Debido alto flujo de migrantes en la frontera sur, albergues cerrarán el año saturados ante la gran demanda de atención de refugio y alimento por parte de extranjeros, principalmente de familias con hijos menores de edad.
El responsable de la dimensión pastoral de movilidad humana de la diócesis de Tapachula y director del Albergue Belén, César Augusto Cañaveral Pérez, reconoció la sobrepoblación de migrantes que se ha acentuado en las últimas semanas, lo cual rebasa 400 por ciento más su capacidad de atención, pues este albergue tiene un espacio para 140 personas, pero al día de hoy, están hacinados 480 migrantes, entre ellos, alrededor de 200 niños.
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Dijo que está situación es atípica, ya que en años anteriores durante la época decembrina, los migrantes abandonaban los albergues para aprovechar las fiestas para continuar su camino hacia los Estados Unidos y otros decidían retornar a sus países de origen.
Señaló que la mayoría de las personas provienen de Venezuela, Honduras y el Salvador, aunque en los últimos meses ha crecido la llegada de ecuatorianos, quienes llegan en búsqueda de refugio por cuestiones políticas.
"El tema de la movilidad humana, es un asunto pendiente por atender de una forma ordenada por parte de las autoridades, pues los flujos que atraviesan la frontera sur son cada vez más numerosos, y con la característica principal de conformarse por familias con hijos pequeños" abundó.
Cañaveral Pérez, detalló que esta situación representa un desafío difícil porque el flujo migratorio no baja, por el contrario, va en incremento mientras transcurre el último mes del año, y esto repercute directamente en la alimentación de las personas y en la ayuda integral que se les pueda ofrecer.
Indicó que autoridades del gobierno federal y estatal, se han mantenido al margen del incremento de gastos que pudieran tener los albergues de Tapachula, por lo que lo han asumido como una responsabilidad personal como iglesia, apoyados por las organizaciones que llegan a donar alimentos y otro tipo de insumos, pero que no es suficiente por lo que tienen que seguir tocando puertas.
Argumentó que el mayor reto para el albergue Belén es poder atender a la mitad de la población alojada que son niños, porque muchos de los insumos alimenticios o de ropa no va dirigido a ellos, de ahí que, piden apoyo, pensando en la sensibilidad de la sociedad abonado por las fiestas decembrinas.
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Para finalizar puntualizó que, si durante la pandemia, no se frenó la migración, mucho menos se hará en esta época post pandemia, por lo que avizoran que el 2023, será un año doblemente difícil para atender la movilidad humana, por lo que es importante que el reto se asuma no sólo de manera local, sino atenderlo con apoyo internacional.