En la vida moderna, lidiar con el estrés financiero es una situación común. Sin embargo, existe una luz al final del túnel, y la clave radica en una gestión efectiva y en la adopción de medidas adecuadas.
La acumulación de deudas es un escenario que puede afectar a cualquier individuo, pero saber cómo reducirlas o liquidarlas es esencial. En este sentido, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) ofrece orientación valiosa.
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El primer paso, y de vital importancia, es conversar sobre la situación con una persona de confianza, como un familiar o un amigo en quien se pueda confiar plenamente. Esta persona puede brindar asesoramiento valioso para tomar decisiones informadas.
Un consejo crucial es evitar solicitar nuevos créditos o recurrir a préstamos exprés, como los conocidos "gota a gota". En lugar de resolver la situación, esta práctica puede resultar en un círculo vicioso de endeudamiento.
Esto es lo que propone Condusef:
- Elabora un presupuesto: Analiza tus ingresos y gastos para identificar áreas donde se puede reducir el gasto. Comprométete a ahorrar al menos el 10% de tus ingresos.
- Organiza y prioriza tus deudas: Enumera tus deudas, dándole prioridad a aquella que pueda liquidarse en el menor tiempo posible.
- Enfócate en la primera deuda: Una vez que liquides la primera deuda, destina el 10% de tus ingresos netos, además del pago mínimo que solías hacer, a la segunda deuda.
- Prosigue con la siguiente deuda: Una vez liquidada la segunda deuda, repite el proceso para la tercera. Asegúrate de cubrir el pago mínimo, el 10% de tus ingresos netos y el pago mínimo de las deudas anteriores.
- Mantén el hábito de ahorro: Una vez que todas las deudas estén saldadas, continúa ahorrando el 10% de tus ingresos. Transforma la estrategia de pagos en una herramienta para fomentar el ahorro.
Con determinación y una planificación adecuada, es posible liberarse de las deudas y establecer una base sólida para un futuro económico más estable.