Las velas aromáticas no solo decoran, sino que transforman un espacio en un refugio cálido y relajante. Su presencia evoca sensaciones de épocas pasadas y lugares lejanos, añadiendo magia a cualquier ambiente. Son un regalo encantador en cualquier ocasión, desde Navidad hasta cualquier día del año.
Además de su valor decorativo, las velas representan renovación, iluminación y purificación, presentes en diversas tradiciones religiosas en todo el mundo. Su uso va más allá de lo estético, siendo herramientas para la meditación y para crear atmósferas sugestivas y románticas. Sus aromas también pueden tener efectos energizantes, relajantes, descongestionantes o estimulantes, influyendo en nuestro estado de ánimo.
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Para una vela de 16 mililitros, bastará con unas 6 gotas de aceites esenciales. Puedes elegirlos según su aroma o por sus efectos terapéuticos. Por ejemplo:
- Jazmín: ideal para facilitar el sueño debido a su función sedante.
- Ylang Ylang: de aroma dulce y efectos relajantes.
- Lavanda: conocida por sus propiedades calmantes.
- Limón: ayuda a concentrarse, perfecto para momentos de estudio.
Material recomendado:
Se recomienda utilizar copos de cera de soja por su quema limpia y baja emisión de hollín. Evita la cera de parafina, que puede ser tóxica al arder. Necesitarás tarros de cristal resistentes al calor, mechas de vela, espátulas de silicona y palillos para centrar la mecha.
Proceso de fabricación en 5 pasos:
1. Derrite la cera: en un cazo a fuego lento, agrega los aceites esenciales y mezcla.
2. Coloca la mecha: ancla la mecha al fondo del tarro antes de verter la cera.
3. Vierte la cera: en el tarro con la mecha colocada.
4. Deja reposar: hasta que la cera se solidifique (aproximadamente 1 hora).
5. Corta la mecha: a la longitud deseada y disfruta de tu vela aromática.
Recuerda no desechar la cera sobrante por el desagüe.