nada que ver con la situación que ocurre porque, en realidad esa emoción no se ha originado en ese momento sino que es en muchas ocasiones, la reacción a un cúmulo de experiencias traumáticas que venimos cargando con nosotros, reprimiéndolas, pensando que nada va a suceder si simplemente la ignoramos, hasta que algo “gatillea” el recuerdo de esa emoción y ahí estemos, perdiendo el control.

Comprender los motivos que están detrás de esas expresiones puede cambiar la forma como te relacionas contigo mismo y con quienes están a tu alrededor, de otro modo, sigues derivando, reprimiendo y avanzas entonces por un camino de amargura. El asunto es que cuando las emociones son las que dominan la forma como nos relacionamos con los demás, arruinan esas relaciones tanto por el trato que recibimos como por la interacción que se establece que muchas veces deja en desventaja a una persona sin control emocional.

No tienes porqué sentirte culpable de sentir, eso indica simplemente que eres una persona y estás viva, sóo que la irracionalidad que enfrentamos con las emociones que se desbordan, complican la interacción.

Sin embargo, cuando son correctamente conducidas, nos transformamos en personas enfocadas con la conciencia de ser parte de todo lo que nos rodea.

La autoconciencia ayuda a reconocer esas emociones, hay un pequeño microsegundo antes de que ocurra, úsalo, cuestiónate ¿Realmente estás enojada con esa persona? ¿De verdad quieres gritarle a quien está frente a ti? ¿En serio te sientes molesto o en realidad estás triste?

Razonar sobre los motivos que te llevan a sentirte como ahora mismo te sientes, ayudará que te vayas haciendo consciente de aquello que en realidad motiva esa reacción y comenzarás a sanarlas y con ella a tu corazón.

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